Por: Humberto Leyton

No nos equivocamos al indicar que los tentáculos del subsecretario del Senado, Saúl Cruz, no solo estaban en los manejos oscuros de esa corporación, sino que se extendían al Tolima, y que dentro de los beneficiados estaba el gobernador Óscar Barreto.

En efecto, la revista Semana, en su última entrega en la columna de Daniel Coronell, titulada "Mesa para tres", se refiere a este tema que habíamos tratado el pasado 11 de junio, en un artículo que escribimos bajo el nombre "Los tentáculos de Saúl Cruz en el Tolima", donde denunciamos que este funcionario del Senado estaba comprometido en el levantamiento, por demás extraño, de las sanciones de por lo menos tres personajes del departamento. Entre ellos, el actual gobernador Óscar Barreto, que para poder aspirar a repetir cargo, se le levantó por arte de magia una prohibición de 11 años, para ejercer puestos públicos que pesaba sobre el hoy mandatario de los tolimenses. (Ver: nota en referencia)

El cuestionado ex-procurador Alejandro Ordoñez, a través de su hombre de confianza Juan Carlos Novoa, y por influencia directa de Cruz, hizo el milagro, tal y como lo afirma Coronell en su columna. (Ver: Mesa para tres).

En este escrito los únicos que faltaron y que recibieron los mismos beneficios fueron: Mauricio Pinto, ex-secretario de Barreto y el cuestionado ex-alcalde e integrante de "Los Trillizos", Jesús María Botero, sancionados por la Procuraduría General de la Nación, el primero por intervenir en política siendo funcionario público y el segundo por actos de corrupción.

La nota de Coronell, en Semana, reafirma lo que es un secreto a voces en los diversos círculos políticos y en el propio Congreso, lugar de actividades de Saúl Cruz, desde donde se extendían sus siniestros tentáculos no solo en sus abiertas e ilegales campañas a favor de los candidatos de Ordoñez, para la Corte Constitucional en el Senado, también los que tenía en la Procuraduría General de la Nación en épocas de Ordoñez, para 'gestionar' levantamiento de sanciones y nombramiento en cargos importantes del ministerio Público, incluyendo uno que otro Procurador.

En la historia del departamento, se han conocido personas con influencia y poder, como congresistas y altos funcionarios de todos los partidos, especialmente los tradicionales, y en los últimos años, movimientos como Cambio Radical y la U, que han movido hilos en el destino de los tolimenses, pero se han conocido, han actuado abiertamente en algunos casos y por debajo en la mesa en otros, pero tienen en sus acciones un peso político especifico. Todo lo contrario al poderoso Saúl Cruz, un especialista en tráfico de influencias, sin fuerza política conocida, logró alcanzar mucho de lo que no han podido los llamados jefes naturales de los partidos.

Estas son las paradojas de la política tradicional, donde casi un desconocido salta a la palestra pública no precisamente por sus méritos y  buenos atributos, sino todo lo contrario, por su capacidad de mentir, engañar y de traficar influencias. Ese es Saúl Cruz.    

   Foto: Revista Semana