Por: Jorge Ancízar Cabrera

Todos sabemos que el problema de la Paz también es un problema económico que está directamente vinculado al desarrollo social, la justicia social y la satisfacción de las necesidades humanas.

Todo hecho de paz hay que informarlo como dice nuestra Constitución Política de 1991: “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento” (artículo 22). Su publicación como Gesto de Paz, logra un gran impacto de opinión dada la presencia del señor Gobernador del Tolima doctor Óscar Barreto Quiroga y los integrantes de las Farc, hoy cumpliendo el acuerdo de firmado por el gobierno Nacional y esa guerrilla. Desde su preámbulo, la Constitución Política de Colombia considera la Paz como uno de los bienes que se pretende asegurar,  estableciéndose en el artículo 2 que una de las finalidades del Estado es asegurar la convivencia pacífica. Y en su artículo 67 constitucional, se estatuye que educará al colombiano en el respeto a la paz, la democracia y los derechos humanos. Finalmente en su artículo 95 también constitucional,  en sus numerales 4 y 5, resalta nuevamente que es deber de la persona y del ciudadano propender por el logro y mantenimiento de la paz.

Bienvenidos todos los hechos de paz, fortaleciéndose así la reconciliación nacional, y de paso, la erradicación definitiva de la violencia que tanto daño nos ha causado a todos y que por décadas ha oprimido a los colombianos, buscando el desarrollo armónico e integral del país y que el “ postconflicto” sea de una gran significación para la democracia colombiana, el cambio de las costumbres políticas en Colombia y con ello se busque la verdadera participación ciudadana en la auténtica política y la erradicación definitiva de la politiquería que tanto daño le ha hecho a nuestra patria.

Todo ello en convivencia y armonía con la naturaleza, porque definitivamente hay que defender nuestros recursos naturales y que la explotación de los mismos sean protegiendo el medio ambiente con proyectos sustentables y sostenibles para preservarlos, no solamente para las presentes, sino también para las futuras generaciones de seres vivos en el planeta, y como dijo el expresidente Darío Echandía: “Si no cambiamos las cosas, nos cambian a nosotros".