El Nuevo Liberalismo es conocido como un movimiento o partido político de corte familiar, donde los que mandan y disponen son los integrantes de la familia Galán, encabezados por la señora Gloria Pachón de Galán y sus hijos Juan Manuel y Carlos Fernando Galán. 

Lo promovió en su época Luis Carlos Galán, como una división del partido Liberal para aspirar a la presidencia de la República 1982-1986, y  en 1989 como candidato oficial del partido Liberal, ya había desaparecido dentro de unos acuerdos políticos a que llegaron con el expresidente Julio César Turbay Ayala. 
  
La cierto es que después del asesinato de Luis Carlos Galán, con el correr del tiempo la familia Galán revivió el nombre del Nuevo Liberalismo para continuar teniendo vigencia en la política y como una forma de adelantar negocios con el Estado, según abundante literatura crítica que existe sobre este tema. 

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Para la muestra un botón, un columnista de las redes sociales (Facundo Malaver), colombiano residente en Miami, escribe hoy un artículo que titula: “La Corte reviviendo muertos”, y que en seis párrafos se despacha contra la decisión de restituirle la personería jurídica a la familia Galán, en los siguientes términos: 

“El fallo de la controvertida Corte Constitucional reviviendo el partido político Nuevo Liberalismo,  que liquidó su fundador Luis Carlos Galán, para someterse al procedimiento legal de la Consulta Popular, no fue ningún mico de nadie sino un acuerdo entre los precandidatos de entonces para someterse a la consulta popular, que avaló el ex presidente Turbay Ayala.

Distorsionar la verdad, y acomodar la justicia a los intereses particulares y económicos, demuestra una vez más, el desatino de su creación como órgano judicial independiente creado en la Constitución del 91 que se ha convertido en legislador. 

Dos fallos de altas magistraturas que negaron revivir ese viejo partido llamado Nuevo Liberalismo, y desconocidos por la Corte a través de una Tutela como si fuera un desconocimiento de un derecho fundamental,  constituye  actitud vergonzosa y fuera de lugar. Semana, antes de frotarse las manos con una información incorrecta, debió verificar los hechos reales que rodearon ese episodio de la consulta popular.

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¿Que a Galán  no le cumplieron? Falso. La familia Galán y sus parientes llevan 30 años viviendo a costa del Estado en embajadas, ministerios, Institutos Descentralizados, Fiscalía General, Concejos, Asambleas, cargos en la Cámara y Senado de la República,  donde estuvieron los hijos del asesinado líder los últimos años devengando jugosos honorarios y la Fundación Galán con 114 mil millones de “auxilios” entregados por el gobierno para formar líderes y otras finalidades; más 10 mil millones en la alcaldía de Peñaloza para  la campaña a la Alcaldía de Bogotá de Carlos Fernando Galán, como si el dinero público fuera botín de guerra, mientras los niños del campo andan descalzos.

La decisión de la Corte Constitucional es una muestra más del desbarajuste vergonzoso de nuestra justicia que ante los ojos del mundo no es otra cosa que un comodín a los intereses de grupos que han manejado el país equivocadamente y es causa de las actuales protestas sociales y violación de los Derechos Humanos que dan cuenta los organismos internacionales con la complacencia de las entidades encargadas de velar por el fiel cumplimiento de las leyes”, concluye el columnista.

Entre tanto a nivel parroquial se conoció un tuit publicado por Rubén Darío Ramírez, en respuesta a otro que había publicado el senador Rodrigo Lara, donde dice: “El resurgimiento del Nuevo Liberalismo es una oportunidad para Colombia….”Renace una esperanza”. Y el exconcejal y exdiputado del Nuevo Liberalismo en el Tolima, Rubén Darío Ramírez, señala en respuesta a Rodrigo Lara: “Si el Nuevo Liberalismo se va a refundar   con corruptos como Emilio Martínez…temprano asistiremos a su entierro”. 

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En consecuencia, las cosas no son tan claras ni tan fáciles para el partido de la familia Galán, la única que tiene el privilegio de tener partido político propio en Colombia, mientras a organizaciones políticas con más de ocho millones de votos y varios congresistas, como la Colombia Humana, la falsa democracia que existe, le niega la personería jurídica.

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