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Violencia vicaria, un tema recurrente en Colombia

Violencia vicaria, un tema recurrente en Colombia

Colombia amaneció compungida, adolorida por el vil asesinato de un menor de 5 años en Melgar. Los medios de comunicación en su afán por informar sobre el hecho caen también en ese amarillismo que alimenta los ciclos de violencia en el país.

Medicina Legal reportó en el primer trimestre de 2022 que 163 menores de edad fueron asesinados en Colombia, donde el mayor número de víctimas han sido niños. De estos 163 menores, 131 son niños y las edades en las que más se registraron los homicidios fueron entre los 15 y 17 años con 115 asesinatos, 10 a 14 años con 11 muertes y de 0 a 4 años con tres asesinatos, entre los responsables de estos homicidios, se encuentran familiares, amigos, desconocidos, grupos armados ilegales y de delincuencia común.

Estos asesinatos son conocidos como violencia vicaria y para entenderla traemos este artículo de las profesoras mexicanas Isabel Tajahuerce Ángel y Magdalena Suárez Ojeda, dos expertas en el manejo de género. 

¿Qué es la violencia vicaria?

La violencia vicaria es aquella que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos y especialmente de sus hijas e hijos. El padre ejerce una violencia extrema contra sus criaturas, llegando incluso a causarles la muerte y utilizando recursos de particular crueldad para la eliminación de los cadáveres en muchas ocasiones. 

El ánimo de causar daño a su pareja o expareja a toda costa supera cualquier afecto que pueda sentir por ellas/os. El asesinato de las hijas o hijos es la parte más visible de esta forma de violencia extrema que destruye a la mujer para siempre; pero es habitual la manipulación de hijas o hijos para que se pongan en contra de la madre o incluso la agredan. 

Esas hijas e hijos sufren un daño irreparable y son también víctimas de violencia de género. El objetivo es el control y el dominio sobre la mujer, en un alarde máximo de posesión en una relación de poder que se sustenta en la desigualdad.

La violencia vicaria cuenta con la complicidad de una sociedad que cuestiona permanentemente a las mujeres, que las priva de autoridad y pone en duda su palabra. Las mujeres suelen intentar que su voz se oiga en el colegio de esas hijas o hijos, entre las amistades, en la propia familia, en los juzgados, pero los imaginarios del “buen padre” y la “mala madre” se imponen. 

Se prefiere escuchar al varón y apoyar al hombre que juega a ser víctima, que a esas mujeres que, desesperadas, intentan hacer oír su voz para evitar que el padre haga daño a sus hijas o hijos.

¿Se engloba dentro de la violencia de género?

Si. La violencia vicaria es violencia de género. Se sustituye a la persona en la acción directa física o psicológica de la violencia para causar un daño mayor y permanente a la mujer. El objetivo es la mujer. La ejercen siempre hombres contra mujeres.

¿Por qué se llama violencia vicaria?

Porque se sustituye a una persona por otra para ejercer la acción, en este caso a las hijas o los hijos a quienes se asesina para destruir la vida de la madre, o a quienes se pone en contra de la madre para causarle un daño permanente que en muchos casos lleva al suicidio de la mujer. El término violencia vicaria se incluyó en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género en España.

¿Es lo mismo que el parricidio?

No tiene nada que ver con el parricidio. La violencia vicaria se ejerce contra la mujer. El único objetivo es destruirle la vida a la mujer. Implica una intención clara de causar un daño infinito y un dolor extremo a la que no se ha asesinado directamente.

El parricidio se contempla como un delito con una grave condena, dado el reproche social que provoca causar la muerte a una persona con la que hay un vínculo de consanguineidad o adopción de ascendientes o descendientes o cometido en ámbito de las relaciones matrimoniales o de pareja.

¿Cuál es el reto para luchar contra la violencia vicaria?

Que la sociedad tome conciencia de la realidad de la violencia de género. Se necesita la implicación responsable de todos los poderes públicos, que no deben admitir la negación de la violencia contra las mujeres, una violencia que cuestiona los valores democráticos y tiene efectos devastadores sobre la convivencia social. La negación de la violencia contra las mujeres debe considerarse apología de la violencia.

¿Cómo podemos proteger a la infancia?

Cuando un hombre amenaza a una mujer con quitarle a sus hijas o hijos está dando signos claros de violencia vicaria. Las amenazas a las mujeres con sus hijas o hijos deben hacer saltar todas las alarmas. La protección a las víctimas de violencia de género es esencial, reconociendo que un maltratador nunca puede ser un buen padre.

Isabel Tajahuerce Ángel 

Directora del Máster Propio del Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM Violencia de Género: prevención e intervención desde diversos ámbitos profesionales. Profesora de Comunicación y Género en el Departamento de Periodismo y Comunicación Global de la Facultad de Ciencias de la Información, y Delegada del Rector para Igualdad.
Magdalena Suárez Ojeda. Profesora Derecho Administrativo UCM. Especialista “Juzgar con perspectiva de género” y Directora de la Unidad de Igualdad.

Artículo tomado del presente link https://bit.ly/3RA7B6h

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