Columnistas
Ante el espectro del totalitarismo neoliberal
Por: Julián Andrés Escobar
El pasado domingo 26 de marzo, Cajamarca pasó de ser conocida como el pequeño pueblo de la despensa agrícola de Colombia, a un pueblo soberano y defensor del ambiente por vías democráticas.
Con 6.165 votos, los cajamarcunos fortalecieron su compromiso por el cuidado ambiental y la construcción social del territorio. Sin embargo, dicho triunfo de toda una región sacudió los cimientos políticos y económicos de la elite colombiana y su tan cuestionado modelo económico neoliberal encabezado por el presidente Juan Manuel Santos y su corrosiva idea de desarrollo a partir de la locomotora minero energética.
El pasado 27 de marzo, el ministro de Minas Germán Arce, señaló que el triunfo contundente del pueblo de Cajamarca y su posición anti minera no tiene la capacidad de cambiar la ley en materia de inversión en el sector minero, por lo cual, dicha consulta popular no afectara el proyecto de la Colosa encabezada por Anglo Gold Ashanti. Por otra parte, el líder de la chequera nacional de minas infirió de que el resultado solo es plausible en la medida de que el pueblo solo tiene soberanía específicamente en el suelo de su territorio mas no el sub-suelo de cualquier pedazo de tierra enclaustrado en Colombia. Estas afirmaciones dan vía libre a las multinacionales para la materialización de cualquier proyecto minero en el país sin el previo consentimiento popular.
Las aseveraciones suministradas por el ministro de Minas solo denotan la actual crisis del sistema socio-económico que atraviesa nuestro país. Una reforma tributaria acompañada por un nocivo código de policía y ahora, el pisotón por parte del Estado ante una decisión unánime de todo un pueblo que está en contra de la minería contaminante, reafirman posiciones totalitaristas ante un asunto que devela la irrisoria situación democrática en Colombia.
Por su lado, Cajamarca nos ha dado el mayor ejemplo de lo que es democracia, ahora el papel de todos los ciudadanos del Tolima y porque no de Colombia, es velar por los derechos sociales y ambientales que se conquistaron el pasado domingo en las urnas de la mayor despensa agrícola de nuestro territorio.
Así mismo, debemos ser realista y entender que el municipio de Cajamarca se prepara ante una poderosa arremetida jurídica por parte de Anglo Gold Ashanti cuyo blindaje es el modelo neoliberal y las nocivas formas de acentuarse en el territorio colombiano. Estamos ante un golpe bajo a la democracia nacional, donde los intereses de la clase política dominante acompañada por la avaricia de unos cuantos empresarios extranjeros se sobre ponen ante la integridad y la soberanía de un pueblo que ha dicho No contundentemente al ecocidio.
Ahora, solo es esperar las peores sanciones administrativas del poder central hacia los habitantes de Cajamarca, sin olvidar recordarle al ministro de Minas que el proyecto de La Colosa pretende extraer a ¡CIELO ABIERTO!, todo el oro que se encuentre en la zona, lo que implica, la destrucción del suelo y subsuelo - bosques y acuíferos subterráneos- que hacen parte de la soberanía del pueblo de Cajamarca, cuya defensa no solo se materializa en la consulta popular si no en el reflejo de los ricas legumbres y cultivos que se extraen de este paraíso colombiano y, que por lo tanto, gracias a la naturaleza contradictoria del ministro de Minas, nos da aun mayor fuerza para defender lo que es nuestro territorio y la dignidad de un pueblo que no se deja tambalear por las decisiones emanadas desde la casa de Nariño.
Ante este panorama, el municipio de Cajamarca ya prepara acciones tutelares por vías jurídicas
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