Es un Estado ineficiente, porque ni el Ministerio de Educación, ni la Secretaría de Educación, ni los entes de control, ninguno fue competente a la hora de hacer valer la autoridad sobre unos constructores irresponsables, que desde el 2016 se burlaron de todo el mundo.   

Un solo colegio, la Sagrada Familia, hasta el pasado viernes tenía matriculados 1.641 estudiantes. ¿Dónde van a albergar con garantías esa cantidad de estudiantes?. La fácil, es que sigan en virtualidad. Y los estudiantes no quieren más virtualidad, los padres tampoco y los profesores menos. Les incumplieron el plazo de entrega del colegio, previsto para finales de diciembre, después de dos plazos incumplidos y ahora les dicen que si bien les va, sería para finales de abril. 

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Y no es solo la Sagrada Familia, es el Jorge Eliécer Gaitán cuya entrega estaba fijada para el 15 de mayo de 2022; lo mismo el San José, 28 de julio de 2022; José Antonio Ricaurte, 10 de octubre de 2022; Normal Superior, 11 de agosto de 2022. ¿Hasta cuándo vamos a tener que aguantar este abuso?, se preguntaba el viernes pasado un padre de familia de la Sagrada Familia, que participaba en el bloqueo de la avenida El Jordán como protesta por el drama que están padeciendo.

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Ante este complejo panorama desde Simatol se prepara nuevamente otra movilización del estamento estudiantil ibaguereño similar a la que se realizó el 2 de noviembre de 2022, para exigirle al Ministerio de Educación que el FFIE, Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa, termine de una vez por todas los colegios que presentan enorme atraso. Pero también la protesta estaría dirigida a la Secretaría de Educación Municipal para que cumpla con lo que le corresponde que son las obras complementarias. Dotaciones de pupitres, espacios para recreación y deportes, laboratorios, salas de profesores.