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El mariscal que vivió de prisa

El mariscal que vivió de prisa

Por: Gentil Gómez Oliveros
Ex diputado del Tolima


Parafraseando las letras del Poema Llanero el Anima de Santa Helena, que hiciere inmortal la portentosa voz de Juan harvey Caicedo, diré que: “les contaré como historia lo que vi desde la puerta, con el ojo entredormido como gavilán de sierra, contemplando aquel desorden como venado en gallera”;  era un fin de semana, finales del mes de mayo del año 2005, para el Oriente del Tolima terminaba la esperanza de una primavera que no llegó, para la clase política tolimense iniciaba la campaña para la primera elección atípica de un Gobernador; el Consejo de Estado había anulado la elección de Jorge García Orjuela Q.E.P.D., se decía que liberalismo jaramillista le cobraba  la arrogancia de rechazar su aval para presentarse a la contienda electoral.

Yo era entonces Diputado de la Asamblea del Tolima, en ese viernes gris fuimos con esperanza a Cajamarca, allí se desarrollaba una cumbre de los gobernadores del Quindío y Tolima para dar inicio a las obras del Túnel de la Línea; la sentencia adversa proferida por el alto tribunal nos aguo la fiesta a unos, y se la alegro a otros. Al día siguiente hubo una cumbre extraordinaria entre los Senadores:  Luis Humberto Gómez Gallo Q.E.P.D y Carlos García Orjuela, se dieron cita y como dijo Cervantes fue  en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme; el tema central de la agenda era designar de inmediato un candidato para mantener su coalición y hacer frente al jaramillismo, como siempre pasa en esta tierra firme empezaron a buscar nombres de prohombres y ninguno acepto; en vista de eso   García Orjuela propuso como candidato para suceder a su hermano a Oscar Barreto quien ya iba por la tercera derrota en sus anhelos de ser Alcalde de Ibagué, Gómez Gallo fue muy escéptico, predijo que esa elección se perdería y se perdió.

Ganó la Gobernación el jaramillismo con Fernando Osorio Cuenca, pero a Barreto le quedó gustando la idea de ser Gobernador y a partir de ahí no paró de recorrer el Tolima. Para las elecciones del año 2007 se volvió a convocar la cumbre en el mismo lugar, allí García Orjuela ratificó su postura a favor de reintentar recuperar el poder con Barreto, pero esta vez Gómez Gallo fue aún más escéptico,  hasta el punto de advertir que estaban  eligiendo a su propio  verdugo, entregándole el mosquete cargado  y llegando al cadalso amarrados por cuenta propia,   García Orjuela al final  se impuso,  así fue como  Barreto  por fin gano;   hasta ese momento  solo había sido Concejal de Ibagué. Posteriormente, los dos jefes cayeron en desgracia en medio de un juicio histórico llamado comúnmente como La Parapolítica, uno fue condenado, mientras que el otro fue absuelto; entre tanto Barreto  como el Titán Cronos de la Mitología Griega empezó a engullir sus propios congéneres políticos,  en aquel tiempo  yo fui elegido por segunda vez Diputado, en la Duma vi con asombro la ambición desmedida de este nuevo líder que amenazaba con someter o exterminar a quien  se le opusiera, pero con más asombro vi la bancada de oposición  aliarse con él para aprobarle el endeudamiento público más grande que hasta ese momento haya asumido el Tolima, con ese jugoso presupuesto para contratos y nomina paralela  inicio su conquista rapaz;  el crédito debió pagarlo su sucesor   Luis Carlos Delgado Peñón y de paso tuvo que entregarle de nuevo el cargo junto con  la gobernación saneada  en  el 2016.    

Como es mi costumbre resistí como opositor casi solitario, las palabras premonitorias  de Gómez Gallo retumbaban en mi mente, en medio del  debate un día José Elver Hernández “Choco” quien era a Diputado Conservador me trajo un mensaje de su máximo líder, honrado acepte la invitación,  el sitio propuesto  por él  fue nuestro apartamento familiar;   el menú del  almuerzo fue  arroz con pollo, uno de sus platos favoritos,  el chef fue mi hermana la Socióloga Ayda Luz Gómez, el postre fue Mantecada de la Caperucita una bizcochería  tradicional de Melgar;   amenizamos la tarde  con tinto preparado con un café de esos que producimos  por aquí en las montañas del oriente tolimense. Hablamos de política, su historia de vida,  música vallenata y tolimense, el Triángulo del Tolima, el Túnel de la Línea, Caficultura,  historia regional, nacional y universal; mi contertulio más que un político tradicional,  era como afirmaba Kant un hombre  cosmopolita,   me sorprendió su visión global del mundo contemporáneo, tenía claro el contexto nacional y regional analizando como influenciaban en el país las fuerzas de poder mundial, le inquietaban  las convulsiones de todo tipo  que en ese momento padecían  las regiones,  temía por una amenaza institucional peor que la subversión misma; sobre todo tenía claro que Barreto no sería un mesías para el Tolima, que como advierte el Apocalipsis traería una breve época de progreso para después dar paso a  una tribulación general donde todos lloraríamos. 

Me llevó un regalo que me sorprendió y  el cual no esperaba,  a los políticos nos regalan casi siempre  finos licores pero yo tengo la fortuna de no beber licor,  así que Gómez Gallo me trajo como  regalo algo  fascinante, una Novela Histórica:  “El mariscal que vivió de prisa” , en adelante  nos reuniríamos  varias veces, después  me regalo otro Libro Histórico: “Aspectos del regenerador Rafael Núñez”, en una de esas charlas sobre el contenido de   las letras  Himno Nacional lo sorprendí cantándole unas estrofas del Himno del Partido Conservador que me enseño muy joven mi Tío Agustín Rodríguez quien fue  un destacado Conservador Unionista de Melgar, eso lo llevo a proponerme una coalición política que nunca se dio;  nos quedó faltando una parranda vallenata con su Suegro Poncho Zuleta así como  buscar consensos para construir desde su visión un clima de coexistencia respetuosa de las ideas, superando las diferencias  de todas las vertientes políticas  del Tolima, su última proclama  en mi despacho fue “ la Política se Convirtió en una Actividad  Peligrosa y Costosa” para ese momento yo los había derrotado ganado la alcaldía de Melgar, representábamos  en el Oriente del Tolima  un bastión de resistencia ante lo que se veía venir  y hoy impera.

Procedí a leer con pasión el libro que versaba sobre la vida del Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, el sucesor de Bolívar aquel que iba hacia el Ecuador en busca de paz en su hogar donde lo aguardaba el amor de la Marquesa de Solanda y de Villarrocha, pero   fue emboscado y asesinado en las montañas de Berruecos en el hoy Departamento de Nariño; el magnicidio quedo en la impunidad de la historia no se conocen aun los móviles del crimen.  Por un lado, se cree que fueron los lideres pastusos en venganza por su incursión sangrienta en la guerra de independencia, o los celos de los caudillos regionales anti bolivarianos, sea como haya sido con Sucre murió la visión de una patria grande:  la Gran Colombia.   Poco después muere   el Libertador, como el lo proclamo en distintos textos, parte en paz hacia la gloria perenne de la historia, perdonando y ofrendando su vida por la unidad de la frustrada patria. La pobreza y la ingratitud fueron su recompensa,  fue    desterrado de su natal Venezuela,   su único alivio ver hacia el mar caribe coloreado de azul y plata, casi solo en sus últimos días fue  resguardado a sus espaldas por la sierra nevada de Santa Marta; todos los jóvenes de la generación trágica que protagonizaron   gesta de la independencia murieron con sus almas atribuladas por las tempestades de su existencia, por la frustración de sus sueños, por las incoherencias de sus actos, por la pequeñez de su imperfecta humanidad frente al reto que su momento existencial les planteo. 

La vida de este conservador tolimense fue tan fugaz y tempestuosa como la de los libertadores de la patria, con la partida de la Matrona Doña Cielo Gallo Q.E.P.D, tal vez se extinga el último vestigio del Gómezgallismo; ella fue su roca sólida, fue su verdadera inspiradora y cultora, ella le mostro la realidad social del Tolima, le enseñó el valor del servicio, el principio de la lealtad y el respeto.  Cielo no murió consiente de la hecatombe armada por los desleales amigos de su hijo; “Choco” seguirá siendo el único ungido, de eso no hay duda,  Gómez Gallo quien no culminó el compromiso político de su generación siempre confió en su lealtad;  le cobraran eso si sus incoherencias, aciertos y desaciertos, otros atentaran contra el legado que representa, por ahora queda planteado el reto varios dicen ser legatarios del Gomezgallismo así como Maduro reclama el legado de Bolívar y Chávez oprimiendo el pueblo que dicen proteger.

Para el buen “Choco” mis sinceros deseos de buen viento y buena mar, el alma libertaria e indómita de Gómez Gallo junto con la de Cielo su progenitora habitara en el infinito cosmos en forma de energía vital, para el pueblo tolimense nos queda seguir naciendo, viviendo y muriendo, amando el Magdalena, haciendo buenas las penas y alegrando el existir.

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