Opinión
El propósito de vida
Por Juan Bautista Pasten G
En una columna anterior, expusimos la propuesta del psiquiatra austríaco Viktor Frankl sobre el sentido de la vida y la importancia que le concede a la Voluntad para la buena consecución del mismo. Es un tema que no se agota en un artículo, por ello consideramos oportuno especificar y profundizar algunos aspectos y contenidos.
El punto es buscar y/o construir un Propósito real y coherente, que inste y motive al logro de nuestros anhelos en todos los ámbitos, tanto personales como sociales. La determinación de tal propósito, incluye, además, la utilización efectiva de los medios y herramientas que disponemos – físicos, emocionales, mentales y anímicos - para ir avanzando y alcanzando nuestras metas.
Por lo pronto, hay aspectos muy importantes a tener presente para el c. Estos elementos substanciales son los siguientes:
- La pasión, que la descubrimos al responder interrogantes como: ¿Qué amo hacer?, ¿Qué quiero para mí y quienes me rodean?, ¿Cómo puedo unir ambas instancias con lo que hago bien o mejor?
b) La misión, el para qué, el objetivo, las metas, lo cual implica la relación y conexión de mis afanes, mis ideales, o sea, aquello que amo y hago mejor con lo que la comunidad y el mundo solicita y requiere.
- La vocación, esa fuerza interior que impulsa a ser quienes realmente somos, a consolidarnos como personas íntegras. En otras palabras, asumir un rol protagónico para concretar lo que cada uno y el mundo necesita
- La acción efectiva, es decir, la tarea, el quehacer que posibilita llevar a cabo un buen trabajo, de tal modo que, además, reciba retribución o recompensa por el mismo.
La unidad de estos 4 factores otorga Sentido y Propósito real a nuestra existencia. Esta instancia motivacional, en la cultura japonesa recibe el nombre de “Ikigai”. Todos tenemos un por qué y un para qué vivir, el desafío consiste en encontrarlo. Ciertamente, el propósito puede variar, puede replantearse cada cierto tiempo, ya que las prioridades cambian, las necesidades y los proyectos cambian; en fin, el mundo cambia. Lo fundamental es hallar y consolidar el equilibrio personal y social.
- (Puede leer: La autoestima, una tarea constante)
Ahora bien, en este contexto examinado, es pertinente preguntar a nuestros lectores lo siguiente:
1. ¿Ya sabes qué es lo que hace que te levantes cada mañana?,
2. ¿Tienes claro cómo quieres ser recordado (a)?
3. ¿Cuáles son tus fortalezas personales?
4. ¿Cuáles son los tres valores esenciales, aquellos que jamás pasarías por alto?
5. ¿Cuáles son las principales habilidades que has aprendido y desarrollado?
6. Si tuvieras la posibilidad de enseñar algo, ¿que sería?
7. Debes adquirir tres libros, ¿qué temas privilegias?
8. ¿Efectúas actividades en las cuales el tiempo pasa a segundo plano?
9. ¿Qué te hace sentir satisfacción y plenitud?
10. ¿Qué te gustaba realizar en el pasado y que prevalece en la actualidad?
11. ¿Qué te emociona hacer, en qué eres realmente bueno (a)?
12. Siendo quien eres hoy, ¿Qué es lo más positivo que puedes dar a otras personas?
Culmino el presente escrito, invitando a reflexionar y responder con serenidad y consecuencia estas interrogantes, En efecto, ello posibilitará construir, enriquecer y potenciar nuestro ser en el mundo.
Insto a los lectores a elaborar y encontrar, con confianza y optimismo, el propósito personal de vida, con la suficiente generosidad para hacer partícipes del mismo a creciente número de personas. Todos somos importantes y partes significativas de un mismo planeta.
¡El propósito se trata de ti y de todos!
“La vida es simple, pero insistimos en hacerla complicada”. Confucio, pensador chino, siglo VI.
“Vive de tal modo que quieras seguir viviendo así, vivir eternamente así”. F. Nietzsche. Filósofo alemán, siglo XIX.
“El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere, sino querer siempre lo que se hace”. León Tolstoi, novelista ruso, siglo XIX-XX.
- Docencia e investigación en filosofía
Universidad de Chile
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771