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"Las trampas de la democracia..."

"Las trampas de la democracia..."

Por Carlos Alberto Estefan Upegui         
*Exgobernador del Tolima.


Sorprendidos por lo que acabamos de presenciar en el Congreso de la República con la votación de la Consulta Popular sugerida por el gobierno, no solamente por ser la negación de un principio consagrado en la Constitución Nacional de 1991, sino por la forma utilizada para impedirla. 

Al parecer, no hubo las condiciones de transparencia e imparcialidad en el escrutinio. Es inconcebible, dice el ex magistrado de la Corte Constitucional José Gregorio Hernández Galindo, que: «en una democracia, un asunto de tanta trascendencia resulte “definido” mediante una votación abiertamente irregular, indebidamente contabilizada, no verificada, no comprobada, no establecida". 

El presidente y el secretario de la plenaria del Senado son responsables de velar porque la votación se cumpla dentro del marco legal y reglamentario. En este caso, el presidente de la corporación es juez y parte. Vota y escruta. Ahí comienzan mal las cosas. Pero, así lo dispone la ley 5a de 1992; como igualmente deja un vacío para que solo 9 senadores de la comisión séptima hayan podido hundir un proyecto a pesar de venir aprobado por la plenaria de Cámara con sus respectivos debates previos. 

Entre tanto, se supone que a cada parlamentario también le asiste la obligación de actuar con ética y moralidad, con el fin de estar a la altura de la confianza depositada en ellos por el ciudadano. 

La democracia debería ser, sin duda, la mejor forma de gobierno, en cuanto a libertad y participación. Pero “¿tendrá algún tipo de trampa?” Se pregunta en su escrito: «Trampas de la Democracia", Ángel Eduardo Vásquez Mena, estudiante de Derecho del Centro Universitario de Valladolid, y su respuesta es como sigue: 
“… la Democracia es muy engañosa, porque aunque no tiene trampas como tal, lo que tiene son tramposos.” 

Y eso fue realmente lo que al parecer, quedó en evidencia ahora, pues “… el registro para votar la Consulta solo estuvo abierto 2:12 minutos de los 30 reglamentarios. Y el presidente Efraín Cepeda, a diferencia de lo que acostumbraba, en esta ocasión curiosamente no preguntó si faltaban senadores por votar y lo cerró cuando vio que iba en ventaja el NO. Esa es la queja.

 «... el que escruta elige» es una expresión que, en el contexto electoral, significa que la persona que cuenta los votos, o que tiene el control del escrutinio, puede influir en el resultado final…"/Google.

 También se supo que la senadora Ángélica Lozano estaba afuera atendiendo un periodista y cuando la llamaron entró gritando el voto...” Error craso, es que debe prohibirse salir en las votaciones. Sin embargo, los congresistas en estos dos años se la han pasado saliéndose del recinto para descompletar el quorum e impedir el debate de los proyectos más importantes. 

Lo inaudito es que aun siendo tramposos y mentirosos, haya quienes los aplaudan y feliciten por lo sucedido. Y seguirán reeligiéndolos sin ningún escrúpulo cuántas veces quieran. Son una especie de fanáticos que hasta se creen obligados a vivir engañados, e inclusive, votarán por sus sucesores, hijos o familiares a lo largo de varias generaciones. 

Los senadores que en esta ocasión votaron por el no, representan todo lo contrario de la otra Colombia, la de los más meritorios. Los que han logrado sobreponerse a las inequidades e injusticias económicas y sociales y que por estas cosas, se cansaron de la clase política tradicional.

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