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Boludo, la cosa se nos salió de las manos

Boludo, la cosa se nos salió de las manos

Algo de actualidad

Ante las situaciones suscitadas por los acres enfrentamientos entre dos equipos del fútbol argentino, que llevaron a la suspensión de dicho encuentro por temor a los atentados y desmanes causados por sus miles de hinchas, quiero presentar esta reflexión del Maestro Estanislao Zuleta acerca de los intereses compensatorios, distractivos y vacíos, que alejan a los sectores populares de los intereses emancipatorios, de los ideales colectivos de solidaridad y  rebeldía, que antaño les acompañara, provocándoles  sustitutivamente  el conformismo, la satisfacción con el statu quo, así como al entusiasmo insensato por asuntos insignificantes y banales, como esos pequeños (pero mediáticamente presentados como grandiosos y "mundiales") eventos deportivos o faranduleros. Entusiasmo vacío que  causa en las masas una gran angustia y depresión, que constituye, en estas sociedades del espectáculo y la manipulación, un elemento clave para comprensión sociopolítica de la decadencia de este modelo de sociedades asimbólicas, que han reducido a los seres humanos, peor que las religiones, a la simple condición de "rebaños".

En contraste, Zuleta señala las enorme posibilidades que encarna la dimensión estética, y en general el arte y los artistas, en la confrontación al capitalismo tardío que aún soportamos...

Julio César Carrión Castro

 

SOBRE LA NOVEDAD DEL PENSAMIENTO MARXISTA

Fragmento de la entrevista realizada por Ramón Pérez Mantilla a Estanislao Zuleta
(Revista Nueva Crítica Marzo/mayo de 1983)
…En esta sociedad es extraordinariamente difícil encontrarle un sentido a la vida para cualquier grupo, un sentido a la vida y por lo tanto un sentido a la muerte, la sociedad capitalista produce y genera en todos los grupos sociales y en todas las esferas la depresión. Las formas de combate contra la depresión son peores que la depresión misma. Por ejemplo, el entusiasmo insensato del hombre que ya no tiene nada por qué luchar, se vuelve partidario del América, del Cali o del Millonarios, una causa completamente imaginaria, una causa a la que él no puede aportar nada con sus esfuerzos y que por lo tanto, no lo pone en cuestión. Porque el entusiasmo militante por una causa real lo pone a uno en cuestión y le produce angustia. ¿Quién soy yo ante esta tarea? Pero eso no es ninguna tarea, si ganó un ciclista u otro, eso no es ninguna tarea. El capitalismo multiplica al tiempo las dos cosas, la depresión y el entusiasmo vacío. Además si el América gana o gana el Cali, a mi no me pasa nada, en cambio si pierde la causa en la que yo me he comprometido, para mí es gravísimo y si gana puede transformarse mi vida. Pero el entusiasmo vacío es lo que el capitalismo está produciendo de la manera más loca en la juventud. Tómenlo como quieran, la lucha contra la depresión se puede llamar marihuana, alcohol, fútbol, nacionalismo, incluso trabajo. La defensa es obsesiva, de estar, de ganarle al otro, competitividad. Pero es el entusiasmo vacío lo que está dominándonos como una forma de lucha contra la depresión fundamental que genera el modo de vida capitalista. Eso lo debemos tener muy claro. ¿Por qué el proletariado colombiano lee las páginas rojas donde hay crímenes y las páginas de fútbol de los periódicos? No lee nada más, no necesitamos encuestas, eso lo sabemos todos.
Pongámosle bolas a este punto, a este problema: el ataque que debemos hacerle al capitalismo es un ataque global que lo debemos hacer con todas las armas que poseemos, con el psicoanálisis, con la lingüística, etc. Algunos norteamericanos han dicho que el problema más grave de Norteamérica es que la sociedad norteamericana es asimbólica, es decir, que solo tiene en cuenta lo denotativo y no lo que connota y lo que podría significar algo simbólicamente, sino lo que denota: me van a pagar tanto, y yo voy a ir a tal parte y a tal hora. Qué es una sociedad asimbólica, es decir, que la lingüística misma se levanta contra el capitalismo, como se levanta el psicoanálisis, como se levanta el arte. El marxismo es un elemento esencial de la lucha contra el capitalismo, pero no es más que un elemento y el marxismo no cerró con su dogmatismo y con su teoría de la infraestructura y de las luchas de clases a todo lo que se ha creado contra el capitalismo.
Tenemos que hacer una inmensa revisión, por ejemplo, con perdón de sus bellos libros sobre “Historia y conciencia de clases”, al camarada Lukács. El camarada Lukács se mantuvo dentro de unos puntos que verdaderamente son una tragedia estalinista como el oponerse a Kafka a nombre de Thomas Mann. Es una tragedia estalinista, no importa quien sea el artista, el arte en sí es anticapitalista. No importa tampoco qué piense el artista, esa era la idea de Marx, quien decía que había aprendido más en Balzac que en todos los economistas e historiadores franceses juntos. Y el sabía por el prólogo que Balzac era godo, monárquico partidario de la Iglesia católica

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