Si no fuera por el trabajo que hoy cumplen los medios alternativos, los colombianos desconocerían muchos de los abusos que a diario cometen desde el Estado funcionarios indecorosos. De ahí que lo que propone el exgobernador Barreto se convierte en un total exabrupto, por no decir ignorancia supina.  

Es innegable que, en la inmensa proliferación de medios alternativos, existen los que a través de sus opiniones e informaciones, falsean la realidad. Nada más dañino para el periodismo serio que los que desnaturalizan los hechos y que a la postre lo convierte en un ejercicio irresponsable. En ese aspecto sí le cabe toda la razón de inconformismo que el hoy candidato Barreto y de manera especial cuando se refiere a aquellos “con falso perfil”, plantea en su reciente columna de El Nuevo Día.

En cambio, la situación es diferente cuando se trata de aquellos que ponen la cara. Si con respecto a una opinión divulgada en uno de estos medios alternativos, cualquier persona siente que ha sido vulnerado su buen nombre, que ha sido víctima de calumnia e injuria, tiene la oportunidad de acudir a las instancias judiciales y hacer respetar el derecho al buen nombre. Pero pretender meter a todos los medios alternativos en el mismo costal para ponerles el sello de generadores de odio y difamación, se está ante un craso error.

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Da por pensar que el candidato Óscar Barreto no quisiera admitir ningún tipo de crítica y es por eso que revuelve peras con manzanas. El poder político omnímodo que hoy ejerce en el Tolima debería convertir a Barreto en un líder dispuesto al debate abierto, sin cortapisas, desde luego con una crítica forjada a partir del respeto y la altura necesaria. No la crítica alevosa.

Quien esto escribe -siempre pongo la cara- le cuestionaba meses atrás al exgobernador Barreto la equivocación que tuvo cuando se empecinó en que el actual Alcalde de Ibagué era la persona idónea para dirigir los destinos de la ciudad, cuando se trataba de un aspirante con serios cuestionamientos éticos. No sé si Barreto hoy se mantiene en esa posición o está arrepentido y acepta que se equivocó.

Dice el candidato Barreto en su columna que “Ojalá las campañas giren en torno a la discusión sobre los temas importantes y la capacidad de trabajo para generar resultados, no sobre la difamación, el desprestigio, los conciliábulos y la confrontación que siembran odio, irrespetan la justicia y generan multiplicidad de violencias. Necesitamos construir un país entre todos, en medio de las diferencias encontrar las coincidencias, para tener la Colombia que queremos y soñamos”. Totalmente de acuerdo con ese llamado, pero para eso hay que estar dispuestos a escuchar y a debatir, y sobre todo acabar con ese que se ha vuelto trillado y recurrente sonsonete, que decir las cosas por su nombre es polarizar.

Henry Rengifo