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Las joyas del Tolima, que hoy son “cenicientas”
Por: José Darío Prieto Sierra
Ingeniero Ambiental
A mis manos llegó por intermedio de un evento ambiental, la publicación “Entre Páramos”- ¿En que estamos con los páramos Colombianos en el siglo XXI? editada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional-USAID, en el cual se hace un crudo análisis de la situación de tales ecosistemas, frente a las diferentes situaciones a las cuales están sometidas tales como el cambio del usos del suelo, los efectos del cambio climático, el aporte de gases efecto invernadero-GEI, la explotación, tráfico de fauna y flora, los conflictos socioambientales entre muchos otros fenómenos que inciden en el franco deterioro de áreas importantes para elL territorio nacional.
Resulta que el país cuenta con 37 complejos de páramos agrupados en 14 distritos biográficos, según reporte del Instituto Von Humboldt y Min Ambiente, identificando que en el Tolima están ubicados los páramos de “Las Hermosas, Chilí-Barragán, Los Nevados y el páramo Nevado del Huila-Moras” los cuales, gracias a la gestión de CORTOLIMA (2016-2017), el IGAC y Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible-MADS se lograron delimitar a tiempo y sin mayores complicaciones. A pesar de esas delimitaciones emitidas por sendos actos administrativos (resoluciones MADS No. 1987 de 2016, Los Nevados y 0211 de 2017, Las Hermosas), la realidad en esas áreas es preocupante, en el sentido que el páramo del Tolima que más ha perdido vegetación natural es el de “Los Nevados” que está sistemáticamente sometido a trasformación a pastizales, cultivos, ganadería y plantaciones forestales con el agravante de afectación por incendios forestales provocados para ampliar zonas para cultivo de papa y potreros.
El reporte de USAID detalla que aproximadamente a 2018 el páramo de “Los Nevados” había perdido más de 4.000 hectáreas de cobertura natural; le sigue el páramo de “Las Hermosas” con pérdida de más de 2.300 hectáreas y “Chilí-Barragan” con más de 950 hectáreas que no volverán a prestar servicios ambientales en estado natural. Este panorama es tan solo una descripción de uno los factores que afecta gravemente los ecosistemas de páramos, pues con esas carencias se generan otra serie de “atentados” tales como, la pérdida de bosque de alta montaña (riesgo de extinción de plantas, aves y mamíferos), pérdida de humedales entre otros.
El escenario anterior se agrava con el hecho de que a 2022 el páramo de “Los Nevados” contaba con 4.497 hectáreas tituladas para minería; “Las Hermosas” con 143 hectáreas y “Chilí-Barragán” con 82 hectáreas vigentes tituladas.
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Un dato que dimensiona la importancia de los páramos Tolimenses es que aparecen en primeros lugares de tener características especiales al denotar que el páramo, por ejemplo; “Las Hermosas” es el primero en el escalafón nacional en número de lagos con 526 con un área de 1.437 hectáreas, en tercer lugar se encuentra el de “Los Nevados” con 438 lagos con espejo de agua de 373 hectáreas; “Nevado del Huila-Moras” con 149 lagos para una extensión de 465 hectáreas de espejo de agua. El páramo de “Las Hermosas” aparece punteando con 147 humedales registrados y 143 cuerpos de agua según el IGAC con 1.040 hectáreas de nacimientos de agua y escorrentías de aguas persistentes.
Producto de esa abundancia de recurso hídrico aunada a las pendientes montañosas, dichos páramos contribuyen en la regulación del recurso y también son fundamentales en la generación de electricidad pues del total de la generación de hidroenergía para el año 2020 en Colombia, fue de 11.917 megavatios (MW) de los cuales más de la mitad proviene de fuentes hídricas que se originan en el páramo. Por ello, el páramo de “Nevado del Huila-Moras-Guanacas-Puracé-Coconucos-Miraflores” genera una capacidad de 540 MW; “Las Hermosas” 68.17 MW; “Los Nevados” 47.85 y “Chilí-Barragán” 6.25 MW. De igual manera tales fuentes hídricas también son utilizadas para producir alimentos (papa, maíz, frijol, arroz, hortalizas) producción de pastos, la crianza y levante de 8 tipos de animales (principalmente vacas y cerdos) a través de los diferentes distritos de riego y sistemas comunitarios de gestión del agua (acueductos comunitarios y veredales).
Como se observa con esta breve reseña, nuestro Departamento con las demás entidades territoriales implicadas, tienen unas áreas de alta significancia ambiental y que a la hora de hoy, no cuentan con el primer Plan de Manejo Ambiental-PMA debidamente formulado, adoptado e implementado que pretenda conservar las áreas o al menos, regularizar el uso del suelo de las áreas de protección, adicionado al desorden de los instrumentos de planeación municipal a través de los Esquemas de Ordenación Territorial- EOTs para los municipios de 5ª y 6ª categoría que son la mayoría de entidades que deben procurar su protección y regulación.
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Para el caso del Tolima, echamos de menos las propuestas de los candidat@s a la Gobernación y Alcaldes municipales para “ponerle coto” a las problemáticas que inciden en el deterioro de éstas joyas ambientales que son la gran reserva hídrica de los actores sociales, productivos y ambientales de la región y al contrario, seguir teniendo “la cenicienta” para seguir explotándola sin control y conciencia.
Las áreas de nuestros páramos merecen una gran convocatoria para que la clase dirigente y la autoridad ambiental regional, destinen recursos y atención para establecer con carácter urgente unos mecanismos de gobernanza territorial y comunitaria que mejore las condiciones del escenario aquí brevemente relacionado.
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