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Navidades y demás motivos para congregar a la familia
En caso de ingesta de licor adulterado, se debe acudir de inmediato al servicio de urgencias, pues los componentes con los que se adultera el producto son altamente tóxicos.
Por Carlos Alberto Estefan Upegui - Exgobernador del Tolima
En uno de mis tantos mensajes que escribo para entretenerme a través de redes sociales, manifesté que las cosas viejas tienen gran valor para una persona mayor, a quien en lugar de deshacerse de ellas le interesa conservarlas porque representan el relato de hechos importantes de su vida.
Es así, como a sus 80 años añora su casa de siempre, sus muebles, sus diplomas, sus libros y tantos otros elementos de su pasado. Claro que algunas cosas viejas más bien estorban o “inspiran malos recuerdos”.
Lógicamente, habiendo malos y hasta dolorosos episodios durante nuestras vidas, más vale la pena detenernos a recordar las grandes alegrías y satisfacciones.
Entre tanto, buena parte de la reacción de las personas depende de su actitud.
Meik Wiking, Director del Instituto de Investigación sobre la Felicidad de la Universidad de Cataluña, afirma que “La felicidad a largo plazo puede depender de la capacidad de crear un relato positivo de la vida”.
Igualmente, dice que siempre hay un equilibrio entre nuestra parte emocional y racional; o sea, que, la emoción da forma a la mente racional.Tener buenos recuerdos puede ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo. También es cuestión de actitud.
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Juan Gabriel Vásquez expresa: “Lo más triste que puede pasarle a una persona, es tener recuerdos de mentira”/”El ruido de las cosas al caer”. Muchas son producto de la imaginación.
Tampoco podemos desaparecer el pasado, «lo que fue», como decimos coloquialmente, pero si habláramos de direccionar el futuro, este en la tercera edad se vuelve presente, y es tan incierto y fugaz como el tiempo ya vivido.
Entonces, las fotografías, las celebraciones de cumpleaños, navidad y demás motivos para congregar a la familia, la presencia de amigos, los abrazos, las anécdotas y sonrisas, son parte fundamental del disfrute de la vida.
Aferrarnos a lo malo del pasado es restarle espacio al presente. El aquí y ahora hay que aprovecharlo sanamente y con creatividad. Dar importancia a hechos tristes, melancólicos, o rememorar algunos de los cuales quizás no fueron del todo tan reales, no es bueno.
Así es como el paso de los años se convierte en historia, compuesta por penas y glorias, hechos buenos y malos, tristes y alegres, pero el presente depende de nuestra actitud.
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