Por: Henry Rengifo

El próximo 29 de octubre, es decir en menos de 8 meses, los colombianos acudirán a las urnas para elegir alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y juntas administradoras locales.

En el caso del Tolima, en lo que tiene que ver con la elección de Gobernador, todas las señales indican que Adriana Magali Matiz será la próxima gobernadora de los tolimenses. Los vientos, los astros, los apoyos, todo, absolutamente todo, está alineado para que ‘la Matiz’ como la llaman, se convierta en la primera mujer en llegar a regir los destinos del Tolima.

Esa ventaja ha llevado a que algunos, desde luego en tono de broma, hayan empezado a hacer mención en el sentido de que una manera de ahorrar tiempo y dinero en una campaña tan costosa, lo mejor sería declararla gobernadora electa antes de llegar a la elección. Por supuesto que este tipo de comentario sólo apunta a graficar la realidad que hoy denota la elección del primer cargo del departamento.

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Lo cierto es que a estas alturas, la delantera que ha tomado la candidata Adriana Magali Matiz no sólo es evidente, sino aplastante. Basta recordar que prácticamente la campaña la inició desde el mismo instante que asume su curul de representante a la Cámara en 2017. Añadirle a ese inobjetable favoritismo, el apoyo que le brinda una poderosa maquinaria política.

Pero sin duda, el respaldo más contundente que ha recibido la candidata Matiz, se lo acaba de otorgar el Partido Liberal, que sin ninguna voz discrepante en su interior, permitió la autoproclamación del exsenador Mauricio Jaramillo Martínez, candidato en representación de esa colectividad.

¿Por qué atribuirle a Jaramillo que desde el momento que se autodenominó candidato, haya fortalecido aún más las aspiraciones de la aspirante por el partido Conservador?. Sencillo, el Mauricio Jaramillo de hoy está lejos de representar una potencial amenaza para la candidata Matiz, así se diga que en política nada se puede dar por sentado, que todo es posible.

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Mauricio Jaramillo representa el pasado, y lo que hoy el departamento reclama con apremio es relevo generacional, tampoco confundir con un tema de edad, Jaramillo está joven, es cuestión de ideas, pero sobre todo de una ausencia profunda de su parte en ejecutorias políticas que hayan redundado en beneficio copioso del  departamento.

Quienes ya no encajan en el sentimiento político de las nuevas generaciones son precisamente nombres como el de Mauricio Jaramillo. Creer todavía que vender el nombre de Jaramillo como alguien que representa una alternativa de cambio, es a la postre un absurdo abrigado de artificios, sin mencionar, por supuesto, que Jaramillo es hoy un político que carece de vigencia. Una cosa fue Jaramillo candidato hace ocho años y otra muy distinta al de la actualidad. Queda en el tintero otra pregunta: porqué el Partido Liberal en el Tolima no exploró otros nombres?.

Que sirva esto para otros nombres, quienes huérfanos del poder de otrora se empecinan en seguir dando lora y así encuentran la disculpa perfecta para resistirse a dar el paso al costado y salir por la puerta grande, y no esperar a que los saquen a empellones.

A la ya virtual ganadora Adriana Magaly Matiz, porque difícil pensar que en estas circunstancias con toda la ventaja acumulada, alguien se atreva a saltar al ruedo y hacerle contrapeso, los tolimenses esperan que enarbole un liderazgo colectivo, donde la juventud en general, cuente con los espacios necesarios que le permita aportar su gran talento en un territorio con todas las oportunidades por ofrecer.