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El bloque petrolero VSM-25 y las consecuencias para Ibagué y el Tolima

El bloque petrolero VSM-25 y las consecuencias para Ibagué y el Tolima

Hace 1 año la ANH (La Agencia Nacional de Hidrocarburos) anunció al país la suscripción de 2 bloques petroleros: -VSM-25:  Ubicado en la cuenca del Valle del Magdalena Superior y tiene un área aproximada de 27,608 hectáreas. -LLA-94: Ubicado en la cuenca de los Llanos Orientales y tiene una extensión aproximada de 36.088 hectáreas.

Ambos bloques presentan una buena perspectiva para la producción de petróleo y gas y serán operados por la sucursal Parex Resources Colombia Ltda., que tiene el 100% de participación en los contratos.

Este bloque petrolero está en etapa de aprestamiento para incidir actividades de exploración una vez la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales) le autorice.

Se arrasa con el principal cuerpo de agua subterránea que tiene el departamento del Tolima denominado como “Abanico Ibagué” y tiene una extensión de 67.506 Hectáreas, cubriendo áreas en 5 municipios: Ibagué, Piedras, Coello, Alvarado y San Luis.

El abanico de Ibagué alcanza una extensión superior a los 420km2 y un espesor superior a 150m (es decir, tenemos un mar de agua dulce en el subsuelo del aluvial de Ibagué).
 
Lo que más nos preocupa a nosotros como ambientalistas, organizaciones y sectores sociales y ambientales, es que el cuadro de interés petrolero traslapa con el 33% del área del acuífero de Ibagué e incide en las 3 cuencas hidrográficas: Totare, Coello y Opia. Además de confluir con las fallas geológicas de Buenos Aires, Ibagué, Aceituno y Doima que según el SGC (Servicio Geológico Colombiano) son estructuras activas, lo que en cualquier país del mundo sería un argumento suficiente y concreto para prohibir la extracción de hidrocarburos y aun más si es con la técnica de fracturamiento hidráulico multietapa (fracking).

Si se dan las condiciones para la multinacional canadiense ParexResources, hablando de extracción de crudo y gas convencionales, podrían tener en este bloque muchas plataformas y en cada plataforma tener varios pozos. Pero, si es en extracción de crudo y gas no convencionales en roca generadora mediante la técnica de fracking, ya no serían algunos pozos por plataforma, sino que por cada pozo se debe multiplicar por 10, lo que sería una locura e irresponsabilidad gigante por parte de la empresa y del gobierno al permitir este tipo de actividad.

Es cierto y no hay que negar que, si se adopta la implementación del fracking, se aumentarían las reservas de petróleo y gas y puede que se dinamicen algunos sectores de la economía colombiana asociados a la explotación petrolera, pero económicamente hay algunos elementos que no se han estudiado ni analizado a fondo:

1.            Algunos medios económicos en EE. UU este año publicaron una serie de artículos contando que el fracking hoy, financieramente, en ese país, es un pésimo negocio, más de 200 empresas han quebrado.
2.            El flujo de caja. Es más lo que están gastando estas empresas que lo que están ganando, sin duda alguna esto es un negocio para los bancos y ni siquiera las empresas que están operando estos proyectos están teniendo ganancias. 
Ahora la única forma de rentabilizar el fracking en Colombia es bajo una figura de beneficios tributarios, el profesor economista Luis Álvaro Pardo lleva seis años siguiendo los impuestos que pagan los distintos sectores económicos y la cantidad de dinero que se queda en sus bolsillos, gracias a esas excepciones tributarias que ningún ministro se acuerda de mencionar en sus análisis. En este sentido, encontró que a las empresas petroleras y mineras les aplican más de 220 beneficios tributarios, por ejemplo, en el año 2016 tenían que haber pagado 22 billones de pesos en renta y solo pagaron 1 billón.

Las empresas extractivas deducen de su declaración de renta lo que pagan en regalías y así empiezan a descontar de poco a poco y nos damos cuenta que lo que dejaron de pagarle al país, fue mucho más de lo que pagaron.
Los 2 sectores de la economía que se benefician: el sector extractivo (minero y petrolero) y los bancos, estos dos sectores tienen beneficios escandalosos e impresionantes, beneficios que no le dan a ningún colombiano, al contrario, cada vez le suben más impuestos a la clase media y baja y menos impuestos para las empresas del sector extractivista.

Nosotros como colombianos, hoy en día, estamos subsidiando y pagando de nuestros bolsillos (impuestos) lo que estas empresas están dejando de pagar y con el fracking esto se va a profundizar mucho más.

El llamado que hacemos como ambientalistas y activistas es que pensemos otro modelo de desarrollo económico, por ejemplo, en algunos países de Europa están dejando de lado los combustibles fósiles y le están apostando a las energías renovables; si Colombia sigue ejemplos que no debe de otros países, ¿por qué no seguir un ejemplo bueno y significativo para la vida y el desarrollo? Esto es a lo que le debemos apostar y no seguir estancados a modelos del pasado que hacen que la economía colombiana dependa únicamente de exportaciones de petróleo, gas y carbón y que energéticamente dependamos de esto.

Y no dejemos a un lado las consecuencias y riesgos que trae esta técnica para la vida en todas sus manifestaciones. La EPA (Agencia de protección ambiental), Universidades prestigiosas en el mundo, el SGC (Servicio Geológico Colombiano), La OMS  (Organización Mundial de la Salud) y organizaciones ambientales de diferentes partes del mundo han concluido los efectos negativos del fracking en el ambiente, en la salud pública, en la calidad del aire y del agua y no olvidemos el bienestar de la vida en nuestro territorio.

Las empresas encargadas y asociadas en actividades extractivas, van a llegar al territorio con cuentos y a decirnos mentiras para poder realizar el proyecto en el Tolima; pero en nuestras manos está la decisión de defender el agua y la vida que son lo más importante.

*Activista ambiental del Tolima.

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