En la noche del pasado viernes 3 de marzo, el gobernador del Tolima,  Óscar Barreto, sorprendió a los habitantes del edificio Mediterráneo ubicado en la carrera 2a. entre calles 6a y 7a de la ciudad de Ibagué, con un trasteo inesperado e insospechado.

En efecto, el mandatario seccional hizo mudanza de su habitual sitio de residencia desde hace varios años, al parecer al sector de Calambeo donde vive su señora madre. El hecho hubiera pasado desapercibido si las circunstancias jurídicas del gobernante hubieran sido otras y no se encontrara pendiente de una resolución judicial.

Las motivaciones reales de este traslado del lugar de residencia se desconocen hasta el momento, pero debido a su situación de procesado por los presuntos delitos de contratación sin el lleno de los requisitos, prevaricato por omisión y peculado, entre otros, formulados por la Fiscalía General de la Nación, el pasado viernes 03 de marzo; donde además solicitó detención intramural contra el gobernador, después de 11 horas de audiencia, la situación de Barreto se complica más.

Y lo extraño, es que una vez se conoció esta petición de cárcel intramural por parte del ente acusador contra el mandatario de los tolimenses, casi de inmediato se procedió a desocupar el pent-house del Mediterráneo. Que coincidencia la fecha de la audiencia de acusación y solicitud de medida de aseguramiento con el cambio del lugar de habitación habitual del jefe de la administración departamental.

Este escenario se ha prestado para que comiencen a surgir las especulaciones y presunciones. Según abogados penalistas consultados por El Cronista.co, podría tratarse, aparentemente, de ir preparando una coartada, en caso que la decisión del magistrado que preside la audiencia le sea adversa a Barreto el próximo martes, alegando que el encartado vive una situación especial familiar, por ejemplo que de él depende el cuidado y protección de su mamá y el entorno familiar, o algo parecido para solicitar el cambio de detención intramural por domiciliaria.

Estos rumores solo se despejarán cuando se tengan noticias ciertas sobre las decisiones que tome el Tribunal Superior de Bogotá, frente a este sonado caso judicial de los últimos días en el Tolima, que acapara la atención de sectores políticos y ciudadanía en general. Pero de ser afirmativas estas sospechas, sería una coartada muy obvia y evidente a todas luces que nadie se tragaría entera, puesto que en la práctica se trata de hacerle un esguince a la ley para pedir detención domiciliaria. ¡Qué falta de imaginación! 

(Puede leer: Hasta el próximo martes se sabrá si el gobernador Barreto va o no a la cárcel)