Gente
La médica tolimense que desde Australia trabaja por su pueblo
El Cronista.co en su misión de destacar los buenos ejemplos, reproduce un gran texto que escribe el docente y periodista del Líbano, José Gutiérrez.
Se trata de un perfil que escribe el profesor Gutiérrez en el recién creado portal de noticias Pángara.co, que en buena hora llega para llenar un vacío en este municipio y enaltecer así esta tierra, cuna de la intelectualidad tolimense.
El perfil se lo hace a una joven médica oriunda del Líbano, quien desde Australia se esmera en ayudar a su comunidad. Ella es la médica egresada de la Universidad Nacional de Colombia, Magda Lorena Escorcia Hernández.
Este es el perfil escrito por el profesor Gutiérrez.
"Treinta familias y un centenar de adultos mayores beneficiados, es el resultado de una labor que necesita el apoyo de todos.
Una muestra positiva de la pandemia del COVID-19, es el reconocimiento a la labor humanitaria que desde marzo viene desarrollando la médica Magda Lorena Escorcia Hernández al frente del Proyecto Piloto de Telesalud.
No es arriesgado afirmar que este fue el primer gran ejemplo de teletrabajo del que se tenga noticia en el país, consecuencia del coronavirus. Es decir, mientras en Colombia la modalidad del teletrabajo daba sus primeros pasos, en el Líbano un grupo de cinco profesionales, orientados por Lorena Escorcia ya ejecutaban un proyecto con el propósito de “contribuir a la mitigación de las nefastas consecuencias que trae para los territorios apartados, remotos y rurales de Colombia la pandemia COVID-19”.
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Sensibilidad
Treinta familias pobres y cien adultos mayores son beneficiarios de una labor silenciosa, pero efectiva.
Pero, ¿quién es Lorena Escorcia?
Para conocer un poco de esta mujer nacida en el Líbano, médica cirujana egresada de la Universidad Nacional de Colombia, 2004, acudimos analógicamente al profesor Álvaro Robayo Alonso quien en su “reflexión sobre la vida en la Odisea de Homero”, plantea que en la cotidianidad Ulises desarrolla capacidades tanto para el conocimiento como para el disfrute pleno de todos los momentos de la vida, en el afán de regresar a su comarca.
En el planteamiento del Maestro de Humanidades y Literatura de la Universidad de los Andes, nos parece está la esencia de la vida de Lorena Escorcia, en sus variadas facetas de esposa, madre, médica –cirujana, escritora, emprendedora, luchadora de utopías, vanguardista, melómana, teleorientadora y perfeccionista.
Coincidiendo con Ulises navega por el mundo desplegando sus cualidades humanas, característica de un buen cirujano, y soñando el sueño del retorno al Líbano de sus amores, al terruño donde sobreviven amigos; a la casa de los mimos y recuerdos, posada de sus aromas infantiles, “no hay otro lugar mejor, extraño todo”.
Servicio, solo servicio
Magister en Salud pública y enfermedades infecciosas, Lorena goza la vida y la disfruta, sirviendo a los demás. Sin importar el lugar, ni las circunstancias, esta joven inteligente, de sonrisa amplia y sincera le duele la Colombia donde a diario asesinan líderes sociales, infestada de corrupción, lugar de inequidad, país que reclama urgentemente justicia y trabajo social, allí donde con la medicina preventiva pueda salvarse centenares de vidas.
Con mochila terciada al hombro emprendió la odisea de servicio a bordo de Médicos Sin Fronteras, 2007-2011. Viajó sanando cuerpos y almas por pueblos pintados de pobreza, Istmina, Chocó, y países donde reina la miseria y el nepotismo, Haití, Guatemala en Centroamérica; hasta Camerún, “un puerto petrolero en el golfo de Guinea donde abunda la prostitución y el Sida. Allí donde los vendedores ambulantes se paran a la salida de los clubes nocturnos con un balde lleno de condones sobre la cabeza”.
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El ejemplo de la madre
Magda Lorena Escorcia, sin proponérselo estuvo signada por el destino a convertirse en una exitosa médica. El acompañamiento a la edad de ocho años a las labores de su madre Mélida Hernández, instrumentadora del hospital Alfonso Jaramillo Salazar, cimentaron el conjunto de imágenes que marcaron el derrotero de “una vida llena de adrenalina, de viajes, de enfermedades olvidadas”, de entregarse a una utopía de tipo social y de salud.
Cursaba el grado noveno, y en su primer desafío enfrentó al destino en la bifurcación de los caminos entre literatura y medicina. Asclepio, dios de la medicina, la sedujo para que curara cuerpos. Pero, el dolor de la violencia, la voz contra la infamia, la formación crítica, emergió soterrada entre verbos y palabras y la literatura está en su piel de cirujana.
Preparación
Estudió Salud Pública en la Universidad del Rosario, 2006, y como si estuviera predestinada al servicio médico se gradúo de Magister en enfermedades infecciosas en el 2019. Meses después el Coronavirus causaría estragos en la salud y la economía mundial. Como experta en el tema considera que el problema del sistema de salud en Colombia, para atender debidamente la emergencia del Covid 19, es de tipo estructural, “está muy claro en el discurso, pero tiene carencias sistemáticas que no se solucionan en la pandemia, con la corrupción tiende a empeorar. El tema de la violencia con el confinamiento empeora, porque estamos en un sistema de salud casi en contra de la vida a favor de la ganancia”.
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Vocación
Hoy Magda Lorena es casada con Lan, el romántico galés que la hizo regresar a París porque “decía que me amaba”. Viven en Perth, capital de Australia Occidental, junto a Sebastián, el pequeño de siete años quien, “me dejó una cicatriz tanto en el cuerpo físico como el cuerpo energético (del que hablan las religiones y la medicina de oriente)”.
Mujer genuina, entregada con pasión a su vocación humanitaria, labor que siempre ha desempeñado sin fronteras y sin límites, amante del jazz, el blues, la música angloparlante.
La literatura, la otra pasión
En la literatura se destaca su participación en la antología “primer Premio Internacional de Narrativa Femenina”. Bovarismos 2014.
Publicó el libro de 14 cuentos “El pintor, la cirujana y el hombre caimán”, del cual tomamos prestados algunos apuntes de su particular presentación.
Destacamos el cuento “El secreto”, narración relacionada con la muerte de su padre, Rigoberto Escorcia, y el encuentro en el funeral con sus “siete hermanos separados por la geografía, la política y la pobreza de nuestro país, Colombia”.
El Técnico Industrial
Cerca de diez años han transcurrido desde que Lorena Escorcia, aquella egresada de la institución Educativa Técnica Jorge Eliécer Gaitán Ayala, promoción 97, migrara formando parte de la legión de cerebros fugados, reclutada por el conocimiento.
En este paso por la vida de Lorena Escorcia, aflora el sentido de pertenencia, el amor por la tierra, propio de quienes desean retribuirle al Líbano, un pedacito del pastel de su éxito.
Por José Gutiérrez González
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