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Perseguidor del cáncer

Perseguidor del cáncer

Muchos son los lugares del planeta que han escuchado y recibido beneficios de las investigaciones que sobre cáncer ha realizado el ibaguereño Julio Enrique Ospina Lugo. El único colombiano aceptado como Reserarch Fellow por los más importantes científicos dedicados al estudio del cáncer en el Roosevelt Park Institute de Estados Unidos, doctor en medicina de la Universidad de Río de Janeiro, Consejero de la Organización Mundial de la Salud y presidente del Comitee International Collaborative Activities, dirigió el Instituto en Colombia, recibió postgrados, ha ganado varios premios nacionales e internacionales de medicina, tiene asiento en academias internacionales, es miembro de Consejos editoriales de revistas científicas y ha publicado varios libros.

Son éstas algunas de las más importantes actividades de un ibaguereño, nacido el 12 de noviembre de 1.936 y quien ha desarrollado una tarea científica y administrativa. Así lo corroboran su trabajo como investigador en el Instituto Nacional de Cancerología del cual sería director entre los años de 1.974 y 1.986, y donde ejercería una labor que en el país aún sigue marcando un precedente: el plan nacional de cáncer en Colombia, que logró ampliar la red de atención a los lugares más apartados de la geografía nacional y que ha sido implementado en la mayoría de los países del mundo.

En la Universidad de Rio de Janeiro, donde costea sus estudios gracias a las monitorías de histología y patología que obtiene por su promedio académico, logra su título de doctor en Medicina en 1.960. A su regreso del Brasil, ingresa al hospital San Juan de Dios de Bogotá donde hace cuatro años de residencia en patología,  disciplina que en el momento lo acercaba más a la investigación, y a la Universidad Nacional de Colombia en la cual recibe su título de especialista en patología.

Luego de casi cinco años en el país, Ospina decide marchar a Estados Unidos con el firme propósito de continuar sus estudios y abrirse espacio en el campo de la investigación. Ingresa en primera instancia como residente de patología en el Roswell Park Memorial Institute, de Buffalo (New York),  donde en el año de 1.968 recibe el título Post doctoral  Cáncer, Research Fellow. Las cosas, sin embargo, no habían sido nada fáciles. Se necesitaron cinco años de labores contínuas para convencer a sus compañeros y profesores de que un colombiano también era capaz de realizar labores de investigación con la misma calidad de cualquier ciudadano del mundo científico.

El reconocimiento a su labor científica se hace patente  cuando en 1.976 gana el premio de medicina A. Montejo con su trabajo Enfermedad venoclusiva del hígado. Ultraestructura. Un año más tarde, se haría merecedor al Premio Nacional de Medicina por su estudio Intoxicación fosfórica y al Primer Premio Latinoamericano Jornadas Panamericanas de Hepatología.  En 1.988 presentaría, en Medellín, el mejor trabajo experimental sobre intoxicación hepática.

Las tareas desarrolladas por Julio Enrique Ospina le han valido asiento en la Academia internacional de patología, la Sociedad latinoamericana de microscopía electrónica, la Sociedad colombiana para avances de la ciencia, la Sociedad mexicana de estudios oncológicos, la Sociedad iberoamericana de biología celular y en la International union against cancer, además de ser miembro fundador del Centro internacional de física y asesor científico de biología experimental y molecular del Instituto Nacional de Cancerología, sin contar diversas instituciones médicas nacionales e internacionales. Estas entidades se enorgullecen de contar entre sus colaboradores a uno de los hombres que más avances ha hecho sobre el cáncer a nivel mundial.

Su tarea como investigador ha sido escuchada en Venezuela,  Israel,  Japón,  Ginebra,  París,  Budapest Alemania, Edinburgo, Canadá y Nueva Delhi donde participa en el XVI Congreso Internacional de Cáncer.

Este tolimense que poco a poco ha ido construyendo el sueño que de niño lo orientaba, ha visto coronados sus ideales en el desempeño de cargos tan importantes como presidente de la Sociedad latinoamericana de microscopía electrónica, vicepresidente de la Asociación latinoamericana de institutos de cáncer, director ejecutivo de la Dirección nacional de hospitales e instituciones de salud pública, director de la Escuela de oncología latinoamericana de la Federación Latinoamericana de sociedades de cancerología y miembro del Board of governors- international association for breast cancer research, en Denver, Colorado, USA.

Desde hace más de treinta años, Julio Enrique Ospina se ha dedicado a un trabajo mediante el cual ha alcanzado posiciones internacionales en la O.M.S., y en la U.I.C.C., que han apoyado su tarea no sólo en Colombia sino en el mundo, desde Nepal hasta la India o de Alemania hasta Uruguay.

Textos: Carlos Orlando Pardo (Escritor y periodista).

 

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