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Donald Trump es el nuevo presidente de EE.UU.
Trump arrasó en territorios considerados feudos demócratas desde hace años, ganando Pennsylvania y Wisconsin, estados que no elegían a un candidato presidencial republicano desde la décadas de 1980. Necesitaba ganar casi todos los estados en disputa, como ocurrió, imponiéndose en Florida, Ohio, North Carolina y otros.
Los mercados internacionales y el mercado de futuros de Estados Unidos se desplomaron reflejando las preocupaciones de los inversionistas de lo que podría significar la presidencia del magnate para la economía y el comercio mundial.
La Bolsa de Valores de Londres abrió hoy con un fuerte descenso y su índice general FTSE-100 perdía 144,87 puntos, el 2,12%, y se situaba en 6.698,26 enteros. En París el índice CAC 40 de París perdía 2,83%, en Madrid el Ibex 35 caía 3,8% y en Milán el FTSE Mib 3,32%. La bolsa de Lisboa por su parte se dejaba 2,33% poco después de la apertura.
Empresario de bienes raíces neoyorquino que vive en un lujoso ático en Manhattan, Trump forjó una sorprendente conexión con estadounidenses blancos de clase obrera que sienten haberse quedado atrás en un país con una economía cambiante y cada vez más diversificado. Presentó la migración, tanto la procedente de Latinoamérica como de Oriente Medio, como la raíz de muchos de los problemas que afectan al país y canalizó el temor al terrorismo dentro y fuera del país.
Trump asumirá la presidencia del país con un Congreso de mayoría republicana. Los aspirantes republicanos al Senado derrotaron a sus rivales demócratas en estados clave para retener su dominio en la cámara. La formación mantiene además la presidencia de la Cámara de Representantes.
Contar con el control del Senado supone que Trump tendrá mucha libertad en el nombramiento de jueces de la Corte Suprema, lo que podría acarrear un importante viraje a la derecha que durará décadas.
En su camino a la Casa Blanca, Trump se saltó años de convencionalismos políticos, dedicando duros insultos personales a sus rivales, calificando a los migrantes mexicanos de violadores y asesinos y prometiendo suspender temporalmente la entrada de musulmanes a Estados Unidos. No hizo públicos sus registros fiscales - rompiendo otra tradición de campaña - dejó a un lado el robusto trabajo de campo que ayudó a Obama a ganar dos elecciones presidenciales, confiando en su lugar en multitudinarios mítines para alentar a sus partidarios. Su campaña se vio salpicada frecuentemente por el caos, y tuvo tres directores este año.
La última, Kellyanne Conway, elogió los logros de su equipo al conocer el resultado final, con un mensaje en Twitter que decía "los mítines multitudinarios importan" y "hemos ampliado el mapa".
El ánimo en el cuartel general de Clinton se ensombrecía a medida que avanzaba la noche y mientras algunos de sus seguidores se marcharon, otros lloraban y se abrazaban. Sus principales asesores de campaña dejaron de devolver llamados y mensajes mientras Clinton y su familia seguían el desarrollo de la noche electoral en un lujoso hotel.
A las 02:00 de la madrugada, el director de la campaña demócrata, John Podesta, dijo a sus seguidores que se marcharan a casa. "Seguimos contando votos y cada voto debería contar", afirmó.
Trump heredará una nación temerosa y profundamente dividida por las oportunidades económicas y educativas, la raza y la cultura.
Las encuestas de salida subrayaron las profundas divisiones que han definido la campaña de 2016. Las mujeres de todo el país se expresaron en favor de Clinton por un margen en doble dígito, mientras que los hombres se mostraron significativamente más a favor de Trump. Más de la mitad de los votantes blancos respaldaron al republicano, mientras que nueve de cada 10 negros y dos tercios de los hispanos votaron por la demócrata.
*AP
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