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El Espinal agobiado por el hambre, los trapos rojos se toman las fachadas de las casas

El Espinal agobiado por el hambre, los trapos rojos se toman las fachadas de las casas

Rafael Vera es un abuelo que a sus 73 años de edad todavía debe salir todos los días a rebuscarse el sustento para él y su familia. A estas alturas de la vida aún carga a sus espaldas con la responsabilidad de velar por su esposa Aurora Vargas de 72 años, y por sus tres nietos. Dos de ellos con síndrome de Down, de 34 y 37 años cada uno. El menor sufrió una meningitis que le acarreó problemas en sus huesos y en el paladar, lo que le impide hablar con normalidad.

Cada mañana Rafael sale de su humilde casa en la urbanización Santa Margarita María, para aventurarse por las reverberantes calles de El Espinal. Con su puesto ambulante les vende chicha a los sofocados espinalunos. La principal plaza de mercado de este municipio es donde con mayor frecuencia se estaciona a vender la tradicional bebida. 

Estas jornadas de trabajo, aunque exigentes, las extraña, pues le permitían llevar cada noche un plato de comida a sus seres queridos. Ahora debido a las medidas de aislamiento preventivo obligatorio, esta familia conformada por cinco personas no tiene ningún ingreso económico.

Por tanto, han tenido que colgar un trapo rojo en la fachada de su casa. El llamado es para que las autoridades o los particulares de buen corazón les brinden una mano en estos momentos tan difíciles. El virus del hambre de a poco los va asfixiando.

Sin embargo, la familia de don Rafael está lejos de ser la única de El Espinal a la cual la agobia el hambre. Cada vez son más las puertas, ventanas o rejas de donde cuelga un trapo rojo, en un municipio que tiene más de 80.000 habitantes; el segundo de mayor demografía en el Tolima. 

 Mercados insuficientes 

Ante el símbolo de “las banderas rojas”, el alcalde Juan Carlos Tamayo ha dicho que “entendemos que muchos espinalunos viven del día a día. Pero también hay otros generosos que están ayudando con la entrega de kits nutricionales. La Alcaldía también está ayudando con ese propósito. ¡Los de las banderas rojas, por favor, no todo el mundo necesita, hay unos que necesitan más que otros!”.

Trabajo institucional que es reconocido por algunos espinalunos, como un habitante del barrio Caballero y Góngora que prefirió guardar su nombre. “Hasta el momento no hemos recibido ningún tipo de ayuda de la Alcaldía y en mi casa vivimos cinco personas. De todas maneras el Alcalde ha tomado este aislamiento preventivo con mucha dedicación trabajando por su pueblo”, dijo.

Consideración muy distinta a la que tienen otros espinalunos. Es de acotar que el propio Alcalde Tamayo le reconoció a un medio local que los mercados que están estregando “costaron con impuesto y todo $42.870, son los más baratos de la región; vienen 13 productos”.

“El mercado de la Alcaldía es una tristeza. En eso lo más grande que viene es el litro de aceite. De resto eso es una tristeza… donde viven varias personas no les alcanza para más de tres días”, aseveró una habitante del barrio Santa Margarita María de El Espinal.

Otra habitante de este sector, le respondió al Alcalde Juan Carlos Tamayo. “Por aquí no han traído mercados y así lo hicieran, la gente no va quitar los trapos rojos. En un mercado no vienen sino dos libras de arroz, un paquete de pastas y así, cosas poquitas. Entonces, así a la gente le hayan dado, los dejan para tener cuatro o cinco mercaditos que completen. ¡Esos mercados no alcanzan pa’ nada!”. 

Entretanto, la crisis cada vez se torna más preocupante en El Espinal. Ya van dos casos confirmados de covid-19, de los cuales falleció un hombre de 58 años que había sido trasladado a una clínica de Ibagué. 

 El cierre de la plaza 

Además, cerraron las plazas de mercado, que al menos daban una posibilidad de ingresos para muchos espinalunos. El motivo del cierre fue la bomba de tiempo en que se convirtió la plaza principal, ya que, el primer caso confirmado fue un comerciante de frutas que habría contraído el virus en Bogotá. Al devolverse para comercializar sus productos, al parecer contagió al hombre que ya fallecido. 

Ante esto, la Alcaldía de El Espinal ha manifestado que los nexos epidemiológicos tuvieron a la plaza de mercado como el epicentro del coronavirus. “Seguramente vamos a tener más casos de coronavirus. Los resultados de las pruebas se están demorando ocho días en conocerse”, advierten las autoridades. 

Mientras tanto, la pandemia continúa desnudando la desigualdad social que azota no solo a El Espinal o el Tolima, sino a toda Colombia. Es ahora cuando salen a luz, más que nunca, el legado de miseria y escasez que la clase dirigente tradicional les ha dejado a los colombianos.

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