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Ambiente

Amoyá: primera cuenca del Tolima en tener estudios detallados de sus suelos

Amoyá: primera cuenca del Tolima en tener estudios detallados de sus suelos

Gracias a un convenio entre el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) y la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), un total de 146.484 hectáreas de la cuenca del Río Amoyá fueron analizadas minuciosamente para conocer la calidad, capacidad y limitaciones de sus tierras. 

De esta manera, las autoridades departamentales, regionales y ambientales cuentan con un documento técnico para conocer en detalle el estado actual de sus suelos. 

Con la presencia del Gobernador del Tolima, Ricardo Orozco Valero; la Directora de la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), Olga Lucía Alfonso Lannini y diferentes autoridades departamentales; así como del IGAC, en cabeza de su Directora General, Olga Lucía López Morales, se entregó formalmente el estudio de suelos y capacidad de uso de las tierras a escala 1:25.000 de esta cuenca hidrográfica. 
 
Gracias este estudio, la cuenca, ubicada en la cordillera central, se convierte en la primera del departamento del Tolima en tener este importante insumo para el desarrollo del Plan de Manejo y Ordenación de Cuencas Hidrográficas (POMCA). 


 
“Desde hoy, Cortolima cuenta con una carta de navegación para la toma de decisiones en aspectos que van desde el desarrollo sostenible y la gestión del riesgo, hasta la adaptación al calentamiento global. Además, al conocer de antemano el tipo de suelos y el manejo que se les debe dar, se verán beneficiados tanto los recursos naturales, como los ingresos y la calidad de vida de los habitantes de esta zona”, señaló la Directora del IGAC. 
 
De igual forma, la Directora de Cortolima afirmó: “A partir de este estudio, como Corporación, haremos un ordenamiento más acertado y sostenible entre el ambiente y la productividad de la tierra del municipio de Chaparral, en busca de dirimir los conflictos que ocurren por el uso del suelo y así dar prioridad a las áreas de conservación, a la producción agrícola desde las buenas prácticas, a la mitigación del riesgo y los efectos del cambio climático, y a la conservación del recurso hídrico como recurso indispensable para la vida y el desarrollo de nuestras comunidades”.    

¿Qué contiene el estudio? 

Este estudio constituye una línea base para el ordenamiento integral del territorio, ya que, a partir de los aportes técnicos y la cartografía generada, se especializan y caracterizan las áreas con potencial productivo y se identifican aquellas zonas que deben ser protegidas, recuperadas o restringidas con el fin de garantizar el manejo adecuado del recurso suelo, principio fundamental para la buena salud de los ecosistemas locales.  
 
Por ejemplo, se evidenció que en aproximadamente 53.000 hectáreas de la cuenca se presentan suelos cuya fertilidad natural es baja, por tal motivo, la implementación de sistemas productivos en estos sectores dependerá de un análisis de suelos más detallado (escala 1:10.000), en razón a los requerimientos nutricionales de los cultivos y de especies que se adapten a esas condiciones. 
 
Fueron más de 10 meses de trabajo de los profesionales del IGAC, en los que también se demostró, entre otros resultados, que las principales limitaciones de las tierras de la cuenca son las pendientes fuertes; allí se recomienda el desarrollo de actividades agrícolas específicas, realizando prácticas de manejo que faciliten la conservación de los suelos. 

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