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De Murillo, el atleta rey de la alta montaña

De Murillo, el atleta rey de la alta montaña

Yeisson Parra Rodríguez, a sus 24 años de edad se forja como uno de los grandes atletas del país.

Este sábado 23 de septiembre en la helada Tunja, Yeisson Parra Rodríguez, por obvias razones, se sentirá como si estuviera en su amado Murillo. Será participante estelar en el Campeonato Suramericano de Montaña y Trail, y lo hará en la competencia de los 16 kilómetros en la que tomarán parte cerca de 200 atletas provenientes de siete países. 

La representación colombiana la integran 21 atletas y ahí está Yeisson Parra Rodríguez, el único tolimense seleccionado gracias a los sobresalientes resultados que ha mostrado en su corta pero fulgurante carrera deportiva.

Yeisson hace parte de un selecto grupo de atletas que los expertos denominan “los nuevos talentos en estas especialidades del atletismo”. En el caso de Yeisson Parra Rodríguez hay quienes lo califican como el mejor atleta de montaña que tiene en la actualidad el país. Así, por ejemplo, lo define el experimentado profesor y atleta antioqueño Juan Carlos Cardona. Lo cierto es que Yeisson ha conseguido tanto en tan poco tiempo, que su futuro es más que halagador.

El deporte brinda oportunidades


Yeisson Parra Rodríguez, un señor atleta


En el momento de mencionar su nombre o de escribirlo, lo indicado es no omitir el segundo apellido Rodríguez, pues para él se traduce en una manera sencilla, pero a la vez estimulante de recordar siempre a quien fuera su mayor inspiración: la mamá Dorely Rodríguez Pinilla, la mujer promotora de su carrera deportiva, la mujer que lo alentó a no desfallecer por duro que fuera la meta a alcanzar “Mi madre lo dio todo por mí”, dice Yeisson, mientras evoca ese enero de 2021 cuando por culpa de un absurdo accidente doméstico la perdió allá en la finca ubicada a dos horas del casco urbano de Murillo, vereda La Vinagre donde nació Yeisson Parra Rodríguez hace 24 años, el lugar donde empezó a forjarse como el portentoso atleta que es hoy.

¿Cómo es que una madre campesina, en las profundidades de un municipio que hasta hace unos años permanecía en el anonimato e ignorado por la civilización, lo alienta para que fuera atleta, pero más que atleta deportista?,

Yeisson responde que “lo normal hubiera sido haber tenido un llamado de atención para que me dedicara solo a trabajar, ni siquiera de que me dedicara a estudiar, pero mi madre tenía una visión especial, y en parte eso fue algo que aprendió de un hermano de ella, quien hace como 40 años fue ciclista en el Líbano, en ese tiempo Murillo hacía parte del Líbano, él era conocido como el ‘Rolo’ Rodríguez, y mi madre vivió al lado de ese tío la satisfacción que le brindó el deporte. Por eso mi madre tenía claro que si yo practicaba el deporte podía salir adelante, incluso hasta estudiar si así lo quisiera, y estaría alejado de las tentaciones de los vicios dañinos porque “el deporte brinda oportunidades”, me recalcaba mi madre”.

La pérdida temprana de ese poderoso motor que era su mamá, puso a Yeisson en el borde de dejarlo todo. Todo es todo. Pero llegaron los infaltables, aquellos que aparecen en el momento preciso para tender la mano amable de la ayuda. Fueron los que se encargarían de arrebatarle al desánimo y la derrota, a un señor deportista rebosante de carisma y humildad.


Su primera salida internacional, Suiza... allí demostró Yeisson su capacidad y destreza en la montaña.


Después de terminar la primaria allá en la escuela de La Vinagre, Yeisson se matricula en el colegio Lepanto ubicado en el casco urbano de Murillo. Para llegar allí, tenía que caminar cuatro horas diarias, dos de ida y dos de venida, pero esa larga travesía sería a la postre la encargada de forjar un atleta en potencia. Al terminar el bachillerato y ya con la decisión de que lo suyo sería el atletismo, Yeisson busca un trabajo en el pueblo para poder entrenar y evitar las 4 horas de caminata.

Ese empleo es de ornamentador, pero Yeisson quiere más, sabe de sus condiciones, de sus capacidades y por eso se traslada al Líbano, pues allí las posibilidades para entrenar son mejores. “Trabaja y entrena, entrena y trabaja. Disciplina y constancia, hijo”, dice que retumban aún en su mente las consignas de mamá Dorely.

Los mecenas que nunca faltan

Empiezan las carreras y arrancan los triunfos. En una de esas competencias conoce a Jorge Marín, un libanense amante del atletismo quien un buen día de 2018 le dice a Yeisson que se inscriba en una carrera de campo traviesa que se va a realizar en Bogotá. Yeisson, que escasamente conocía el Líbano, a sus 19 años llega a Bogotá “Me sentí abrumado, sorprendido”, recuerda. Yeisson, gana la carrera.


Yeisson con sus alumnos en el estadio 'Ariel González' del Líbano


Pero si se deslumbró con Bogotá, el premio que recibió por ganar esa competencia terminó por sobresaltarlo aún más: se ganaba el derecho para participar en Suiza, en la ciudad de Zinal. Son dos competencias, gana una y la otra la pierde por dos segundos. Pero lo más importante para su vida deportiva que le ocurre en su estadía en Suiza es haber conocido al profesor y atleta y hoy su entrenador, Juan Carlos Cardona, quien se ha convertido en uno de sus guías predilectos.

Llegan después triunfos resonantes que le abren las puertas de par en par en el Tolima. Ocupa el primer lugar en Pasto en el campeonato nacional de kilómetro Vertical y clasificatorio al Sudamericano de Chile en 2021, y gana también la parada nacional de montaña en Yumbo Valle, clasificatorio al mundial de Tailandia.

Estos triunfos hacen que la Liga de Atletismo del Tolima lo acoja con entusiasmo. Nelson Barragán, presidente de la Liga no esconde su exaltación cuando habla de Yeisson Parra Rodríguez. “Yeisson es un modelo, es un paradigma para muchos jóvenes que vienen desde abajo, En Yeisson hay compromiso, sacrificio y disciplina. Estamos ante el mejor atleta de montaña de Colombia y uno de los mejores de Suramérica”, dice el profesor Barragán.

Un trabajo encomiable que hizo la Liga de Atletismo fue gestionar ante Indeportes Tolima un contrato de monitor para la formación de niños atletas. Fruto de esa gestión, Yeisson dirige en el Líbano una escuela donde tiene a cargo un puñado de niños a quienes les inculca lo que es él: tesón y lucha.


El podio ya se volvió familiar para Yeisson Parra...en la foto luce el primer lugar


Entonces, Yeisson forma, entrena, estudia y compite como lo va a hacer este sábado en Tunja en representación de Colombia.  En la actualidad cursa 5º semestre de administración deportiva y tiene en mente que apenas termine iniciará la licenciatura en Educación Física.

Yeisson participará representando al Tolima en los próximo Juegos Nacionales en el Eje Cafetero, en donde está por decidirse en qué competencia lo hará, si en la gran maratón o las pruebas de 1.500 y 3.000 metros planos.

Jorge Marín dice que en su casa en Bogotá, Yeisson es recibido como un miembro más de la familia “porque se ha ganado el cariño, debido a su humildad, y también porque es un batallador, no se rinde. Cuando tiene que venir a Bogotá llega a nuestra casa, lo recibimos como un hermano más”.

Su entrenador Juan Carlos Cardona valora de Yeisson su disciplina, pero sobre todo que es muy soñador “Pese a las dificultades que ha tenido que sortear como la muerte temprana de la mamá que era su guardiana y de vivir en el campo, ha elegido un deporte muy duro, pero le ha dado sus frutos. Va bien, tiene mucho futuro en el atletismo, tiene un nombre ganado en el Trail, es un atleta joven y por eso el futuro que le espera es halagador”.

Honor a la tierra de atletas

Entonces, ahí está Yeisson Parra Rodríguez, listo para la competencia de este sábado de septiembre en los campos de Boyacá, con la mente puesta en la victoria, con la mente puesta en el recuerdo de mamá Dorely, la campesina madre visionaria cuando le decía “Plasme un objetivo y esté dispuesto a trabajar para lograrlo”, pero también con la mente puesta en su papá Javier Parra y su hermana Rosmery allá en la finca profunda y lejana de caminos agrestes, pero también por esa mente triunfadora pasa la novia solidaria, la de la fortaleza constante, Liliana Hernández...son muchos nombres más ayudando a un atleta consumado en la tierra de atletas que también es el Líbano: Jeisson Suárez o Arabelly Orjuela y más atrás Ricaurte Oviedo, y aún más atrás Carlos Ávila, después convertido en leyenda en el Valle del Cauca. Ahí va Yeisson Parra Rodríguez, con paso de triunfador pero con  pies humildad y gratitud por las tantas manos amigas que sean esmerado por impulsarlo.

Henry Rengifo Hernández

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