Por Carlos Alberto Estefan Upegui

*Exgobernador del Tolima.

Cómo inaudita por decir lo menos, entendemos la amenaza de conspiración contra el gobierno del presidente Petro, proferida recientemente a título personal por el expresidente César Gaviria Trujillo y actual director del partido liberal colombiano, porque no es el partido quien se pronuncia sino él personalmente, sin que medie consulta previa entre sus integrantes.

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Al anunciar que desconocerá la condición de Gustavo Petro como primer mandatario de la nación, ignorando el resultado de las urnas en 2022 y fundamentado en la incomodidad que le suscita el hecho de que el Gobierno en cabeza del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, en ejercicio de funciones presidenciales haya tenido la misión de radicar una nueva versión de la consulta popular, con la esperanza de generar un mayor consenso y que el Senado la apruebe.

La Constitución de 1991 trajo avances significativos en términos de democracia y participación ciudadana como el plebiscito, el referendo, la consulta popular y la iniciativa legislativa…, que precisamente son la interpretación que le ha venido dando el gobierno a este asunto.

Se equivoca, entonces, el expresidente César Gaviria Trujillo, al calificar de dictadura el Gobierno del Cambio y sugerir que este desconoce lo establecido en la Constitución Política; sobre todo,  con una "consulta popular que hoy día cuenta con el 57% de aceptación"/@cronistaibague. 

 Además, porque según la Ley Quinta de 1992, un proyecto reprobado o no aprobado puede ser nuevamente presentado ante el Congreso de la República, si se realizan modificaciones relevantes al proyecto original. Así las cosas, este se considera como un nuevo proyecto.

Pero por si queda alguna duda, las altas cortes son las responsables de dirimir las diferencias y su obligación es pronunciarse cuando haya lugar; antes que servirse de los caprichos de un miembro activo de la oposición como lo es Gaviria, mucho menos si su intención es armar un escándalo. Y porque en su condición de expresidente no le queda bien procurar una interpretación a su amaño para endilgar culpas al señor Presidente de la República por hacerlo según su opinión, «de manera distinta al verdadero sentido y contexto de la Constitución» que nos rige.

Tampoco se trata ni mucho menos, de una «Constitución paralela a la de 1991», o  la “Constitución Petro”, como la llama Gaviria en su carta, la cual, incluso muchos querrían para subsanar la colcha de retazos en la que está convertida la actual, y corregir las injusticias que se viven en este país. Pues para el caso, se trata de una nueva consulta popular con 16 preguntas sobre la reforma laboral y la reforma a la salud, siendo precisamente ese," el instrumento de la democracia participativa” que permite a los ciudadanos decidir sobre temas de interés público, tal como literalmente lo establece el texto de la Constitución Política de 1991. 

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“Desconocer la autoridad” de Petro como presidente de La República es una consigna en la que los liberales, librepensadores y demócratas no podemos acompañarlo. Más bien, en mi condición de exgobernador del Tolima elegido en su momento por el partido Liberal en alianza con el partido Conservador y otras fuerzas políticas, hago un llamado respetuoso a pronunciarnos masivamente en las urnas a fin de contrarrestar la sistemática actitud del Congreso por negarse a tener en cuenta la voluntad ciudadana.