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Presos del COIBA Picaleña denuncian violación de derechos humanos
A través de un audio enviado desde el interior del COIBA de Picaleña, el preso político de las FARC-EP Oscar Morales Sogamoso, hizo públicas una serie de arbitrariedades cometidas por las autoridades con 130 reclusos que estaban en otras cárceles del país y fueron trasladados a Ibagué.
El motivo del traslado se debería a que los catalogaron como “líderes negativos”, ya que apoyaban a otros presos en la defensa de sus derechos fundamentales por medio de acciones jurídicas.
“El 24 de marzo nos trasladaron aduciendo posibles fugas y amotinamientos. A partir que se declara la emergencia carcelaria, el Director General del INPEC da facultades especiales a los Inspectores regionales para trasladar posibles líderes negativos y así controlar los desórdenes en las cárceles. Lo que hicieron fue deshacerse de los líderes que buscan la defensa de los derechos humanos de cada interno y de muchos compañeros que han ganado tutelas. Se lavaron las manos y sacaron la gente para no cumplir tutelas”, explicó el recluso.
Asimismo, Morales Sogamoso señala que a partir del martes 24 de marzo, y hasta el sábado 28, estuvieron en condiciones infrahumanas. “No tuvimos ni siquiera una hora de sol, sin agua potable, sin teléfono, los baños llenos de excremento. Nos estaban prácticamente torturando física y psicológicamente. Con el pasar del tiempo nos dieron 15 minutos de llamada, una hora de sol y seguimos confinados”, aseguró.
Hace énfasis el preso político en que no fueron trasladados por mal comportamiento que hayan tenido en otras cárceles de Colombia, sino que, se debe al respaldo que les daban a otros compañeros. “En estos momentos seguimos confinados en nuestras celdas. Sin televisor, sin radio, sin derecho a comunicarnos con el exterior y negando nuestra movilidad diurna; de lo que habla el código penitenciario”, precisó Morales.
Además, culpan de homicidio al Director General del INPEC, pues sostienen que falleció uno de los 130 presos trasladados. “Era un señor que venía desde Itagüí, le decían alías el ‘Oso’, y murió encerrado en una celda de la Unidad de Tratamiento Especial. Cuando nos trajeron estaba recién operado del corazón y en esa celda le dio un ataque. Esa muerte debe ser castigada por la justicia colombiana, tiene que pagar el Director General del INPEC”, sentenció.
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De otro lado, el covid-19 también los tiene en vilo al interior del COIBA de Picaleña. Es de recordar, que la cárcel de Villavicencio es la única del país que por el momento ha confirmado casos de coronavirus en sus internos y, al parecer, cuatro de los “líderes negativos” trasladados a Ibagué venían de esta prisión.
“Nosotros veníamos de Acacías, Meta, nos echaron en el mismo bus, no sabemos si los compañeros son portadores del covid-19. Simplemente vienen, les miran los ojos, se fijan que no tengan fiebre y se van. Nunca les han hecho un examen a fondo”, apunta Oscar Morales, quien a su vez manifiesta que el servicio de salud que les ofrecen en el COIBA es paupérrimo.
Entretanto, pareciera preocuparles más el dengue hemorrágico que el mismo coronavirus. “Aquí hay una zancudera impresionante, no han hecho ninguna fumigada, no traen toldillos. Entonces si no nos mata el covid, nos va matar el dengue hemorrágico”, puntualizó el preso político de las FARC-EP.
Finalmente, enfatiza en que “el Director General del INPEC nos mandó a matar indirectamente. Nos envió a que nos contamináramos, violando todo derecho humano posible. Porque a ningún ser humano lo encierran 23 horas, ni siquiera en los Estados Unidos que es un país que lleva regímenes tan estrictos. Nosotros somos presos comunes y corrientes que hemos cometido faltas en nuestra sociedad colombiana y estamos pagando por ello. Buscamos la resocialización y el perdón de la gente para reiniciar nuestras vidas con las familias de cada uno”.
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