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El sueco que se enamoró de Ibagué y se quedó: “Me parece la ciudad perfecta”

El sueco que se enamoró de Ibagué y se quedó: “Me parece la ciudad perfecta”

Martín Alvemo, reconocido empresario sueco que reside en Ibagué.

Por Alejandro Hernández


Martín Alvemo nació en Gotemburgo, la segunda ciudad más importante de Suecia, uno de los países con mejor calidad de vida de todo el mundo. Cuenta que fue muy feliz en su infancia y adolescencia. Sin embargo, al llegar a su juventud lo deprimió la perfección social de su país y tuvo que dejarlo para encontrarle sentido a su vida.

Jamás pensó que lo iba a encontrar en Colombia, y mucho menos en una ciudad llamada Ibagué. Así sucedió gracias a su esposa Lorena Barrios, una ibaguereña que conoció durante un intercambio universitario en Salamanca, España.

Martín cambió su apacible y perfecta vida en Suecia, por las verdes montañas y el clima ideal de Ibagué, ciudad a la que describe como el paraíso en la Tierra, donde encontró una riqueza natural que nunca imaginó posible cuando vivía en su país de origen.  

Gotemburgo

Nació en 1987. Creció en el seno de una familia clase media muy unida, pese al pronto divorcio de sus padres. Tuvo una infancia muy tranquila, en un país donde las familias podían dormir con las puertas abiertas y los niños ir solos al colegio sin correr ningún riesgo.

Luego, como es costumbre en Suecia, empezó a trabajar desde los 14 años, pese a la solvencia económica de su familia. Fue operario de maquinaria, repartidor y hasta árbitro de balón mano.

“Salí temprano de mi casa, a los 16 años empecé a vivir solo. Eso aquí en Colombia es raro, pero en Suecia es normal. En ese momento todavía no había descubierto mi vocación, pero cuando hice el ICFES obtuve uno de los mejores puntajes del país. Eso cambió mi vida, porque pude elegir cualquier carrera y en cualquier universidad”, recuerda.

Se decidió por Administración de Empresas. Desde muy joven siempre pensó que las empresas son el elemento más importante de una sociedad y por eso se resolvió a trabajar por su desarrollo.

Siempre he pensado que lo más importante en la vida de las personas es su trabajo. Es a lo que un ser humano le dedica la mayoría de su tiempo. Yo sé que mi familia es muy importante, pero la empresa es la institución más importante de una sociedad. La experiencia en una buena empresa puede impactar positivamente en la vida de muchas personas. Yo quería ayudar a construir mejores empresas”, explica.

Salamanca

En el 2008 se fue de intercambio a Salamanca para aprender español, idioma que ahora maneja muy bien, igual que el inglés y el francés. Un día, mientras caminaba por la ciudad, a lo lejos vio a una mujer que lo dejó arrobado. Era Lorena Barrios, ibaguereña criada en el Cañón del Combeima que también estaba de intercambio en esa ciudad.

Fue amor a primera vista. Días después me la encontré casualmente en un salón de clases y con un diccionario le pedí una cita, porque ella no hablaba inglés ni yo español. Ese momento me cambió la vida por completo”, resalta.

Hasta ese día, de Colombia, solo conocía a Juanes y Shakira. No tenía ni idea del país. Sin embargo, en el 2009 lo pudo conocer luego de formalizar su relación con Lorena.

Quedé encantando. Fue abrumador al principio el desorden en el país, pero también me llamó la atención la alegría y amabilidad de las personas. El choque cultural fue muy divertido”, resalta.

Al poco tiempo Martín y Lorena se casaron. Alternaron su residencia entre Colombia y Suecia hasta el 2011, cuando finalmente se decidieron por el tropical país de ella.

Luego de graduarse como administrador de empresas, Martín fue empleado por un tiempo. Trabajó para una multinacional de uno de los 20 hombres más ricos de Estados Unidos, pero dejó el empleo por una crisis existencial.

Yo no encontré el sentido de la vida en Suecia. La vida era muy plana, resultaba aburrida porque tus sueños económicos se realizan muy fáciles. Todo es gratis, cualquier trabajo te brinda estabilidad. ¿Pero después que lo tienes todo, qué más tiene la vida? No encontraba motivación en una sociedad casi perfecta, donde no hay mucho por mejorar, y yo soy un hombre de retos”, reconoce.

Martín quería marcar diferencia, y encontró en Colombia el escenario propicio para hacerlo. En Colombia es muy fácil encontrar el sentido de la vida, porque uno ve mucha necesidad y que puede mejorar las cosas. Es una sociedad poco funcional con personas hermosas. Eso hace interesante la vida”, recalca.

Bogotá

En el 2015 Martín por fin pudo empezar a construir el proyecto con el que encontró el sentido de su vida. Fundó Seguros Canguro, agencia que vende seguros de todo tipo por internet. El gremio lo recibió con escepticismo. Al principio fue difícil.

Pensé que lo difícil iba ser convencer a los colombianos de comprar seguros por internet, pero lo difícil fue convencer a las aseguradoras de vender por internet. Pensaban que la digitalización iba a llegar a Colombia, pero en unos 20 años”, revela.

En la actualidad Seguros Canguro es la empresa líder a nivel nacional en la venta de seguros a personas naturales. La compañía genera 100 empleos directos en todo el país.

Pude encontrar el sentido de la vida. Fue más difícil de lo que pensé, pero estoy contento por cómo vamos. Estamos creciendo en unos 20 empleados cada año, y esperamos mantener ese ritmo por mucho tiempo. Siento que, desde que el modelo de negocio lo permita, uno tiene el deber moral de emplear a la mayor cantidad de personas posible, resalta.

De Seguros Canguro, dice que se convirtió en su proyecto de vida. Le gustaría tenerla en Ibagué, pero lamenta que aspectos logísticos, fiscales y hasta políticos lo impidan. A propósito, su esposa Lorena destaca su inconformismo.

Él vivía en un país donde lo tenía todo, con una calidad de vida de las mejores del mundo, pero dejó todas esas ventajas por venirse a un país en vía de desarrollo, todo porque es un hombre de retos. Es una persona maravillosa que le ha aportado muchísimo a mi vida”, expresa Lorena.

Martin y Lorena junto a sus dos pequeños hijos.
 

Ibagué

Martín vivió algunos años en Bogotá, hasta que nació su hijo en el 2018 y decidió que el pequeño necesitaba crecer en la ciudad más bella que asegura haber conocido: Ibagué.

Cuando se trata de Ibagué, Martín se deshace en elogios. Tanto así, que la considera una ciudad perfecta, con una exuberancia natural poco frecuente en otras partes del mundo.

Yo amo a Ibagué. Me parece la ciudad perfecta. Debe tener el mejor clima del mundo, dudo que haya otro tan bueno en todo el planeta. Además, es una ciudad muy hermosa, con sus montañas alrededor, con tanto verde”, manifiesta.

Los elogios le alcanzan hasta para los ibaguereños. “Tienen una manera de ser agradable, una cultura muy sociable. Ibagué tiene todo para ser una súper ciudad: el clima ideal, una ubicación privilegiada y la gente es encantadora, recalca.

Martín reconoce que Ibagué afronta retos sociales dramáticos, en especial el desempleo. Sin embargo, es optimista con que la ciudad pueda corregir el rumbo y asegura que todavía queda mucho por hacer.

Todo el mundo quisiera estar en Ibagué, si tuvieran oportunidades laborales, si contaran con la posibilidad económica. Mucha gente se va, especialmente a Bogotá, pero por necesidad. Cualquiera prefiere vivir en un paraíso como Ibagué, antes que en un monstruo como Bogotá”, sostiene.

En ese sentido, lamenta que a la ciudad le falte proyección turística y empresarial. Aunque reconoce su desarrollo comercial, gastronómico y urbanístico. Tanto así, que afirma que Ibagué cambia más en un mes que Suecia en todo un año.

Siento que en Ibagué ya encontré el Edén en la Tierra. Es tan grande que todavía queda mucho por hacer, pero tan pequeño que te encuentras conocidos en cualquier parte. Espero envejecer en Ibagué. El estilo de vida que uno puede tener aquí no es comparable con ninguno que uno pueda tener en otras partes del mundo”, sentencia.

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