Columnistas
La realidad del estudiante universitario
Por: Oscar Javier Arciniegas Garzón
La semana pasada me llegó un mensaje extenso sobre los profesionales en Colombia y se resume en el siguiente párrafo:
"El panorama para los futuros profesionales es triste. A todos les robarán el neshumah. Esta expresión en yiddish quiere decir que es pecado arrebatarle la alegría a alguien, o, apagarle su llama". Esta llama puede ser apagada por los propios docentes o por las pocas oportunidades que da el sistema.
La anterior expresión puede tener varias interpretaciones, en éste artículo quiero hacer referencia a que los profesores empiezan con susactitudes a desestimular o debilitar la llama de los estudiantes con frases descalificadoras del esfuerzo en alguna tarea realizada por ellos o frases amenazantes para generar miedo y de esta manera ganarse el respeto. La situación es muy cotidiana en muchas universidades de la región y algunos docentes trasiegan las aulas de las instituciones oscureciendo el interés natural de aprender de los estudiantes. Esta situación es el inicio de un camino que culmina cuando se gradúa.
En este momento empieza a enfrentarse a otra realidad, donde tiene que laborar para recuperar la inversiónrealizada durante varios años o simplemente impulsado por el anhelo de trabajar; Es aquí donde aparece la ansiedad y preocupación porque las oportunidades no aparecen y cada vez es más difícil conseguir un empleo digno en todo el sentido de la palabra. Así mismo, un número considerable de los empleos que existen en la actualidad la remuneración es irrisoria, aunque en el observatorio laboral de educación (OLE) del Ministerio de Educación Nacional año 2016, menciona que el sueldo promedio de un recién egresado está alrededor de $1.700.000.oo y contextualizado en nuestra ciudad podría estar muy por debajo de las cifras oficiales.
En este momento la llama de la cual empecé hablar en este artículo continúa debilitándose y surgen infinidad de preguntas que dejan demasiada incertidumbre para una mente llena de expectativas sin respuestas. Las alternativas para disminuir la incertidumbre empiezan a emerger como hablar o mejor estar detrás de un político de turno para un contrato de unos cuantos meses que alimente la llama por un tiempo determinado. Otros profesionales aceptan el empleo con un sueldo muy por debajo de lo esperado pero que almenos se diga estoy trabajando, me estoy sintiendo útil y la llama pueda seguir encendida; o por el contrario emplearse en un tipo de trabajo muy diferente del cual se formó para poder satisfacer algunas de las necesidades básicas con la sensación del ¿para qué estudié? que refleja una insatisfacción y cuestionamiento permanente.
Están son algunas de las situaciones por las cuales pasan un número considerable de profesionales en nuestro departamento y no se avizora un panorama favorable para los nuevos estudiantes ya que cada vez el sueño de ser un profesional se convirtió en una constante y se observa una cantidad de personas estudiando en universidades con un futuro incierto pero con la esperanza de que las cosas van a mejorar, aunque en la actualidad estudiar no garantiza la movilidad en la escala social como antes, si permite ver el mundo de una manera diferente y el ser humano no vuelve a ser el mismo cuando se pasa por una Institución Educativa y esto sí vale que vale la pena para que la llama jamás se apague.
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