Columnistas
Consulta popular: nueva arma de lucha
Por: Víctor Sánchez
En la historia de la humanidad cuando se habla de un fenómeno que genera cambios en las condiciones sociales, económicas y culturales de gran impacto, se le denomina como una revolución significando una ruptura casi siempre violenta, brusca o radical en las estructuras del sistema.
De acuerdo a los llamados violentólogos en el territorio tolimense se inició el conflicto armado que hoy se trata de finalizar con la implementación de los acuerdo de La Habana y con las mesas de conversación de Quito; pero mañana la historia tendrá que registrar que también desde el Tolima, se levantó una gesta civil por la defensa de la vida, el agua y el territorio, como un movimiento social pacífico y democrático.
En esta región se iniciaron las consultas populares en Colombia, y ya son siete comunidades que se levantan y se esperan más. El viernes 28 de julio la comunidad de Doima en Piedras Tolima celebró este acontecimiento que hace cuatro años los mostró al mundo, como la primera población que en Colombia se le atravesó a la gran minería contaminante.
La movilización social contra la explotación de oro en Cajamarca es el epicentro de un movimiento socioambiental que comienza a florecer en todo el país; una región reconocida por el cultivo de esta planta andina, base de la economía agroalimentaria, en este municipio primer productor de arracacha del país.
Se contabilizan consultas populares victoriosas en cinco departamentos, y no paran las noticias, declaraciones y artículos o ensayos publicados en los medios masivos y alternativos de comunicación haciendo referencia, con argumentos a favor o en contra, de estas trascendentales decisiones colectivas.
Las más recientes consultas en Arbeláez en la región del Sumapaz en Cundinamarca y de Pijao en el Quindío, suman ya siete procesos consultivos que le han ganado la pelea a las multinacionales;comunidades rurales en su mayoría, que desde los territorios le dicen al Gobierno Nacional que los bienes comunes de sus territorios se deben respetar y que para transformar una cultura violenta en Colombia se puede y se debe acudir a los marcos constitucionales y legales.
Ante las acciones de enfrentamiento armado que han caracterizado las luchas políticas de poder en el país,las Consultas Populares y las acciones de resistencia social no violentas comienzan a mostrar una forma diferente de resolver los conflictos, un proceso participativo amplio social y civil que inspira a realizar esfuerzos y movilizacionesvistosas, pacíficas y contundentes, para enfrentar las amenazas del modelo económico extrativista trasnacional que arruina las posibilidades de conservar y proteger la biodiversidad e impide mejorar las condiciones de vida en el planeta.
Primero fueron las mujeres y las comunidades de Doima y Piedras que se plantaron desde enero a la entrada del pueblo, montaron las ollas y comenzaron a cocinar con acciones de resistencia, impidiendo la entrada de las camionetas de la multinacional, allí prestaron guardia noche y día hasta el 28 de julio día de la victoriosa consulta popular que los tiene de pioneros en la historia.
Cada día se suman más y más comunidades que reclaman el derecho a ser consultados y a tomar una decisión libre y voluntaria. El Camino no es fácil. Se han soportado, atropellos, injurias, demandas, amenazas y trabas jurídicas, pero, la perseverancia y una generosa convocatoria social, los pitos y flautas en las marchas carnaval, pequeñas y grandes movilizaciones simbólicas, han ido creciendo en número y capacidad de interlocución y de incidencia. En varias regiones con conflictos ambientales, los pobladores se levantan y alzan su voz con el canto festivo de sí a la vida, y el NO a los proyectos de explotación minera, de hidrocarburos, hidroeléctricas o cementeras.
Hoy vale recordar los aportes desde el conocimiento y la academia de otros pioneros tolimenses; los profesores Gloria Beltrán y Gonzalo Palomino creadores del boletín SOS Ecológico, identificado como la primera publicación ambiental en Latinoamérica, que pasaba de mano en mano en los años ochenta por las aulas de la Universidad del Tolima, creando conciencia y llamando a los jóvenes a asumir la protección de nuestro entorno; de igual manera, la lucha contra la llamada paladraga de Ataco, que después de treinta años continúa amenazando la cuenca mayor del río Saldaña en el sur del Tolima, es otro referente de movilización política y social.
En este momento se está demostrando al mundo, que los conflictos sociales no necesariamente se deben resolver por medios violentos y que es obligación del Estado colombiano respetar los derechos democráticos de la ciudadanía y que sus funcionarios están en la obligación de reconocer estas decisiones fundamentadas en la constitución, como un principio de soberanía popular que contribuye a construir la paz desde las regiones, pero no cualquier paz, la paz que nace del respeto y de la dignidad y del reconocimiento de derechos a todos los seres que habitamos el universo.
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