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El barretismo en la cuerda floja
De no poca monta el desenlace que pueda derivarse de la situación judicial que en estos momentos enfrenta el gobernador Oscar Barreto Quiroga.
Sin más especulaciones que los hechos que rodean los diferentes procesos judiciales que se le siguen, ciertamente en este momento debe haber enorme preocupación en las huestes barretistas y porqué no en buena parte del partido conservador del Tolima.
Entiéndase, quiéranlo o no algunos, Oscar Barreto es en la actualidad el jefe supremo de esa colectividad.
Y ahí precisamente es que surge la gran preocupación.
Una eventual medida de aseguramiento contra el mandatario de los tolimenses, no solo tendría profundas repercusiones en la política general, sino que el barretismo se quedaría sin su jefe natural, lo que conllevaría a un desmoronamiento de esa fuerza política.
Eso se daría porque el barretismo es Barreto y nadie más.
Es verbigracia lo que ocurrió con el gomezgallismo. Con la partida de Luis Humberto Gómez Gallo, desapareció el movimiento que él fundó y dirigía.
(Tener en cuenta que si este viernes sale bien librado el Gobernador, aún le quedan por resolver temas gruesos, lo que significa que para nada es fácil su situación).
Lo cierto es que al interior del barretismo no hay líderes lo suficientemente carismáticos y fuertes que puedan llenar el vacío que podría dejar su líder en caso tal de ser apartado del cargo.
Ni el representante 'Choco', ni menos el hombre de las volteretas Jaime Eduardo Reyes, ni tampoco el sobrino del Gobernador, el representante Miguel Barreto, tienen la fuerza para asumir el control.
En el caso del representante Miguel Barreto se puede afirmar que sería uno de los grandes damnificados si el gobernador-tio es sancionado. En ese caso, la aspiración al Senado quedaría mal trecha o mejor prácticamente sin ninguna opción, circunstancia que lo obligaría a buscar la reelección en la Cámara. Una cosa es el Gobernador con el poder y la chequera, y otra apartado del cargo.
Otros nombres del staf del barretismo, que a pesar de contar con todo el beneplácito del Gobernador pero que no se les ve el liderazgo suficiente como para enfrentar un reto sin Barreto en la arena política, se encuentra el actual secretario del Interior y uno de sus más fieles escuderos, Ricardo Orozco, el otro es Mauricio Pinto, de quien dicen es la ficha para ser el candidato a la Gobernación, bien sea para el periodo de dos años si sancionan a Barreto o para las elecciones del 2019. (gobernadores y alcaldes)
Otro hecho que podría también jugar en contra de la unidad del barretismo, son las enemistades que se han granjeado, por razones de egos, entre los que se dicen pertenecer a la cúpula.
Ciertamente lo que se viene no va a ser fácil, así la decisión que se tome este viernes no comprometa al Gobernador, pero hacia adelante lo va a dejar en una posición difícil, sobre todo de gobernabilidad por cuenta de las otras investigaciones.
Hay que estar preparados porque el mapa político del Tolima podría tener cambios sorprendentes en las próximas semanas o meses. ¿Con quién o quiénes? Esa es la pregunta del millón.
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