Como todas las mañanas, Javier Guerrero, un joven alto, de tez blanca y de cabello largo sale a pasear seis o más perros de diferentes tamaños, razas y de distintos caracteres, por las calles de La Pola, el Centro y la Plaza de Bolívar, con el fin de que los caninos "se desestresen", dice.

Este muchacho, estudiante de séptimo semestre de medicina Veterinaria de la Universidad del Tolima se siente realizado estudiando el comportamiento de los perros, señalando que es tan sólo un conocedor del comportamiento de estos animales.

En su humildad y pese a tener conocimiento de canes, no admite que sea comparado con el reconocido encantador de perros Cesar Milán; sin embargo, cada persona que pasa por su lado se detiene a mirar su forma avezada de llevarlos ordenadamente los seis o más caninos ,que sus dueños se los entregan confiadamente para darles varias vueltas con sus collares y medidas de seguridad correspondientes.

Es algo interesante porque estos perros tienen en común que han sido adoptados por sus dueños. No son perros de raza fina o pedigree; no obstante, "cuando yo los llevo se comportan muy bien y cuando les doy una orden de detención o de caminar, ellos lo hacen, dado que los entreno con amor y sin agresividad" manifiesta Guerrero, quien agrega que cada animal tiene su propia historia, "como uno grande de raza criolla que una vez intentó lanzarse desde un piso alto del apartamento de su dueña, siendo controlado oportunamente. Un espíritu suicida que uno no entiende", preciso.

“Estos animales son muy querendones, al comienzo fue difícil controlarlos a cada uno, pero con los días, todos caminan al lado mido y cuando no puedo ir a darles el paseo acostumbrado me extrañan”, dice Guerrero.

“Sin embargo, el único día que no estoy con ellos las dos horas son los domingos, cuando sus dueños se encargan de sacarlos o llevarlos a pasear”.

Este estudiante cuenta que quiere especializarse en etología, que es la rama de la biología y la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales y en este caso de los perros en sus medios naturales, en situación de libertad.

Sin embargo en la etología canina se estudia el comportamiento natural de los perros, concentrándose en las conductas instintivas.

Cuenta además que un etólogo es un profesional veterinario, que posee conocimientos sobres las necesidades y la comunicación de los perros.

Javier Guerrero, señala que al perro hay que saberlo tratar, pues no se debe consentir o mimar como a un ser humano porque este toma de inmediato una actitud manipuladora frente a su amo.

Igualmente, debe recibir un trato adecuado cuando el animal le huye a la pólvora o a los ruidos fuertes. Los perros hablan entre sí a través de la mirada, la expresión facial, las posturas corporales, la comunicación gustativa como el olfato, las feromonas y el gusto.

Dice Javier que el juego entre ellos es pellizcar, morder o gruñir. Asimismo, poseen diversas personalidades como son el juguetón, el curioso, el agresivo y el tímido, entre otros.

La labor que cumple nuestro encantador de perros ibaguereños cada mañana, es de destacar. El orden y disciplina que impone este hombre llevando a los canes de manera ordenada, sin permitir que se asusten con el ruido de los vehículos ni de la calle, además que estos no entren en disputa o de atacar a cualquier transeúnte, es un secreto que solo maneja él.

Javier Guerrero, es un hombre de aspiraciones que quiere emigrar de Colombia para hacer una especialización en algún país que le ofrezca mejores posibilidades en materia de conocimiento, pero enfocado hacia la etología.