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Los cien días de Orozco y Hurtado

Los cien días de Orozco y Hurtado

Cien días es poco tiempo para demostrar resultados, pero cien días sí es tiempo  suficiente para avizorar el horizonte.

El balance de los gobernantes regionales y locales que comenzaron sus gobiernos el pasado primero de enero, en esta ocasión no puede ser el mismo que tradicionalmente se hace.

La presencia de la pandemia del coronavirus hizo que este ejercicio diera un viraje, es decir, ese balance tendrá que hacerse desde una sola mirada. De cómo  gobernadores y alcaldes han conducido la actual crisis sanitaria.

De acuerdo a lo que muestre ese examen, se puede concebir lo que podrían esperar los departamentos y municipios del país en los próximos largos tres años, de sus actuales gobernantes.

Los propósitos trazados inicialmente para el periodo 2020-2023 se trastocaron de manera abrupta, al punto que los planes de desarrollo tendrán que ser reorientados. Toda la estantería de proyectos basados en obras macro se cayó, sobre todo de infraestructura. Las probabilidades de aplazamiento son altas.   

Entonces, el análisis de los cien días gira en torno al manejo de la actual crisis sanitaria. En lo que concierne al departamento del Tolima, los resultados hasta hoy obtenidos, indican que el gobernador Ricardo Orozco ha demostrado capacidad de liderazgo, pues ha sabido sortear con acierto las decisiones adoptadas, que por supuesto por la complejidad de la situación, no han sido fáciles de tomar. Asumió la batuta de hablarle en tono alto al gobierno nacional, cuando tenía que hacerlo. En lo demás, se le ha visto humilde, pero con una demostración de carácter y compromiso en la responsabilidad que carga sobre sus hombros en un momento crucial en la historia del departamento.

Por los lados de la Alcaldía de Ibagué no se puede decir lo mismo, aunque es de justicia reconocer que en los últimos días el alcalde Andrés Hurtado ha ido atemperando su fogosidad, con la que inició el gobierno.

Que no se interprete, de ninguna manera, que ese entusiasmo mostrado sea negativo, lo que pasa es que, en medio de esa vehemencia, habla más de la cuenta, promete más, hace anuncios de obras que en la práctica no van a ser posible, y menos ahora con el incierto panorama que se avecina. Seguramente está crisis, hará que el alcalde Hurtado tome las cosas con mayor mesura, humildad y realismo.

Ciertamente lo que sí está demostrado, es que tanto el Gobernador del Tolima como el Alcalde de Ibagué, han hecho un trabajo responsable en el manejo de la crisis. Fueron de los primeros gobernantes en el país en implementar medidas clave como el pico y cédula. Los primeros en establecer el toque de queda. Estuvieron un paso adelante del gobierno nacional. 

Ahora bien, lo que Orozco y Hurtado tienen enfrente, es un reto de padre y señor mío. La agenda inicial, la que tenían fijada para los cuatro años, se desbarató. Ahora, con otro panorama en el universo, lo primero que deben tener claro es la certeza de que muchas cosas en el Tolima deben cambiar. Me refiero a la hora de gobernar.

Y son ellos y nadie más los llamados a liderar ese cambio. Se dice que las crisis son oportunidades de las que se sale bien librado, siempre y cuando haya líderes que las sepan visualizar e impulsar. Esperemos que nuestros gobernantes estén a esa altura. Qué mejor coyuntura que esta.

Además, serán estos gobernantes, a quienes les correspondió enfrentar un control severo por parte de la ciudadanía, hoy más y mejor informada. Tendrán en las inclementes redes sociales, como nunca antes, un seguimiento que no les dará tregua.

La lucha frontal contra la politiquería, el clientelismo y la corrupción, deben ser temas prioritarios e ineludibles en sus agendas. Con este nuevo orden que se presenta, los tolimenses van a ser más exigentes porque sus gobernantes obren con transparencia, sean eficientes y asuman liderazgos visionarios. En ese sentido, Orozco y Hurtado tienen una primera tarea: dar claridad sobre ciertos contratos de algunos asesores que, según denuncias, además de onerosos, dejan dudas en las funciones que van a cumplir. Contratistas sí, pero eficientes. El palo no está para cucharas.

Esta pandemia cambió todo. Que ese cambio llegue al Tolima y que sean sus actuales gobernantes, los abanderados.

 

  • Ex jefe de redacción de Tolima 7 días
  • Autor del libro ‘Las claves de los buenos alcaldes’        
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