En Ibagué cualquier hora es buena para ir a una panadería y degustar, según muchos, el mejor pan de Colombia. En medio de tanta resonancia a nivel nacional, decidimos dar un recorrido para saber cuál es el secreto que lo hace el mejor del país.​

No es difícil indagar sobre algo que encuentras en cada calle y en ocasiones hasta dos por cuadra, como una panadería, una tienda, o hasta una señora con un carrito de tintos, quien por supuesto,  lleva una bolsa con panes para acompañar la bebida caliente que ofrece. Lo complejo del caso es que nos hablen de los secretos del pan, que nos cuenten cual es el toque mágico que rodea este alimento.

De panadería en panadería fui charlando con las personas que atienden, y para hacer cada conversación más amena y evitar un llamado de atención por parte de los jefes inmediatos de los vendedores, compraba un pan de $300, porque ya son pocos los de $200 que quedan, y a medida que los saboreaba entendía el asunto.

Ninguno me dio un dato exacto, unos hablaban del cariño con que se hacía, otros de la calidad de los productos, pero esto es algo que no se discutirá, la cuestión estaba en el cómo lo hacen diferente a los demás en el país.

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Una señora de avanzada edad, aseguraba que lo que hacía único el pan de Ibagué, era el clima, la posición Geográfica en que la tierra del Bunde y la Guabina se encuentra, pero… ¿Y Bogotá qué? Si la capital está unos metros más cerca de las estrellas pero no por esto el pan brilla, ya que en el recorrido las personas admitían que el pan de Bogotá no tenía ninguna gracia.

Pan leche, pan campesino, mogolla, integral, aliñado, mariquiteño, resobada, pan huevo, italiano, francés, croissant, pan chocolate, hacen parte de la gran posibilidad de panes que me dio una muchacha al decirle que me vendiera un pan, mientras me aclaraba que no me podía decir cuál era el secreto del pan, porque no lo hacía, sólo lo vende.

La pregunta de cuál era el secreto, llevó a unos cuantos a memorar aquella situación que vivió una panadería de renombre de la ciudad, que por culpa de los malos comentarios y en voz de quien siente envidia del éxito ajeno, hizo correr a modo de voz populi que el amigo inseparable de una buena taza de chocolate,  llevaba en su masa unas cuantas gotas de aceite de muerto y que ese era el resultado del éxito de esta panadería, que en  horas pico tenía más clientes, que aquellas ocasiones donde la gente se congrega cuando regalan algo.

Otra teoría que se sepultó ya que el famoso pan de Ibagué no es solo el de una panadería, es en general y que, aunque si se vende ese aceite, es demasiado costoso y de uso hasta medicinal, como para que alguien lo desperdiciara en un pan.

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Desde las panaderías de barrio, las microempresas financiadas por entes gubernamentales, aquellas que cuentan con una estantería de vidrio marca Nórdico, o las que ya tienen varias sucursales, hasta las más finas donde el aposento del pan parece una vitrina Boutique, parecen emitir un solo mensaje, Ibagué no tiene pan malo, nadie hace el pan como solo en la capital musical se hace. En Ibagué están registradas 246 panaderías ante la Cámara de Comercio, pero se estima que existen un alrededor de 2000 mil panaderías en toda la ciudad.

En fin, historias de pan todas las habidas y por haber, y en esta ciudad todas le hacen la venia al refrán de “se vende como pan caliente”.

​El que parece ser el secreto.

​Luego de mucho caminar y preguntar por concurridas calles, la respuesta a mi pregunta la encontré a dos cuadras de mi casa, de acuerdo con un viejo conocido panadero, el secreto del pan Tolimense era tan solo uno, y es algo que asegura que solo sucede en Ibagué.

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No se trata del pelo que muchas veces llega impulsado por el viento que todo se llevó y nada se trajo, porque no hay que engañarnos, todos hemos pasado por el incómodo momento de encontrar la aguja en el pajar, tampoco se trata de aceites de difuntos, ni ninguna descabellada idea de esas. El secreto del pan Tolimense, es la mantequilla, pero ¿cómo? ¿Acaso no todos los panes contienen mantequilla?

Don Andrés, explicaba que en el Tolima venden mantequilla a la hora de hacer pan, en el resto de ciudades venden Margarina por Mantequilla, dos cosas totalmente distintas. Aunque las dos en grandes cantidades son perjudiciales para el organismo, la mantequilla se obtiene de grasa animal, y la margarina de grasa vegetal. Claramente se puede entender porque en el mundo hay pocos vegetarianos.

Y así con esta declaración, y con todo lo que había escuchado, Ibagué es epicentro del pan, el batido, la resobada, el campesino y todos sus amigos viajan a distintas partes del territorio Colombiano, por ser exquisito, por su frescura, suavidad y por tener esa punta crocante que es el delirio de muchos, se podría decir que el pan de Ibagué es el nuevo icono nacional.

Textos y fotos: Maicol Galindo/ El Cronista.co