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La plaza de la 21 o tomar avena de pie

La plaza de la 21 o tomar avena de pie

En la plaza de la 21 de Ibagué se consigue de todo: Verduras, frutas, quesos, carnes, panes y, tal vez lo más conocido de allí, el tamal con copete. La avena también es una de las comidas más famosas del lugar.

Dentro de los lugares más concurridos para tomar avena con buñuelo o con empanada o con pandebono está el local llamado Toliantojos. No solo es el más concurrido sino que es uno de los que más años lleva allí. Es, de lejos el más grande de todos los que la plaza de la 21. Se da el lujo que no tener sillas. Cada persona llega, compra y se retira mientras otra persona llega a ocupar su lugar.

En Toliantojos cada empleado tiene su lugar. Uno de ellos se dedica a moldear las empanas, pandebonos, pandeyucas y los buñuelos; otro de ellos solo de dedica a hornear pandebonos, pandeyucas; otro está pendiente de la freidora con las empanadas y los buñuelos. Dos mujeres atienden los pedidos y un hombre, el mayor de todos, recibe el dinero y entrega las devueltas.

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En las horas de la mañana no hay tiempo para pensar mucho. Desde las 7:00 a.m. hasta las 10:00 a.m. a las seis personas que trabajan en Toliantojos no les queda tiempo ni de tomarse una avena. En esas tres horas la gente se arremolina por comprar e irse. Muchos de los afanados tienen bolsas muy grandes con mercado terciadas al hombro y solo quieren llevar 3 mil pesos de pandebonos para quienes los están esperando en la casa y tomarse una avena de pie.

Allí no se respeta ninguna fila. Unos, menos avezados en esos menesteres, esperan hasta que les pregunten qué se les ofrece. Otros solo llegan, piden permiso y pasan por encima de los demás y piden, reciben, pagan y se van. A quienes atienden les queda difícil saber el orden de llegada cuando decenas de personas les están haciendo pedidos tan similares.

Allí nadie conversa. Es difícil ver a un hijo con su padre a la espera de un pedido. Solo es comprar e irse. Una transacción rápida.

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Pero hay otras ventas de avena menos concurridas y más tranquilas. Por ejemplo, en la Súper Avena de la 21 las personas se pueden sentar tranquilamente de comer ahí mismo donde compraron. El flujo es menor y la gente lleva otro ritmo. Es otro mundo. Algunos sientan y hablan con los dueños del local o alguien al pasar los saluda y los acompaña unos segundos. “¿Desayunando avena?”, se preguntan. La conversación avanza: “Tocó cerrar el negocio porque ya no estaba dando”, le responde una mujer a otra que se lo había preguntado. “Todo está muy duro. Y eso que Petro no ha ganado”, dice una de ellas y se retira riéndose. La otra gira en su asiento y sigue comiendo. Mientras se saludaron y hablaron en Toliantojos habrán despachado cinco clientes.

En las plazas de mercado no solo se comercializan productos, sino que también es un lugar en el que se intercambian informaciones de todo tipo y donde se crean lazos personales y grupales. La plaza de la 21 es un ejemplo de ello. Allí la gente se cita tácitamente a confirmar sus creencias.

Sean para comprar avena y buñuelo para quienes están en casa o para ir con los hijos a sentarse y desayunar tranquilamente, la plaza de la 21 es una de las mejores opciones en Ibagué.

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