“Al celebrarse hoy el miércoles de ceniza es volver a mirar a Dios y al prójimo, porque él es quien nos guía y con su palabra da la sabiduría que nos orienta”, así lo expresó el obispo de Ibagué, Monseñor Flavio Calle Zapata.

Por eso hoy en cada una de las parroquias católicas se escuchará la frase “en polvo eres y en polvo te convertirás”, como un preámbulo a la celebración de la Semana Santa en la llamada cuaresma.

Monseñor Calle Zapata dijo a El Cronista.co que “cuando dejamos a Dios de lado, las cosas no nos salen bien, además manifestó que él es nuestro polo norte y es la luz que nos guía”.

“La cuaresma es el camino a la Semana Santa, es volver a Dios. Muchas veces nos volvemos fríos, indiferentes, rutinarios, por eso hay que crear nuevas formas de relacionarnos con el prójimo con amor y respeto y compartir”, dijo el Obispo.

“El miércoles de ceniza es de origen bíblico, la palabra de Dios nos recuerda y nos dice que somos polvo y al polvo debemos volver”, expresó Monseñor Calle, además que “somos espíritu y nuestras almas son inmortales y cuando llega la muerte el cuerpo se deshace en espera de una resurrección”.

Por ello invitó a dejar la soberbia, el orgullo, la vanidad y engreimiento.

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Monseñor Flavio Calle Zapata dijo que “es importante que los católicos le abran el corazón a Dios y que le abran su corazón a los miembros de la familia, que sea con bondad, cariño, dejando a un lado la agresividad, la aspereza, el rencor con venganza, porque ello no conduce a nada bueno”.

Origen del miércoles de ceniza

Según la iglesia católica, en la Iglesia primitiva variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el jueves antes de la Pascua. Cuando éstas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fue simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, en el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.