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Aprender, una instancia continua y constante
Por Juan Bautista Pasten G.
El desarrollo cognitivo - del griego antiguo “gnosis”, que se traduce como conocimiento – es primordial para el crecimiento integral del ser humano, que implica la aplicación del mismo a la realidad de que somos parte.
Por lo pronto, en el proceso de adquisición y florecimiento del conocimiento y el saber, participan importantes elementos que permiten ir avanzando cualitativa y cuantitativamente. Estos factores cognitivos son los siguientes:
- La percepción. Constituye el primer acercamiento a la realidad exterior, por consiguiente, el primer paso en el largo y fructífero sendero del aprendizaje. Para percibir es necesario hacer uso de los sentidos (visión, audición, olfato, gusto y tacto), sea del alguno de ellos o de todos. La percepción ordena y organiza la información recibida sensorialmente.
- La atención. Un aspecto relevante que consiste en focalizarnos y centrarnos en una o dos áreas de lo percibido, por lo general aquello más afín a nuestros intereses, preferencias o expectativas. La atención nos permite estar alertas, presentes, aquí y ahora.
Una cita del pensador cristiano Agustín de Hipona, clarifica, en mejor medida, este momento cognitivo: “Sí, estás vivo, pero ¿estás despierto?”.
- La memoria. Es el proceso de recuperación y almacenamiento de las instancias anteriores. La memoria tiene una labor constructiva y reconstructiva. Además, puede ser de corto, mediano y largo plazo, es decir, la claridad de lo recordado varía acorde al tiempo transcurrido.
Un factor a destacar es el “olvido”, el cual cumple un rol bastante importante en la formación de la personalidad, en especial el período de nuestra primera infancia – desde el nacimiento hasta los 3 primeros años – cuyos recuerdos suelen ser mínimos o nulos. Sin embargo, que estén “olvidados” no significa que hayan sido “eliminados” de nuestra mente; es más, tienden a “reaparecer”, de uno u otro modo, en el transcurso de nuestra existencia.
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- El pensamiento: Es la cualidad que nos diferencia y distingue de los otros tipos de seres vivos (animales y vegetales). El pensamiento se construye a partir de los momentos mencionados, principalmente, de la memoria, por medio de la cual se generan ideas y conjunto de las mismas.
Por otra parte, la utilización adecuada del pensamiento posibilita acceder a instancias superiores del razonamiento, por ejemplo, el análisis, la fundamentación crítica y autocrítica, la reflexión, la argumentación, la formación de conceptos y nociones, la elaboración de teorías y tesis, así como alcanzar conclusiones lógicas.
- El lenguaje. Sin duda, representa el medio básico y fundamental de comunicación de los seres humanos, a través de palabras, habladas y/o escritas, que tienen significado. En efecto, mediante el lenguaje podemos tanto emitir como recepcionar ideas y pensamientos.
- El aprendizaje. Todos los factores desarrollados anteriormente, permiten adquirir conocimiento, por tanto, tienden a organizar y direccionar el quehacer del hombre en el mundo.
Ahora bien, el aprendizaje no se agota en algún momento determinado, por el contrario, es inherente a la condición humana, pues siempre existe la posibilidad de incrementarlo y enriquecerlo a lo largo de nuestras vidas.
- La inteligencia. Por cierto, constituye la característica substancial del género humano, que afecta, de manera positiva, a la gran mayoría de las personas (a excepción penosa de quienes la han perdido o nacieron sin ella). La inteligencia es la base para recibir y generar conocimientos, a través de ella podemos aprender, entender, comprender, interpretar y aplicar el saber a la realidad.
Por lo pronto, en la actualidad, la psicología y la filosofía han develado la existencia no solo de la inteligencia sustentada en el intelecto, sino también, otras manifestaciones de la inteligencia, como la emocional, la verbal lingüística, la lógico matemática, la visual espacial, la musical rítmica, las artes manuales, la intrapersonal y la interpersonal.
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En estos descubrimientos contemporáneas de la Inteligencia, han contribuido pensadores como Abraham Maslow, Claudio Naranjo, Erich Fromm, Daniel Goleman y Howard Gardner.
En consecuencia, corresponde a cada uno de nosotros la tarea de inducir, florecer y potenciar el aprendizaje y el conocimiento. Aprender es, ciertamente, el mejor y más sublime trabajo que podemos y debemos hacer en nuestro paso por el mundo.
“Conocer es recordar… aquello que olvidamos al nacer”.
Platón, filósofo griego, siglo V a.C.
*Docencia y licenciatura en filosofía
Universidad de Chile
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