Sandra Tocora, es una maestra que irradia amor, consagración y sobre todo entrega total a la causa, como es el de enseñar a los niños más pobres de la institución educativa San Francisco, ubicada en el Cural la Tigrera, ubicada en el corregimiento de Tapias.

Muy temprano esta joven mujer quien habita en Picaleña se levanta para dejar listo sus quehaceres y emprender en su motocicleta, una jornada larga que la lleva hasta la zona rural de esta capital.

Al llegar a las 6 de la mañana, esta docente saluda a los niños que asisten al colegio luego de recorrer un camino de una hora, con el fin de no quedarse sin aprender sus primeras letras, además un poco de historia, geografía, matemáticas, pues muchos de ellos visualizan ser médicos, abogados, policías, y otros ingenieros.

Sandra, es una mujer sencilla, sonriente, simpática, se siente muy feliz y todos los días le da gracias a Dios, por haber conseguido este hermoso trabajo, porque para ella era una de sus metas, poder compartir con los niños sus conocimientos y el inculcarles los buenos valores.

Sandra Tocora, es Ingeniera de Sistemas, pero al terminar esta carrera decidió estudiar Educación y Pedagogía y al culminarla, tomó rumbo a la Habana, donde hizo una maestría en Ciencias Pedagógicas, en la Universidad Enrique José Varona. Allí estuvo un tiempo en esa hermosa isla de Cuba, hecho que ha considerado como una buena experiencia.

Pero sentía que sus raíces la traían nuevamente a la ciudad musical de Colombia, donde inició su trabajo como docente desde hace diez años, sabe cuáles son las necesidades y qué pensamientos tiene un niño que con dificultades debe recorrer un largo camino para llegar a una humilde escuelita y aprender, para ser un ser humano de bien.

Sandra Tocora, señala que “aquí tenemos muchísimas dificultades, las instalaciones no son las mejores, la alimentación que se les está dando a estos niños es pésima, el operador no está cumpliendo y la Alcaldía no ha hecho absolutamente nada”.

“Aquí hay un grado de pobreza extrema en esta región, porque los padres de estos niños no son agricultores, debido a que la tierra no es la mejor para cultivar y deben salir a la ciudad a buscar trabajo”, dijo Sandra.

“Da tristeza que tampoco tengamos internet y a mí me toca compartirle videos y canciones muchas veces desde mi celular. Los niños desean explorar y conocer más el mundo, porque ni siquiera conocen Ibagué y sus maravillas”.

Esta docente le hizo un llamado a la Secretaria de Educación de Ibagué, porque tampoco les ha entregado uniformes a estos niños que se sienten felices de vivir con lo poco, igualmente no tienen útiles escolares y la mayoría de ellos llegan sin su desayuno.

Sandra en el día de maestro, dice que para ella y para muchos que entregan toda su vida al servicio de la educación, el más bello homenaje que se le puede hacer es ver en condiciones mejores a estos chicos, facilitarles el aprendizaje, que va acompañado de una calidad de vida mucho mejor.

Por eso invitó a todos los profesores a seguir luchando por sus alumnos, a entregarles una educación acompañada de buenos valores y de conocimientos para enriquecer sus vidas, con mucho amor.