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Ibagué sin un centro histórico: El olvido que será

Ibagué sin un centro histórico: El olvido que será

 

Por:  Julián Andrés Escobar Ávila *

Según la convención de la Haya, organizada por la UNESCO en 1954, en los Países Bajos tras la aniquilación del patrimonio cultural (específicamente el arquitectónico) a partir de las catastróficas consecuencias  de la segunda guerra mundial,  se acuña por primera vez el término Centro Histórico, como un concepto de vital importancia que promovería el cuidado de espacios culturales, cuyas peculiaridades es concentrar y perdurar la memoria urbanística en cualquier ciudad del mundo,  promoviendo el  poder simbólico e identitario en sus habitantes a partir de estos centros antiguos.  Ahora bien, analicemos el caso ibaguereño de acuerdo a lo mencionado anteriormente…

Nuestra ciudad cuenta con una rica historia urbana que data de hace más de 200 años de existencia, donde la urbe ibaguereña como la conocemos hoy en día, apenas asomaba sus pequeños empujones de crecimiento desde lo que es el barrio La Pola, Belén y Pueblo Nuevo. En estos barrios encontramos antiguos monumentos como el panóptico, uno de los tres construidos en toda la  historia moderna en el continente sur americano y sin contar las pocas y  viejas casonas edificadas con adobe y paja que aun hacen presencia en este hermoso sector. Todo esto suena antiguo e importante para la historia de la urbe tolimense, pero ¿esta zona de la ciudad se reconoce como un centro histórico ante las alcaldías de turno?

Según el Plan de Ordenamiento Territorial (P.O.T.), Ibagué no cuenta con un centro Histórico, más bien, como reza  el artículo 197 del mismo, la ciudad contiene viviendas de interés histórico por su contenido arquitectónico que se encuentran en  los barrios La Pola, Interlaken y Cádiz, ¿qué pasa entonces con el reconocimiento del barrio Belén y Pueblo Nuevo como corredores principales de la historia de la ciudad, donde encontramos monumentos como el panóptico y las desoladas viviendas anticuadas? Y peor aún, ¿Por qué se están demoliendo las viviendas antiguas en el sector de Belén y La Pola?  ¿Cuál es su fin?

Para entender el problema de las ya demolidas viviendas con un alto contenido histórico, hay que analizar cuidadosamente lo que pasa en nuestro centro. Hoy en día, es común observar grandes proyectos de apartamentos construidos en lo que fue alguna vez una casona de arquitectura de principios del siglo XX, es decir que data aproximadamente de hace 100 o 150 años atrás. ¿Qué es lo que sucede realmente? Al parecer, nuestro centro histórico se está revalorizando, pues las decenas de bares bohemios y torreones de apartamentos que hacen presencia en la zona lo confirman. Aparentemente, nos encontramos ante un proceso de renovación más no de CONSERVACIÓN urbana por el afán de captar rentas de los suelos de un centro desamparado por planeación municipal.

Muchos no reconocen el Centro Histórico porque no les interesa,  o porque ven en lo viejo la “obsolescencia” económica, primando siempre esta última ante la cultura de los Ibaguereños, donde las compañías  inmobiliarias invierten  afanadamente sin tener en cuenta el daño al patrimonio que se está ocasionando, dejando a los ciudadanos de Ibagué del presente y del futuro sin historias por analizar; naturalmente, sin comprender cómo era el estilo de vida de aquellos tiempos donde se constituyó la vida urbana de la capital tolimense. Ante este panorama, ¿Cuál sería la única alternativa para estas viviendas de interés patrimonial enclaustradas en un antiguo Centro Histórico?

Hay que pensar en los beneficios que puede suscitar la riqueza de estos centros, por ejemplo, si observamos  el barrio Candelaria de la ciudad de Bogotá o el barrio San Antonio de Cali entre otros, encontramos un foco de atracción turística que  se concentra en las viejas y coloniales calles de la ciudad acompañados por un mercado controlado y no destructor accionante de procesos de gentrificación. Podemos preservar nuestras viviendas antiguas si preservamos nuestro espacio urbano-histórico, dotándolo de identidad, como sería la anexión del concepto Centro Histórico al Plan de Ordenamiento Territorial de Ibagué y la apuesta de un gobierno municipal por una enseñanza de la historia local, donde se haga hincapié en  la importancia de estos lugares como bases para  comprender la  ciudad actualmente. Sin embargo, hay un gran obstáculo por atender y es que en muchos casos,  los propietarios de estas viviendas están cediendo sus antiguas casas precisamente por la demanda inmobiliaria en este sector del centro de la ciudad;  es decir, al parecer estamos ante una situación en la que cómo ciudadanos ibaguereños no podemos hacer nada, siempre y cuando las administraciones locales de turno, comprendan que este centro histórico puede servir como un museo al aire libre donde la educación y la historia pueden jugar un papel  importante en la construcción de ciudadanía ibaguereña a partir del reconocimiento geohistórico de lo que fue la antigua ciudad de Ibagué.

*Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad del Tolima.

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