A 20 meses de la Administración Hurtado, todo parece idéntico a la situación que vivía Ibagué en todos los aspectos, en la nefasta alcaldía de Luis H. Rodríguez, incluyendo no solo la contratación, si no el servicio de salud que se encuentra en cuidados intensivos. 

Y lo grave de esta situación, es que la administración del ‘Ibagué vibra’, no ha tomado ninguna medida tendiente a solucionar el despilfarro de recursos económicos y la mala dirección de la Unidad de Salud de Ibagué (USI), pese a todas las denuncias que han realizado desde diferentes sectores, incluyendo el concejo municipal, el señor Carlos Cuellar sigue campante en su cargo y el alcalde Hurtado no se da por enterado de lo que está pasando en la entidad encargada de atender los asuntos de salud de la capital del Tolima. Es decir, el mandatario local, además de incapaz e inepto, es también ciego, sordo y mudo. 

La crisis de la USI, que comenzó el año anterior (2020), se ha venido agravando sin tener dolientes hasta el momento, se agudiza día a día tal como en sucesivos informes lo ha venido denunciando este portal (El Cronista,co), donde no solo salta a la vista la pésima administración de la Unidad de Salud,  los actos de corrupción en la contratación (caso puesto de salud de Picaleña), el incremento de la burocracia con plantas paralelas; agregándose a ello la falta de medicamentos, reactivos para el laboratorio, la parálisis de la sala de cirugía y, lo más deprimente,  el silencio cómplice del alcalde Hurtado, quien consiente esta situación y no hace nada por buscarle salidas.

• (Puede leer las siguientes notas relucidas con estas afirmaciones: Escandalosos sobrecostos en la obra de la USI en Picaleña)
• .- El oscuro entramado de la contratación de la USI de Picaleña 
• .- Los 40 bendecidos de la USI

Las cínicas y mentirosas respuestas de Carlos Armando Cuéllar Barreto, gerente de la USI, para justificar la debacle de esa entidad, es responsabilizar a la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo, cuando la realidad es distinta. Sera tal la falacia de este médico, amigo personal del alcalde, que llega hasta el colmo de volver a inaugurar la Unidad Mental que había dejado funcionando la administración anterior.   

Cuellar no cuenta que la USI la recibió completamente saneada con el plan de salvamento del año 2019, con la que se esperaba que la institución de salud de primer nivel más importante de Ibagué no volviera a tener afujías. Hoy, lamentablemente, la realidad es otra muy distinta. La irresponsabilidad del gerente Cuellar (a título de simple ejemplo) llega a que una enfermera que ganaba $2.884.000 pasa a recibir ahora como supernumeraria $7.956.200 ¿Cómo explica este despilfarro, y los muchos que se registran en esa institución? 

• (Puede leer nota relacionada: ¿Podría ser intervenida la USI – San Francisco E.S.E?)

Y para que no quede duda de los oscuros nubarrones que se ciñen sobre la USI, basta con citar las cifras del debate que promovió el concejal Eduard Toro, del Centro Democrático, en el Concejo Municipal, donde se afirma que la USI tenía ganancias por $ 2.500 millones en junio del 2019, y en la actualidad la entidad reporta un déficit de $ 2.290 millones y podría ascender a $ 11.500 millones en diciembre de este año. 

• (Puede leer nota relacionada: Concejal Toro denuncia derroche en la USI, pese al déficit de $ 2.290 millones)

Infortunada surte la de Ibagué con estos funcionarios encargados de administrar la salud de sus habitantes. Dedicados a poner el espejo retrovisor para tapar su incompetencia y cubrir sus malas acciones mintiendo y trasladando responsabilidades a administraciones anteriores. A esta conducta asumida como escape, no se queda atrás ni la pandemia para echarle la culpa de la desgracia que vive la USI; si así fuera, la clínica de El Limonar, hoy sede del Federico Lleras, estaría aun clausurada y posiblemente el principal centro asistencial del Tolima cerrado, pero la situación es distinta. 

El gobierno departamental, en una actitud diametralmente opuesta a la municipal, aprovecho la pandemia para fortalecer el servicio de salud de los ibaguereños y tolimenses, gestionó recursos millonarios ante el gobierno nacional (lo que no hace el municipal), rescató la clínica El Limonar, y fortaleció el hospital Federico Lleras, mientras que los ‘buenos muchachos’ del alcalde Hurtado, desmantelan el hospital San Francisco y tienen en la bancarrota a la Unidad de Salud de Ibagué (USI).