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El culo y su hermenéutica

El culo y su hermenéutica

 

Por: Luis Orlando Ávila Hernández

El 20 de julio de 2018 será recordado no solo por instalarse un Congreso de Senadores y Representantes plurideológico, 280 para ser exactos, sino porque a diferencia de otros Congresos cercanamente recientes donde el 35% era paramilitar (portal Las2orillas.com julio 1 de 2016) o mucho más de antaño donde los Congresistas mataban a tiro limpio a nombre de Cristo Rey, a uno de los suyos (1949 Asesinan a parlamentario Gustavo Jiménez Jiménez, diario El Espectador), pero que solo en el de esteaño, pudimos disfrutar del discurso hermenéutico de un culo sexagenario y este sí, matemático.

La izquierda moral (vaya adefesio), aquella que le nombran sobrina ministra por votar en blanco, aunada a la sempiterna moral judeocristiana de liberales, conservadores, de la U, CR y CD (y lo de siempre, la horda cristiana hambrienta de más poder), en lo suyo: pusieron el grito en el techo, dado que un enfermo profesor y exrector UN, pasó de la tragedia a la farsa, según lo que los más locuaces peroraban en el prostíbulo mediático colombiano, dizque al mostrarnos en vivo y en directo su joven culo, tal como su joven y vital mente le dictaba éticamente.

Afortunadamente para el senador Mockus, la quintaesencia de nuestro pasado común, que no la de él, andaba a culo limpio (Caribes, Quimbayas, Muiscas, Guahibos, Nukak-Maku, etc.) ante la alucinación que para ellos y ellas entonces eran sus dioses o la tal moderna mercantil Pachamama vestida (otro adefesio), hasta el infortunio que nos abrumó: la plaga del cristianismo español y sus selectos culos en privado, solo para disfrute de los reyes, virreyes, encomenderos u obispos, según fuera el rango y los denarios.

Vale la pena este Congreso y tal vez como no lo pudiera expresar el expresidente JM Santos en su discurso, por aquello de las buenas maneras, es mucho lo que hay que recoger y comunicar contra 200 años de bipartidismo y moral judeocristiana.

Obvio para los culos, los gestos y las ideas liberadoras de este Congreso plurideológico, la contra serán los Saúl Cruz Bonilla (el impune matoneador de periodistas) a la sombra de los Gregorio Eljach Pacheco (dizque el intelectual de una cosa que llaman el Derecho Parlamentario, hágame el favor, deberán estar revolcándose en su tumba los teóricos del derecho constitucional) para echar tijera, para virar la cámara a tiempo, para hacer cortar la energía o para silenciar el micrófono.

Y si los censuradores de oficio no funcionan, pues a echar mano de la táctica de los ejércitos de Cristo Rey de los años 40 del siglo anterior: en un abrir y cerrar de ojos, su tiro de gracia en pleno “Templo de la Democracia”. Y listo.

Sin embargo el culo sexagenario y matemático, dio su discurso.

Por lo menos unió a la medianíamediática, a la godarrialiberal y al cristianismo de derecha e izquierda, en uno solo: que si fuera en el León de Greiff, bien. O que si fuera ante la cristiana ansia efébica, vaya y venga. O que al menos con la prótesis fémina de algún objeto sexual vestido de mujer, todavía.

Pero el dios Hermes se hizo presente en el Capitolio colombiano. Lo hizo y sus efectos van para largo, como para largo va el statuo quo de muerte que pudimos atisbar en los y las vestidas nalgas del poder abyecto que se tomó a Colombia, cuya única momentánea desnudez que permite es la de unos cadavéricos pies campesinos o proletarios, para de inmediato vestirles unas botas de caucho sin estrenar.

Virginia Woolf dulcemente anotaba en su obra “Al Faro” (1927), en boca del señor Bankes a Miss Ramsey: “La naturaleza no tiene más arcilla… que aquella con la te moldeó” (Al Faro, Virginia Woolf, en Librodot.com, 2002).

El culo del exrector no será más que arcilla, como la que los cristianos y los judíos ilusamente creen, les formó en una fecha que llevan 20 siglos sin acertar.

Pero el discurso de esa arcilla se dio, y eso es lo que vale de acá en adelante, hasta que decaigan hastiados de vestirnos a todos, todas y todxs con las botas de caucho sin estrenar, en nuestros cuerpos arcillosos secados a punta de creencias y tiros de gracia.

PD: Si pudiera existir vergüenza mayor que la de ver y oírlos deletéreos políticos tolimenses en el Senado, rimando las virtudes del señor matoneador de periodistas Saúl Cruz Bonilla, sin ningún sonrojo.  De paisanos, la Guacharaca y Badana, al menos.   

 

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