Por: Jhenifer Rodríguez.

Para algunas personas, la palabra "milagro" evoca un acto de magia o un golpe de suerte. Para Juan David Cure Urrego, un milagro puede ser un proceso que comienza con una acción sutil: un niño de 7 años que mira con curiosidad un instrumento, se anima a hacerlo sonar y, con el tiempo, aprende a tocarlo sin ayuda ni instrucción.

Mientras el padre de Juan David creció en Magangué, Bolívar, y cantaba vallenatos en casa como un profesional en tarima, su madre, en Ibagué, lo despertaba por las mañanas con alabanzas cristianas. En casa había una guitarra casi abandonada que la familia había adquirido para que sus dos hermanas mayores aprendieran a tocar. Sin embargo, nada presagiaba el prodigioso oído musical que desarrollaría el más pequeño de la familia, Juan David.

La batería

Juan David pasó sus primeros años en Bogotá. Fue allí donde su madre lo llevó a la primera iglesia que conoció. Durante la alabanza, escuchaba y observaba con detenimiento al baterista. Esperaba con ansias el final del culto y, al menor descuido, se ponía a tocar la batería. Para sorpresa de todos, el pequeño Juan David, con poco más de 7 años, aprendió a tocar este instrumento por su propia cuenta. Un proceso al que la ciencia denomina aprendizaje autodidacta, pero que para Juan David fue una inspiración divina.

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Piano y guacharaca

A los 8 años, desarrolló la habilidad de tocar el piano. Se sentaba frente al instrumento y, sin que nadie lo ayudara, comenzó a aprender canciones. Para cuando su familia se dio cuenta, el niño había desarrollado la habilidad de tocar el piano y la guacharaca casi al mismo tiempo.

Cuando tenía casi 11 años, su familia decidió dejar Bogotá para instalarse en Ibagué. Su madre encontró una nueva iglesia llamada San Lucas donde congregarse, y la noticia de que Juan David tocaba el piano llegó a oídos del pastor. Un día, el pianista principal llegó tarde y el pastor le pidió al niño que tocara. "Siento que me tuvieron mucha paciencia con mis errores", explicó con humildad.

La guitarra

Con los años, sus hermanas mayores comenzaron a estudiar en la universidad y pasaban cada vez menos tiempo en casa. Juan David se fue quedando más solo y terminó centrando su atención en la guitarra que siempre los había acompañado, pero que, ni siquiera él, tocaba. "Yo soy zurdo y eso me intimidaba un poco para aprender con esa guitarra, y sin embargo, un día derribé la barrera mental y lo hice. Siempre he sentido que Dios es quien me ha enseñado", relató Juan David.

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El niño autodidacta se convierte en compositor

En 2022, Juan David, que ya escribía sus propias canciones, tuvo la oportunidad de viajar a Estados Unidos para trabajar en un campamento de verano. Como era su costumbre, buscó una iglesia para congregarse. Allí, al igual que en Colombia, su talento asombró a quienes escucharon su música y rápidamente ganó reconocimiento.

"Un día se comunicaron conmigo de la iglesia IPUL en Estados Unidos, que cuenta con varias sedes en todo el país, porque les gustó una canción que yo había compuesto que se llama 'Sin Buscarte'. Tenían la intención de que les compusiera y grabara la canción lema del 2023. Luego me encargaron la del 2024 y desde entonces he estado trabajando con ellos desde aquí. Mis canciones las cantan en las alabanzas de todas las sedes de las iglesias IPUL en Estados Unidos", compartió el joven compositor que acaba de cumplir 25 años.