Por: Oscar Viña Pardo

Comunicador Social - Periodista

Con los avances tecnológicos en la medicina y las reglas que ponen las IPS, donde un paciente no puede durar más de 20 minutos en el consultorio, se fue acabando una de las valiosas cualidades de los médicos, el ojo clínico. De escuchar e inspeccionar al paciente, se pasó al tecleo permanente de los computadores donde puedan pedir los exámenes básicos, especializados y remitir.

Eran los tiempos donde el médico tenía, no solo el respeto de la comunidad en general, por su familiaridad con el entorno, por su don de gente, porque no comían entero, porque era complejo ser especialistas o sub especialistas y les tocaba atender de todo con uno de los maravillosos dones que tenemos, el ESCUCHAR.

Para definir qué es el ojo clínico nos remitimos a nuestro amigo que todo lo sabe, Mr. Google define: “es esa capacidad del médico que se aprende con la experiencia (si se la tiene) de "ver" inmediatamente los problemas del paciente e intuir que está sucediendo y las posibles soluciones. El ojo clínico, que algunos llaman intuición, no es algo que se puede enseñar, es algo que un médico tiene o no tiene, se puede desarrollar con el tiempo pero es una capacidad escondida que cuando llega el momento sale a la superficie, está hecho de espirito de observación, rapidez intelectual, cultura médica y, como se suele decir, práctica”.

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Hoy sumidos en la leguleyada, donde lo que no se escriba termina en demanda, más una preparación elemental universitaria, el tic tac del reloj, análisis de resultados de cuántos ha remitido vs costos beneficios para la empresa donde trabajan,  lleva a que el servicio de la salud sea complejo. Médicos robóticos dicen algunos pacientes. Otros, indican que no se sabe si es peor la espera a la consulta que la misma consulta.

No es la generalidad, pero como periodistas escribimos sobre lo que piensa la gente. Estadísticamente los resultados nos indican que hay menos muertes de recién nacidos, más esperanza de vida. Telemedicina, nano medicina. Avances tecnológicos que se convierten en herramientas fundamentales para donde pueden tenerlas. De ahí que la inequidad y desigualdad en el sistema de salud sea aún mayor y más en nuestros pueblos. 

Pero la comunidad insiste en que se perdió el ojo clínico. Los nuevos galenos llegan a su rural con los ojos vendados y empieza el verdadero proceso de aprendizaje, ahora con tanto protocolo, resoluciones, decretos y reglas por aprender los absorbe un sistema que reclama como comunidad más médicos que escuchen, con OJO CLINICO, dicen otros, que galenos que escriben y escriben y escriben sin mirar ni siquiera a su paciente.