Por:Oscar Javier Arciniegas Garzón

Paternar según al pediatra filósofo Francisco Leal, define este concepto como la presencia masculina en la crianza.  Otro colega menciona que es un acompañamiento afectivo necesario que requiere el niño o niña para la formación de otros valores y prácticas sociales.

De acuerdo a lo anterior, es evidente la importancia de este aspecto no solo en lo relacionado con valores si no en la construcción y evolución como seres humanosque permite incorporar en la esencia de la personalidad, aspectos complementarios que les facilitan a los hijos e hijas enfrentar la vida con herramientas de seguridad, confianza y fortaleza. Solo basta con mirar alrededor y un número considerables de niños y niñas crecen sin un paternar o aún más grave crecen con un padre que no sabe paternar que oscurece la mente y el alma en la cotidianidad de los niños con las consecuencias trágicas que con ello trae como aferrarse a relaciones afectivas dolorosas, temores paralizantes, ansiedades permanentes, etc. que no dejan vivir adecuadamente y dificulta aún más la interacción con el mundo.

Es importante que los padres sean conscientes de la importancia que tiene el paternar en la formación de los hijos e hijas y comiencen por reconocer los errores que cometen a diario como imponer la norma a través del grito, la ofensa, el miedo y lo peor de todo a través de la agresión física y verbal a los seres que más aman.

A continuación expongo algunos puntos importantes para empezar a paternar, la tarea pude iniciar paulatinamente e incorporar cada aspecto por semana según el dominio que tenga en la evaluación que realice semanalmente o periódicamente de los avances o dificultades en el proceso de cambio o fortalecimiento según el caso particular.

1. Hable con consistencia, coherencia y sin gritos cuando vaya a llamar la atención.

2. Utilice una comunicación no violenta.

3. Exprese sus afectos (pasiones emociones sentimientos) adecuadamente, sin miedos a perder autoridad.

4. Escuche a sus hijos con el cuerpo, la mente y el corazón.

5.  Cumpla lo que promete o mejor no prometa.

6. Frustre  a su hijo (a) dosificadamente de acuerdo a la edad, pero nunca mayor a las sensaciones de éxito diario.

7. Ofrezca un apoyo emocional incondicional a su hijo (a) en todo lo que haga y nunca ponga en duda el amor que siente por él.

8. Fomente la autonomía de sus hijos e hijas a través de que tome sus propias decisiones y asuma las consecuencias de las mismas, sin poner en riesgo la integridad del niño o niña.

9. Exígele responsabilidades con él mismo y con la casa de acuerdo a la edad.

10. Enséñele argumentar en lugar de pelear.