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Andrés Francel, el arquitecto del Arte

Andrés Francel, el arquitecto del Arte

 Es arquitecto, historiador, poeta, pintor, escultor, profesor, cantante y en algún momento aspiro al concejo de Ibagué. El investigador al que la Alcaldía le otorgó el premio para la publicación de investigación en patrimonio, hablo con el Cronista.co

Su hoja de vida es por poco una resma de pergaminos; maestría, doctorado, cuatro idiomas, cursos cortos, participaciones en distintos eventos y en proyectos de investigación. Col Arte lo tiene en la mira como un representante de las distintas artes: pintura, poesía, escultura música y lo que él llama el Arte Mayor, la Arquitectura.

Esperar la llegada de Andrés para una entrevista, genera algo de nerviosismo, y por qué no decirlo: susto. Pero contrario a los que se pueda imaginar, la charla con este polifacético hombre resulta una plática amena cargada de experiencias y actitud jovial.

El arquitecto de no sé cuántos años, porque en realidad no hice esa pregunta; debido a que, él cómo las grandes y conocidas construcciones no se miden por la edad sino por el resplandor a través de tiempo y manifiesta la pasión infinita que siente por la arquitectura. Ha hecho de su vida la mejor de las obras y se evidencia en que sus pasiones, no han ido detrás de un lucro sino bajo la intención de ser feliz.

Proviene de una familia unida, y sostenido por los pilares que son su esposa y sus dos hijos, además de los múltiples conocimientos, las lecturas y el amor por el arte, Francel afirma que como buena construcción de arquitectura humana, las revelaciones o ideas súbitas son ese temblor o en el peor de los casos el terremoto que lo hace reinventarse; lo que le crea conmoción.

Del premio que le otorgo la alcaldía hablo muy poco, pero demostró a lo largo de la entrevista que tenía méritos de sobra para el reconocimiento. De la ciudad hablo desde todas las perspectivas, de ese compromiso como ciudadano ejemplar que siempre ha asumido y que desde el campo profesional ha trabajado para demostrarles a los Ibaguereños que como ciudad podemos ser mejor.

Conoce a profundidad los problemas que desde la primera mitad del siglo XX ha tenido la capital del Tolima frente a las malas prácticas de desarrollo urbano, que en la mayoría de los casos han atentado contra el paisaje característico de la Ciudad Musical, que entre otras, ha sido producto del beneficio propio de algunos gobernantes.

Lamenta las construcciones antiguas que se han venido al piso por darle paso a la modernidad  de los edificios, aquellos grandes bloques que las constructoras a través de publicidad bonita y precios módicos han insertado en barrios tradicionales como Belén y La Pola, acabando con el legado de tranquilidad y belleza características de la ciudad musical.

La intención de su investigación se basa en decisiones correctas respecto al crecimiento de la ciudad, y a la planeación. Hay que tener presente los estudios y las investigaciones cuando de realizar una obra se tratan, y hay que planear un proyecto pensando en Ibagué, conociendo su legado histórico.

El problema de la ciudad desde siempre es que se hacen estudios y no se tiene en cuenta las conclusiones y recomendaciones, por eso la ciudad crece de manera inercial y por decisiones individuales, donde detrás de cada proyecto se manejan intereses que benefician a unos cuantos.

Como buen Ibaguereño admite que tenemos el mejor vividero del mundo, y que aún se conserva la arquitectura de la Ibagué antigua y pone como ejemplo la calle 18 que conduce desde la tercera hacia la quinta. Ama esa arquitectura, destaca el color, la textura, pese a ser una calle que no genera seguridad, dice que no hay mejor conjunto armónico que ver al final de esta calle lo que él considera una vedet a la exquisita obra italiana que es la iglesia del Carmen, donde tiene como telón de fondo al imponente cerro Verde. Y es que para Andrés conocedor profundo de las artes, de los bienes patrimonio del mundo dice que la obra más importante de Ibagué son sus montañas, esas que nos destaca como una sociedad tranquila.

Ve en un futuro a Ibagué, como una  ciudad que conserva y cuida el patrimonio arquitectónico, y reconoce que esta necesita adoptar la modernidad siempre y cuando se respete el paisaje y la naturaleza.

No entiende porque la ciudad busca tener grandes espacios para que los ciudadanos andén con afán, ¿Acaso pretenden copiar a Bogotá? –"Nos hemos destacado por ser una ciudad tranquila, una  ciudad ideal donde todo lo tenemos cerca, ¿Por qué copiar modelos de grandes ciudades, si la belleza de Ibagué radica en las cosas simples? Al ibaguereño le falta ver la ciudad con óptica de ibaguereño, no con óptica Bogotana, paisa o Neoyorkina. Y esta premisa va acompañada de cultura, de eso que tanto nos falta. De nada sirve hacer grandes edificios y amplias avenidas si como ciudadanos nos estamos matando, hay que empezar a  crear conciencia, para luego tejer ciudad"-, afirma.

El profesor que la gran mayoría de alumnos admira, ese mismo que es la reencarnación de Amparo Grisales debido a que cuenta las historias del mundo con un sello personal y como actor presencial en todos los hechos, invita a que seamos estudiantes eternos del mundo, en la manera que mediante el estudio y el conocimiento podamos asumir roles para surfear  distintas problemáticas que el mundo nos depara, es el mensaje de Andrés Francel, quien en una sola palabra se define como Creador.

Textos y fotos: Julio Tovar

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