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‘El Agarre’, donde está el pollo asado sensación en Bogotá con receta de Líbano-Tolima

‘El Agarre’, donde está el pollo asado sensación en Bogotá con receta de Líbano-Tolima

Mónica Díaz Jiménez, la empresaria creativa tolimense de Líbano, que revoluciona el especial sabor del pollo asado en Bogotá.

Es lunes de mayo de 2020, Mónica después de cumplir el ritual de protección para evitar el contagio, acude al supermercado a fin de adquirir algunos alimentos y volver al encierro obligado. En ese trayecto de dos cuadras, recuerda que sintió con mayor fuerza la idea que la acompañaba desde los tiempos de la adolescencia allá en su amado Líbano, cuando su padre de manera insistente le inculcaba que había que volverse empresaria, volverse emprendedora, volverse independiente.

Y mientras se acercaba a la tienda grande, se aferraba al ritual de su oración favorita, la mano poderosa, herencia también de su padre y le pedía que desde el lugar en que se encontrara, la iluminara porque era el momento de hacer realidad lo que con pasión le enseñó y con devoción ella aprendió: experta en criar y preparar un exquisito pollo asado.

El pollo asado que todos quieren


Mónica Díaz Jiménez, la empresaria creativa tolimense de Líbano, que revoluciona el especial sabor del pollo asado en Bogotá.

Ya en la fila, en el supermercado, y cumpliendo con la distancia preventiva, un señor que estaba adelante se voltea y le hace un comentario inesperado: - “cómo hace de falta un asadero de pollos, donde vendan pollos de verdad, no esas palomitas que venden ahora”-. En respuesta también inesperada, Mónica le dice -Yo le voy a vender ese pollo que usted quiere-, e intercambiaron los números telefónicos.

Se despide del señor, y emoción y llanto se mezclan. En el apartamento le narra a su joven esposo lo que acababa de vivir, y los dos se abrazan, y los dos lloran, había turbación. Recién evoca la memoria de su padre y con toda la fe y creencia férrea que Mónica tiene en Dios, no salía del asombro, cómo de la nada aparece ese señor, y preciso, le hace referencia sobre el oficio que domina y sobre el cual se empecina y quiere que su vida empresarial gire, pero lo que no sabía era el tipo de pollo que debía vender para marcar la diferencia, y este señor se lo acababa de indicar: el pollo tiene que ser grande, pero eso sí, de un sabor único.

De inmediato desempolvó la receta que sus padres, José Domingo Díaz y Norbery Jiménez, habían elaborado en 1978 en Líbano. “Vamos a hacer el mejor pollo de Bogotá que tenga unas particularidades especiales”, le dijo Mónica a su esposo.

Recuerda que en ese 2020, año de pandemia, mientras la mayoría de los comerciantes devolvían locales, ella en cambio buscaba uno. Lo encontró frente a Corferias, le iba bien pero no se sentía a gusto, en octubre de 2023 encontró en Chapinero el local ideal, y en noviembre es el punto de partida oficial de El Agarre, el lugar donde hoy se encuentra el pollo que causa sensación en Bogotá por su sabor sinigual y tamaño especial.

Todo, gracias a la constancia y valentía de Mónica Díaz Jiménez, una economista, especializada en mercadeo estratégico que rescató una receta de 1978 creada por sus padres en el Líbano, Tolima y que consta de 13 especias.

 

 

Una historia que comenzó en Armero

Asadero ‘Súper Pollo’ y ‘Pollo Rico’ en la década del 70 en Líbano, origen de la fórmula de las 13 especias con las que El Agarre hace furor.

En realidad, El Agarre es la historia de una empresa que nace fruto del empuje de José Domingo Díaz, quien inicia su carrera empresarial en Armero, cuando llegó procedente de su natal corregimiento San Fernando en Líbano y empezó como lavaplatos en el Hotel España, y con los años no sólo terminó comprando el hotel sino que montó la Heladería España, una de las más famosas también en Amero. En 1976 vendió el hotel y la heladería y se trasladó al Líbano, y allí incursiona y se especializa en el tema de los pollos que hasta ese momento era un negocio desconocido para él.

En 1978 monta en Murillo, en ese momento aún corregimiento de Líbano, su primer asadero de pollos, también abre dos puntos en Líbano, uno, Pollo Rico y el otro Súper Pollo, frente al hospital. Consigue un lote en el sitio La Polka y organiza la granja para producir su propio pollo y así tener la cadena productiva completa. En ese proceso, ya aparecía Mónica, cumplía dos tareas, ayudar en los negocios de sus padres, mientras estudiaba en el emblemático Instituto Isidro Parra.

La llegada a Bogotá

José Domingo Díaz, el empresario, responsable de que su hija Mónica le haya seguido al pie de la letra sus enseñanzas.

Al terminar el bachillerato, Mónica le dice a su padre que quiere irse para Bogotá porque su deseo es ingresar a la universidad. Él le insiste, casi con ruegos, que se quede, que hagan empresa en el Líbano, que él con escaso primero de primaria fue suficiente para salir adelante. “Hay que ser independiente, pensar en montar empresa”, recuerda Mónica las palabras de su padre. Ella, le lleva la contraria, pero en sus adentros pensaba que el papá tenía razón, pero al mismo tiempo estaba convencida que era necesario estudiar para enfrentar con mejor preparación los negocios.

Llega a Bogotá a la edad de 16 años, sola, sin familia, sin conocer a nadie, y consigue trabajo en Kokoriko, un hecho que destaca poque lo considera determinante para afianzar conocimiento y adquirir mayor experiencia. Entra a estudiar economía en la Universidad de La Salle. Termina la carrera y empieza a ejercer su carrera en varias entidades del sector financiero. Pese a que se le auguraba un buen futuro en ese sector, siempre estaba latente la idea de montar su propio negocio.

Recuerda que para no desligarse del trabajo que le apasionaba, durante la época de estudio en la universidad y aún después del trabajo que desempeñaba en entidades financieras, los viernes a las 7 de la noche tomaba un bus de Rápido Tolima para viajar al Líbano y ayudarle a sus padres durante los fines semana en los dos asaderos, para ese entonces, los padres se habían separado y ella se repartía entre los dos, el sábado apoyaba al papá en Pollo Rico, y el domingo a su mamá en Súper Pollo.

‘El Agarre’ es único

José Domingo Díaz frente a lo que fue su famosa Heladería España y Hotel España en Armero.

En ese trajín dura unos 10 años, hasta cuando su papá se enferma y entonces Mónica decide llevarlo a Bogotá para ponerlo en tratamiento, pero en 2014 el papá que marcó la visión empresarial de su hija Mónica, fallece. Esa situación reaviva y despierta la llama de volverse empresaria cuanto antes, decide pedir en la empresa que trabajaba que la liquiden porque había llegado el momento de volverse emprendedora. No podía aplazar más esa decisión.

Hoy libra junto a su esposo, una batalla sin cuartel para consolidar El Agarre, y dice que lo hace hincada en la fortaleza heredada de su padre con quien selló una historia de amor y admiración mutua, por una madre abnegada, y su hija de cinco años. “Esto es de pasión y de mucho corazón, de mucha resistencia, este es un negocio que requiere tiempo, pero en este trasegar he encontrado muchos ángeles que siempre están ahí prestos a aportar su grano de arena”.

Hace una defensa a ultranza de la educación, “fue un acierto haberme preparado, la carrera ha sido clave para este emprendimiento”, dice. Y ¿Por qué El Agarre? -Porque había que buscar un nombre pegajoso, no convencional y creo que lo logré, en El Agarre está la mejor presa para todos-

El Agarre con su poderosa receta, la original manera de servir el pollo gigante asado por un precio que está al alcance de todos y que alcanza para todos, que al frente tiene una empresaria que si le toca hacer de cajera, lo hace y si ve que hay una mesa que está demorada en ser atendida, va y hace de mesera, porque Mónica sabe que el éxito está en el buen servicio, y por eso se ideó unos juegos para que la familia interactúe mientras le llega el suculento pedido envuelto en hojas de plátano, un pollo artesanal asado de por lo menos dos kilos, y si quiere otro plato, las piernas asadas especiales acompañadas de salsas de la casa, lo mismo que manjares exclusivos como aborrajados y arepas únicas, se les tiene.

Ahí está El Agarre, en Chapinero, en la carrera 13 número 41-33, el mismo donde Víctor, aquel señor que en 2020 le dijo a Mónica que quería un pollo gigante asado diferente al resto y ella le dijo que se lo iba a vender, y desde entonces Víctor es uno de los clientes asiduos y felices que tiene El Agarre, el pollo sensación en Bogotá por su sabor y tamaño único, con fórmula de Líbano-Tolima.

José Domingo Díaz y su hija Mónica, una llave de trabajo ejemplar.

 

Henry Rengifo Hernández

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