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¿De los tres quién será? ¡Ninguno!
Opinión
Por: Humberto Leyton
Si nos atenemos a la lógica política, si existe claro está, nos adelantaremos a decir que de los tres nombres que buscan la candidatura del Centro Democrático (C.D) a la gobernación del Tolima, ninguno será el ungido a esa nominación.
Carlos Edward Osorio, Milton Restrepo y Mauricio Pinto, en nuestro criterio, están participando en un sainete donde ninguno tendrá el papel principal de la obra sino que serán actores secundarios, donde por arte de magia, el verdadero protagonista saldrá del sombrero tipo cubilete del director de la obra.
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En primer lugar el C.D. es un partido que en el Tolima y en la mayoría del país, no ha mostrado fuerza política regional. Su propia conformación como organización caudillista finca su ideología, programas, proyectos y decisiones en una sola persona: Álvaro Uribe Vélez, que es el Mesías y dios verdadero de su movimiento, pero que escasamente tiene una representación en el Congreso de 19 senadores (16.6%) de los 102 integrantes de esta cámara y 32 Representantes (18.6%) de los 166 que tiene esta célula legislativa. En el Tolima, de los 15 diputados de la Asamblea Departamental solamente tiene uno (Milton Restrepo) y de los 19 concejales de Ibagué, igualmente uno (Hasbleidy Mórales), con estas cifras el uribismo no está en condiciones de imponer nada al resto de partidos y movimientos.
Si bien es cierto, tienen Presidente (Iván Duque) que obedece todo lo que diga el Mesías, este no tiene capacidad política para decidir mucho sobre lo regional, toda vez que su gobierno no ha respondido a las expectativas que tenían sus electores, además ha incumplido sus promesas de candidato y tiene un alto porcentaje de desaprobación por parte de los colombianos y por ende de los tolimenses, además de enfrentar un crítica situación social y de orden público, como no la vivía el país desde hace unos años.
Las elecciones regionales son diferentes a las nacionales y se juegan intereses distintos, de dirigencias o castas políticas locales que desde hace años han impuesto alcaldes y gobernadores. En nuestro entender, existen factores donde el pulso territorial se hará sentir luego de los Acuerdos de Paz con las Farc, en medio de una discusión entre quienes propenden por acabarlos y los que piensan que se deben desarrollar e implementarlos para poder lograr definitivamente el anhelo de todos los colombianos. También aparecen en esta radiografía los partidos y movimientos que no tienen participación en el Gobierno Nacional y que quieren mantener o tener poder local o regional a especie de equilibrar las cargas frente a la voracidad burocrática uribista que no quiere compartir ni aflojar nada; entre los partidos damnificados se encuentra el Liberal, Cambio Radical, la U, sectores conservadores, y los Alternativos ( Colombia Humana, de Petro, Verdes, el Polo, Unión Patriótica, Colombia Renaciente, comunistas, indígenas, movimientos sociales, entre otros) que sumados en su conjunto, superan pero de lejos, en votos y en capacidad organizativa electoral al C.D.
Esta apuesta por el poder regional tiene características especiales y concretas en cada departamento y municipio, y en el caso del Tolima, existen temas fundamentales como la defensa de los recursos naturales con el agua como referente principal, el no a la megaminería contaminante a cielo abierto, la protección del bosque de Galilea como un altar y tesoro natural de nuestra geografía, el no a la industria extractiva que amenaza la vocación agrícola de nuestro departamento, son cuestiones a las que no le jala el C.D.
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Igualmente, está la corrupción servida y la administración departamental de Óscar Barreto, ha dado toda la papaya para explotar en campaña los sospechosos y pocos transparentes métodos de contratación y convenios, que en sus dos administraciones, tienen su sello característico. Los tres precandidatos del Centro Democrático, de una u otra manera, están comprometidos con este gobierno; por lo tanto, no tendrán la autoridad para criticarlo, menos para enfrentarlo y ofrecer soluciones a este terrible cáncer que padecemos los tolimenses.
En estas condiciones, es sumamente difícil, aunque en política todo es posible, que cualquiera de estos nombres conciten la confianza y la voluntad de otros partidos y electores que esperan cambios verdaderos, especialmente en los temas de corrupción.
Por eso, nos atrevemos a decir que ninguno de los tres precandidatos que hay en juego en el C.D. vaya a representar una coalición de amplias características como la que aspiran a formar quienes están en contra de la continuidad de la actual administración a través de Ricardo Orozco.
Pero, tampoco creemos que la excongresista Rosmery Martínez, escogida por el partido Liberal y Cambio Radical, para presentarla como candidata al C.D. en un posible acuerdo, arrastre electorado fuera de la maquinaria política que puedan tener los partidos y movimientos que la apoyen. Las razones, su poco trabajo demostrable como Representante a la Cámara, salvo la condecoración a su peluquero Norberto.
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