Realizados los lanzamientos de Ricardo Orozco como candidato a la gobernación del Tolima y de Andrés Fabián Hurtado, precandidato a la alcaldía de Ibagué, por el sector conservador que orienta el gobernador Óscar Barreto, los dirigentes y voceros de este movimiento, en su mayoría contratistas de la administración seccional, entraron en un triunfalismo incontenible que los hace levitar.

Empezando por las cifras que suministran a través de los portales y medios de comunicación contratados desde ya para esas dos campañas, hablan de cifras de asistentes a estos dos eventos como si se tratará de premios extraordinarios del Baloto. Por ejemplo, en el acto de Hurtado, el pasado fin de semana lo llamaron "Apoteótico" y delirantemente dieron cifras de cinco mil y más asistentes, a la vez que calificaron el evento como histórico y nunca antes visto en Ibagué. !Qué cuentas tan fantasiosas¡ !Soñar no cuesta nada¡.

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Cuando la realidad es que quienes arrendaron la sillas hablan de mil 500, y además el lugar donde se realizó la concentración no tiene espacio adecuado para albergar la cantidad de gente que dijeron los contratistas de la administración departamental. Según personas distintas al  barretismo señalan que en números reales de personas, pudieron haber concurrido es entre dos mil, dos mil 500 personas.

Teniendo en cuenta también  que no todos eran funcionarios ni contratistas del departamento y de alcaldías afines a esta corriente política, podríamos decir que las concentraciones fueron buenas, las de ambos, no hay que desconocerlo, pero tampoco es como para exagerar ni que nos vengan con cuentos chinos como si los únicos que supieran sumar fueran los barretistas. "Ni tanto que alumbre el santo ni tampoco que no lo alumbre", dice el refrán popular.

Claro que para estos resultados también hay que agregarle a la logística los "buses para todos los barrios", incluyeron los que se estacionaron al frente de la gobernación para esperar la clientela del centro y sectores aledaños para trasladarlos al lugar de la reunión, refrigerios, halagos y promesas infaltables en este tipo de certámenes, así como las bailarinas de zamba que en diminutos trajes concentraron la mirada un tanto morbosa de algunos de los asistentes.   

Ahora bien. ¿Se podrá medir el resultado de las urnas por la cantidad de gente que asiste a determinadas concentraciones? No de ninguna manera. Para no hacer historia, recordemos épocas no tan remotas como cuando Alfonso López Michelsen en las elecciones presidenciales de 1982, perdió frente a Belisario Betancur, y luego se preguntaba: "¿Y los votos de la costa dónde están?", para significar la sensación en la que tenía fijado su triunfo en esta región del país, porque además de considerarla su fuerte, las manifestaciones que habían presidido habían sido multitudinarias.

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Otro caso similar se registró en la pasada campaña, cuando fue innegable que Petro llenaba las plazas y el que ganó fue Duque. Lo que incluso ha servido para que algunos digan que se registró fraude.

Ejemplos de plazas y recintos llenos hay muchos, que no siempre han coincidido con los resultados en las urnas. Los barrestistas no se deben dejar llevar por la euforia, aún faltan varios meses para las elecciones de octubre y que pase mucha agua bajo el puente. La política es 'dinámica'  y pueden registrarse movimientos inesperados.

De hecho, este sector conservador no es tan monolítico que digamos; se sostiene fundamentalmente con base en contratos, puestos, ofrecimientos, halagos y dádivas. El nepotismo es el único que funciona bien allí, al decir de mucho crítico.

En este caso es necesario resaltar que el Representante José Elver Hernández ("Choco"), es una especie de rueda suelta que solo controla, de vez en cuando, el excongresita Gonzalo García, que tiene agenda propia e intereses diferentes al gobernador Barreto.

El "Choco", tiene fama de ser muy escurridizo, que hoy se puede hacer tomar la foto con Ricardo Orozco y mañana con cualquiera otro, sino pregúntele a Mauricio Jaramillo, quien tiene una experiencia sobre la conducta política de este congresista. Prueba de ello, es que el dirigente conservador del norte del Tolima, se marginó del ágape de Hurtado, porque al parecer, tiene mejores propuestas en otro lugar.

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En estas condiciones, el barretismo no debe iniciar campaña haciendo cuentas alegres, así la gobernación del Tolima sea el directorio político más grande del departamento y tenga como candidato a la alcaldía de Ibagué al más hábil en los piques y para burlar la justicia manipulando videos.