Política
"Insisto, en este país cabemos todos. Por eso necesitamos un gran acuerdo nacional" Carlos Edward Osorio Aguiar
Lo dije muchas veces en mis intervenciones y hoy lo sigo creyendo: los 47 millones de colombianos queremos la Paz. La diferencia está en los caminos que estamos dispuestos a transitar para llegar a ella.
Expuse con argumentos y con criterios, las razones por las cuales los del SÍ, teníamos la razón y por qué los del NO, estaban equivocados. Disentí de los agravios que tanto unos como otros se propinaban recíprocamente de manera innecesaria, para defender o hacer más sólidos los consabidos argumentos.
¿Y qué hacer ahora que ha ganado el NO?
Bajar los brazos? Abandonarlo todo? Renunciar a mi oficio de ser un obrero de la paz? Claudicar en el intento de brindarle un mejor país a mis hijos y en general a todos los colombianos?
Pues con respecto a lo anterior, reafirmo al igual que aquellos que ganaron; digo NO.
Muy por el contrario, vamos a seguir trabajando. Y debemos hacerlo leyendo con claridad los resultados del Plebiscito e interpretándolos con rigor.
¿Qué dicen los resultados?
Clara y legítimamente ganó el NO.
¿Qué significa ello?
¿Qué debemos renunciar a avanzar en un proceso de Paz?.
Pues la respuesta nuevamente es No. Habrá sí, que revisar algunos aspectos de los Acuerdos. Así lo impone la mayoría de los colombianos que este 2 de octubre se expresaron en las urnas.
Y todo lo que se cuestiona de los Acuerdos, por parte de los simpatizantes del NO, debe ser modificado?
Diría que necesariamente no; pues una franja también muy representativa de colombianos, que votaron por el SÍ, los validan, y aunque mayorías son mayorías, este país quedó francamente dividido casi que por partes iguales entre los del NO y los del SÍ. La diferencia es apenas inferior a un punto porcentual a favor de los primeros.
¿Qué debemos hacer entonces?
Pues nada más ni nada menos que lo que decidieron los colombianos.
¿Y qué decidieron según nuestra lectura?
Que tanto los del NO, como los del SÍ, se deben sentar en una misma mesa - recordemos que unos y otros quieren la paz-, procurando lograr acuerdos, justos, sensatos y razonables, y que interpreten a todos los colombianos. Esto es a los del NO y a los del SÍ.
Ojalá representantes del NO, pudieran sentarse en la mesa de diálogo, que necesariamente tendrá que reiniciarse y ampliarse, y pudiéramos entre todos avanzar en consensos que tengan necesariamente en cuenta la realidad política derivada del certamen plebiscitario.
También lo dijimos y hoy lo repetimos. Los del NO, no son nuestros enemigos, tan solo nuestros contradictores, y no es razonable que se haga la paz con el enemigo y graduemos de enemigos a quienes piensan diferente dentro de la institucionalidad.
Justamente por lo anterior y atendiendo el paradigma señalado desde el preámbulo de la Constitución de 1991 en el sentido de garantizar la Unidad de la Nación y más aún luego de escuchar al Señor Presidente de la República, al principal líder de la oposición y al jefe de las FARC, después de conocidos los resultados de la elección, creo que están dadas las condiciones, para que estos tres actores, procuren repensar lo ya pensado, revisar lo ya acordado, y proponerle al país, a partir de un gran ACUERDO NACIONAL, una fórmula ingeniosa y creativa, que deje satisfechos - aunque no necesariamente felices - , tanto a los del NO, como a los del SÍ dejándoles igualmente un espacio a las Farc, de coexistir en esta sociedad y reincorporarse a la sociedad civil.
Ojalá fuera incluso aprovechado este esfuerzo conjunto, para de alguna manera acelerar todos los procesos de acercamientos y acuerdos con el ELN, dentro de un esquema que tenga en cuenta también a la oposición.
No puedo negar, que como simpatizante del SÍ, fue mucha la tristeza que sentí, al conocer los resultados. Pero "DIOS ES LUZ, SUS TIEMPOS SON PERFECTOS Y DIOS SABE CÓMO HACE LAS COSAS. Y si para lograr que la paz no nos quede incompleta; para lograr que la paz sea estable y duradera; para lograr que la paz se construya sobre la premisa que también hemos sostenido en el sentido de que EN ESTE PAÍS CABEMOS TODOS, pues aceptamos aplazar un poco la materialización de los hechos de paz.
CREO, que DIOS quiere la paz para Colombia, para mis hijos y para todos los niños de este país, y por ello estoy dispuesto desde mi humilde orilla Congresional, a trabajar con los del NO, y esperamos que así lo haga el Gobierno Nacional para superar este momento difícil de inmensa incertidumbre.
Algo más: Tuve la oportunidad con nuestro equipo de trabajo, de visitar Marquetalia, jurisdicción del municipio de Planadas, Departamento del TOLIMA, el sábado 1 de Octubre de 2016. Quisimos decirle adiós a la guerra, justamente en el lugar donde nacieron las Farc. Sin embargo, como testigo de excepción, puedo decir que hoy 52 años después, me temo que las reivindicaciones de vías, educación, salud y electrificación entre otras que peticionaban algunos campesinos antes del alzarse en armas, siguen tan vigentes, como si en Marquetalia se hubiese detenido el tiempo.
Cordialmente
CARLOS EDWARD OSORIO AGUIAR
Representante a la Cámara por el Tolima
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