El regreso a la rutina después de las festividades decembrinas y las vacaciones de fin de año puede convertirse en un desafío para muchos. Estas fechas, en las que se viven momentos de descanso y encuentros especiales, deja a las personas frente a un proceso de readaptación que, en ocasiones se ve acompañado por el llamado síndrome postvacacional.

El síndrome postvacacional es un conjunto de síntomas que algunas personas experimentan al regresar al trabajo después de un período de vacaciones. No se considera un trastorno psicológico según el DSM-5, pero sus síntomas sí afectan tanto a nivel físico, como psicológico y conductual.

Diana Castañeda, docente del Politécnico Grancolombiano, comparte algunos tips prácticos para adaptarse más fácilmente a la rutina: Disfrutar de los momentos presentes, generar una rutina progresiva, establecer metas realistas, planificar con anticipación, entre otros.

Según Diana Castañeda, “las dificultades para dormir, dolores de cabeza y el cansancio generalizado son quejas físicas frecuentes”.

Entre los síntomas más significativos, en el ámbito emocional es común observar irritabilidad, desmotivación y una sensación de vacío asociada a la pérdida de tiempo de calidad con familia y amigos. Además, las personas pueden experimentar problemas cognitivos y conductuales, como dificultad para concentrarse y una marcada tendencia a procrastinar.

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El impacto en el desempeño laboral o académico es significativo: disminución de la productividad, falta de interés en nuevas actividades y mayor probabilidad de conflictos interpersonales.

Ante este panorama, la docente del Politécnico Grancolombiano comparte cinco tips prácticos para adaptarse más fácilmente a la rutina:

1.         Disfrute de los momentos presentes: Antes de regresar a las responsabilidades, asegúrese de disfrutar plenamente de las actividades de ocio. El descanso también implica desconectar y vivir el presente.

2.         Genere una rutina progresiva: Vuelva a los hábitos diarios de forma gradual. Establezca bloques de actividades que le permitan adaptarse de manera progresiva a los compromisos.

3.         Establezca metas realistas: Defina pequeños objetivos. Identifique las tareas más importantes y priorice aquellas que sean sencillas de realizar para evitar la procrastinación.

4.         Planifique con anticipación: Antes de que finalicen las vacaciones, retome horarios de sueño, alimentación y descanso. Prepare elementos como agendas, materiales de trabajo y vestuario para activar su cerebro ante el cambio de etapa.

5.         Practique el agradecimiento y el autocuidado: Cambiar el enfoque es crucial. La transición de las vacaciones a la rutina productiva puede ser vista como una oportunidad para alcanzar nuevos logros. Reserve tiempo para actividades que le brinden bienestar.

Castañeda explica que “es común que, tras las vacaciones, se produzcan emociones displacenteras asociadas a factores previos que no han sido tratados adecuadamente en los entornos laborales y académicos”.

Concluye que afrontar el síndrome postvacacional no solo es posible, sino que también puede convertirse en una oportunidad para establecer hábitos saludables y retomar la rutina con energía renovada. Con una actitud positiva y estrategias prácticas, el regreso a las actividades cotidianas puede ser más llevadero y, sobre todo, enriquecedor.