Fair Alarcón, médico epidemiólogo y coordinador del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) del Tolima, alertó desde la Secretaría de Salud sobre la preocupación por los dos focos activos de fiebre amarilla en el departamento y la necesidad de vigilancia comunitaria, destacando que el virus podría circular de manera permanente debido a su forma de transmisión en el vector.

El especialista señaló que, si bien existe un control sobre el brote, no hay que bajar la guardia debido a los dos focos activos. El primero se encuentra en el oriente del departamento, abarcando municipios como Cunday, Villarrica, Purificación, Prado y parte de Dolores. Estos municipios aún presentan transmisión activa de la enfermedad, con incluso desplazamientos del vector en las zonas.

El segundo foco activo se localiza en los municipios de Ataco, Rioblanco y Chaparral. Alarcón indicó que, además de los casos en humanos en estas zonas, se han registrado epizootias (enfermedades que afectan a animales) en San Antonio y Planadas, sumando un total de diez municipios con circulación activa del virus.

• Puede leer: El Tolima supera una crisis, pero sigue en riesgo: la fiebre amarilla no da tregua en el departamento.

Un punto crucial que desarrolló el epidemiólogo fue la forma de transmisión del virus a través del mosquito. Explicó que los zancudos infectados tienen la capacidad de realizar una transmisión vertical, lo que significa que depositan huevos que ya están infectados. Al eclosionar, una nueva generación de zancudos ya porta el virus, garantizando su persistencia. Esta característica biológica del vector lleva a la conclusión de que la fiebre amarilla podría estar presente en estos territorios del departamento del Tolima por un tiempo prolongado. 

El doctor Alarcón enfatizó que, ante la persistencia de los focos activos, la vigilancia comunitaria se establece como la medida de contención más importante y urgente en el Tolima.

La población residente en los diez municipios con circulación activa debe asumir el rol de primer centinela del sistema de salud. Esta responsabilidad vital implica la notificación inmediata a las autoridades sanitarias locales o a la Secretaría de Salud ante la aparición de cualquier síntoma compatible con la enfermedad. Un reporte temprano de los casos humanos es fundamental para activar rápidamente los protocolos de respuesta, aislamiento y control vectorial, logrando así cortar la cadena de transmisión del virus antes de que se propague masivamente.