Columnistas
La izquierda y el centro en el Tolima
Al presidente Iván Duque le quedan dos años y medio de gobierno. En ese orden, las distintas fuerzas políticas ya han empezado a agitar el abanico de posibles candidatos y precandidatos presidenciales.
El senador Iván Cepeda ha sido el último en llamar la atención sobre la campaña que está ad portas de prender motores. La declaración de Cepeda se ha centrado en llamar a las organizaciones políticas de izquierda y de centro para que trabajen en la búsqueda de un candidato único que, según él, es hoy la única posibilidad que existe para derrotar la derecha, pero sobre todo que permita profundizar el proceso con las Farc y se llegue a un acuerdo con el ELN.
Un reto, por demás complejo y difícil, pero fundamental que se pueda materializar. En todas las regiones, la izquierda permanece atomizada la mayor parte del tiempo, las peleas intestinas han sido eternas e irreconciliables. Y por supuesto, el Tolima no se queda al margen de esas trifulcas casi medievales.
En ese orden, lo que se avizora para el Tolima en la campaña electoral que ya está a la vuelta de la esquina es una gazapera mayor de las que en el pasado se han visto. Hablamos de la izquierda o de lo que hoy se conoce como movimientos alternativos. Esa posible unidad o mejor, ese posible trabajo de unidad en el Tolima va a estar alterado por un nombre que a todas luces en vez de unir lo que va es a fragmentar aún más la izquierda en el Tolima. Me refiero a Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez.
Es un hecho que las intenciones del exalcalde Jaramillo es convertirse en el inmediato futuro, en líder supremo de los movimientos alternativos en el Tolima. Los últimos hechos así lo hacen entrever, pues para afianzarse en ese propósito, no es sino observar el contenido de sus mensajes a través de videos, las reuniones que registran las redes sociales, la participación en las marchas estudiantiles y hablar duro, es decir, mostrar su caracterizado y conocido protagonismo frentero. Una estrategia que le ha dado excelentes resultados. Recordar el acto populista de la ‘barrida de ratas en el Ibal’ en tiempos de campaña por la alcaldía.
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Pero seguramente en esta ocasión va a resultarle difícil lograr un consenso pleno a su alrededor. Los tiempos de hoy no son los mismos de 2015 cuando su nombre fue visto con simpatía y esperanza por un sector importante de ibaguereños que veían en él, la persona indicada para hacer la transformación que requería la ciudad.
Hoy, el exalcalde GAJ carga con el desgaste de una administración que dejó a la opinión dividida. A eso añadirle su estilo de siempre, el del látigo y la altanería, que lo alejan aún más de hacerse a un liderazgo donde prime la dialéctica, que sea participativo y democrático, donde se les brinde garantías a todos los sectores, donde pueda haber disenso. Con Jaramillo no se da ni lo uno ni lo otro.
Lo cierto es que en este momento el panorama podría estar señalando que debido a ese cansancio que hay hacia la dirigencia de los partidos tradicionales, existiría una importante franja de ciudadanos de Ibagué y del Tolima, dispuestos a mirar otras opciones y una de ellas sería un movimiento alternativo. Pero con GAJ como timonel de esa opción, las posibilidades de consenso fracasan. Lo que sí es que GAJ dejó sembrada una buena clientela en la alcaldía de Ibagué, lo que sería suficiente y determinante para sus pretensiones políticas inmediatas.
Entonces, la expectativa se traslada y gira, en torno a otros nombres, pero ¿Dónde están? ¿Quiénes pueden ser esas nuevas voces que oxigenen el liderazgo en un movimiento alternativo que está por construirse y que al mismo tiempo le de esperanza a una nueva política en el Tolima?. Alguien me refería el nombre del hoy diputado Renzo García. ¿Será que sí?.
- Autor del libro ‘Las claves de los buenos alcaldes
- Ex jefe de redacción de Tolima 7 días
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