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El abogado lobo con piel de mansa oveja
Conozco un “prestigioso” abogado, autodenominado adalid de los ciudadanos, la ética y pulcritud, que se pavonea de emisora en emisora cautivando incautos con su lenguaje técnico, y prometiendo acciones jurídicas (que nunca prosperan) para salvar a los ciudadanos de las “injusticias” que son víctimas. Se aprovecha del desconocimiento para manipular a su antojo la opinión pública, persiguiendo toda clase de prebendas y posando como un ejemplar profesional y ciudadano.
Sus negocios personales violan varias normas y aun así crecen sin control. Para él no hay justicia, pues extrañamente no hay ningún tipo de acción legal que detenga las irregularidades que sus negocios presentan y que afectan un vasto sector céntrico de la ciudad. No es un secreto que tales negocios se ubican en una zona donde es prohibido su funcionamiento, y se investigan serias irregularidades en las licencias de construcción y en la calidad de las obras realizadas.
El jurisconsulto en cuestión ataca sin cesar el gobierno de turno, se ensaña contra la persona de su elección, bajo la genuflexa aprobación de muchos, que por miedo a estar en la otra orilla, lo aplauden temerosos. Pero paradójicamente también es el perro rabioso de poderosos señores que le ordenan atacar, y con sus fauces de mentiras y engaños, destrozar el objetivo solicitado.
De todas las grandes denuncias, no se tienen noticias. Ha pretendido destituir funcionarios y no ha podido, ha orquestado sendas mentiras, calumnias e injurias para tumbar concejales y diputados, y no ha podido; también ha acosado alcaldes y gobernadores, y sus planes no han prosperado, ha movilizado a ciudadanos, y lo único que ha generado es alterar el orden público, pero sin solución alguna. Un falso Robín Hood, un antihéroe de pacotilla.
Las tretas del “profesional” del derecho están siendo poco a poco develadas. La inexorable verdad sobre sus impuros actos se conocerá, y las personas empiezan a entender que el falso “mesías” persigue sus intereses personales y solo busca intimidar utilizando el derecho.
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